Por un cuerpo puro, obtendría cien años de vida.
El último cuerpo que MinSeok tomó fue hace 99 años.
No tenía opción, necesitaba un pacto, necesitaba un cuerpo puro. Sólo por ello contrató al demonio clase baja, Do KyungSoo.
Sólo por ello estaba dispuesto a llevar su pacto hasta el final: Poseer a LuHan aunque éste fuera un chico. De no hacerlo, las consecuencias serían fatales, él moriría.
Una fuerte y estridente carcajada retumbó en la calle desolada en la que aún se encontraba MinSeok, sacándolo de sus pensamientos. Segundos más tarde, se escuchó una queja. MinSeok supo quiénes eran antes de verles. Giró su cabeza hacia su derecha, donde estaba ubicado el bar más roñoso de todos (por lo tanto más popular de la zona) y vio a ChanYeol, abrazando a un ser mucho más bajo: Su sirviente de pacotilla.
MinSeok dibujó su hermosa sonrisa de lado. ChanYeol era gay, y KyungSoo su novio.
El más bajo de todos le vio, y al hacerlo se detuvo en seco. MinSeok gozó de su miedo, pero al final, suspiró.
—No voy hacerte nada, no huyas.
Pronto estuvieron los tres, ChanYeol, KyungSoo y MinSeok dentro del bar, compartiendo una fuerte cerveza.
—Es bueno que llegaras a esta hora —Le dijo ChanYeol. MinSeok le devolvió una mirada interrogativa— Tú hermano YoonGi estuvo por aquí.
***
A LuHan, para haberse acostado con una sola idea en mente, la verdad es que le costó mucho despabilarse la mañana siguiente al despertar.
MinSeok no se veía por ningún lado, y eso era un alivio. Pero en cuanto se puso de pie y se dirigió a la cocina, supo la razón de la ausencia del demonio. Su hermanastra Yoona estaba en casa, y se encontraba de muy, pero de muy mal humor, pero pese a ello, le alcanzó un tazón de arroz.
—Gracias —murmuró LuHan a su hermanastra.
Yoona no dijo nada, sólo se acercó a la heladera, la abrió, tomó unas pastillas y desapareció camino a su habitación.
LuHan miró el tazón de arroz y se sentó dispuesto a comerlo. Pero antes, no pudo evitar sentir aquel gesto como una muestra de cariño, pequeña, pero cariño en sí, de parte de la chica. Para ser honestos, las pocas veces que Yoona paraba en casa, siempre le hacía el desayuno, pero hasta ahora, LuHan lo había visto siempre como una forma de disculparse por sus ausencias.
Luego de terminar su desayuno, el rubio miró la hora con una sensación de náuseas en la boca del estómago. Tenía una misión que cumplir: Echar su vida a perder. Aceptar toda la mierda que la vida le mandó y estrecharle la mano. Echar por la borda todos sus esfuerzos por querer ser alguien mejor.
Echarse para atrás ya no era una opción.
Luego de asearse y ponerse el uniforme escolar, LuHan caminó hasta el colegio, imaginándose todo lo que sucedería. Primero, JongIn le estaría esperando. Esta vez el rubio no tenía razones para huir. Le sonreiría, y haría lo que siempre soñó. En cuanto JongIn le pidiera ser su novio, gritaría de alegría y un SÍ para que todo el mundo oiga.
Dejarse llevar por las emociones no debería de resultar tan malo. No después de llevar dos años enamorado en secreto de Kim JongIn.
La parte más difícil sería sin duda volver a casa y terminar el pacto con MinSeok. Pero aún tenía tiempo para pensar más detalladamente en eso. Lo que sabía por el momento es que no se bañaría, si el demonio pensaba que arrebatarle su virginidad sería asqueroso, pues se lo daría: Asquerosidad pura.
***
Al llegar al colegio, como bien esperaba LuHan, JongIn le esperaba con unas bolsas colgando de sus manos.
LuHan sintió un repentino mareo. La emoción en los ojos de JongIn no era de verdad, aunque lo pareciera, pero no. Aquella adoración era producto de los poderes de MinSeok. Sacudiendo la cabeza, dispersando esos pensamientos, LuHan se dijo que no tenía nada de malo aceptar lo que el chico le ofrecía, sea sincero o no, después de todo, era producto de su deseo.
Caminó tratando de no mirar a nadie alrededor, en especial por si allí se encontraba MinSeok.
"No" se dijo de repente. Mirar al demonio no era tan mala idea. Podía demostrarle que no era cobarde, por ello le buscó.
El demonio se hallaba un poco más cerca del colegio, ya mirándole con aquellos ojos gatunos que poseía, con la espalda sobre las puertas principales.
LuHan se dio ánimos. Inhaló y dejó salir el aire lentamente.
—Hannie —salió JongIn a su encuentro con una voz llena de adoración.
Y LuHan se derritió ante al apodo y esa adoración en el tono de su voz.
"Sí, no tiene nada de malo dejarse querer un poco" se dijo LuHan, devolviéndole una sonrisa a su amor.
—Kai.
Lo que Kai traía en sus manos eran varios (muchos, para ser exactos) regalos. Todas cosas que estaban relacionadas con la información que MinSeok le había dado sobre el rubio.
—Tu amigo me aconsejó que los entregara lentamente mientras te cortejara, pero no me pude controlar. Mira, todo es tuyo... —Y le entregó la bolsa. Pesaba demasiado— Un balón de fútbol, una camiseta original de Messi, o como se pronuncie, y muchas cosas más...
JongIn se sonrojó. LuHan también.
Se formó un poco de silencio incomodo en el que ninguno parecía saber qué decir, hasta que JongIn se dignó a romperlo.
—Hannie, quiero hacerte una pregunta.
El corazón de LuHan latió, completamente desesperado. Sabía cuál sería la pregunta.
Sus manos temblaron un poco.
— ¿Quieres ser mi novio? —Preguntó JongIn.
Fuegos artificiales, un arco iris, luces de colores, mariposas en el estómago, navegando entre las nubes, y muchas cosas más fue lo que vio y sintió LuHan.
¿Cómo es que había llegado a pensar que aquello no podía parecer real? ¡Por el maldito amor a Dios (o Satán)!, lo era. Lo sentía. E hizo lo que en su imaginación: Gritó que sí, con la primer sonrisa genuina en un tiempo.
—Sí, sí. Claro que sí quiero, JongIn.
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Pacto con un Demonio [XiuHan / LuMin]
Fanfiction"Pon la estampa sobre tu pecho y pronuncia tres veces tu deseo" LuHan lo hace, pensando en que no perderá nada, después de todo, son solo patrañas. -Deseo que Kai sea mi novio. Deseo que Kai sea mi novio. Deseo que Kai sea mi novio. Sin embargo...