Aquel día, LuHan había sido claro con JongIn. No le quería en su casa para acompañarle al colegio. No supo contestar el por qué, pero tampoco lo necesitó, JongIn aceptó el pequeño cambio con un ceño levemente fruncido pero sin más quejas.
Al despertar, el rubio miró su habitación e inhaló fuerte. Dos días habían pasado desde que tomó la decisión de deshacer su deseo, o al menos, intentarlo. Dos días rompiéndose la cabeza buscando cómo hacer tal cosa. Y la noche anterior, pensó en algo, aunque ahora se sentía un poco estúpido.
— ¿JiMin? —Preguntó a la habitación vacía.
Su idea había sido llamar al otro único demonio a quien le conoce el nombre y aspecto, pensando que tal vez pronunciando su nombre en voz alta y visualizándolo, éste aparecería allí, frente a él, como sucedía en las películas o libros. Pero no. Nada pasó, nada excepto sentirse terriblemente estúpido por estar haciendo aquello.
— ¡Aish! ¿Y ahora qué haré?
Camino al colegio, miró cada nuevo negocio, carpa, puesto callejero, persona de aspecto extraño que había por la calle, buscando alguien o algo parecido a quien le dio la estampa de MinSeok. Pero una vez más. Nada.
Cuando llegó al colegio, tuvo lo mismo de siempre: Burlas por aquí, malos ojos por allá, y a JongIn esperándole en la puerta con una gran sonrisa. El sentimiento de culpa no paraba de crecer dentro de su pecho.
—Hannie —le llamó, tomándole la mano—. Hoy habrá un alumno nuevo, según lo que oí, irá a tu salón. —Le informó.
LuHan le miró pestañando varias veces, un poco desconcertado.
— ¿Alumno nuevo? —JongIn asintió— ¿Cómo lo sabes?
—Lo escuché de uno de tus profesores. No andes mirando, eh. —y el chico le guiñó el ojo.
Sí. JongIn acababa de guiñarle el ojo. Y eso era algo raro. Tal vez, su relación estaba avanzando a pasos agigantados. O tal vez así avanzaban las relaciones, debió recordarse que él nunca estuvo en una antes.
Definitivamente necesitaba un demonio cuanto antes.
—No lo haré —Le aseguró—. Puedes quedarte tranquilo. Sólo tengo ojos para ti —Puras mentiras era lo que salía de su boca, pero ¿Qué otra cosa podía hacer? —. Ahora, ve a tus clases, se nos hará tarde.
JongIn, antes de marcharse, se inclinó y depositó un suave beso sobre sus labios, con el cual, no sintió nada, sólo culpa.
Y así, LuHan llegó a su salón. Nadie le prestó atención. Nadie allí le miró feo. Todos estaban chismoseando entre ellos sobre el estudiante nuevo.
El profesor, un hombre de mediana edad con el cabello blanco por sus años, se aclaró la garganta y todos callaron.
—Tengo el agrado de presentarles a un alumno nuevo. Entré por favor. —Y un chico alto, delgado, de cabello castaño y muy, muy hermoso, que dejó a todas las chicas enmudecidas, ingresó.
LuHan se dio cuenta de inmediato que no parecía tener 16 años para nada. Era hermoso, pero no joven. Si de verdad tenía 16, estaba arruinado.
—Buenos días. Mi nombre es Kim SeokJin. Espero que nos llevemos bien.
—Bien, alumno Kim —Dijo el profesor—. Puede tomar asiento detrás del joven LuHan, LuHan, levante la mano por favor.
LuHan protestó en voz baja. Tan bien que venía no llamando la atención.
Rendido, bajo la mirada de desprecio de todos sus compañeros, levantó el brazo. SeokJin le dedicó una mirada cálida, y eso le hizo sentir un escalofrío.
Era momento de que la clase continuara con normalidad, pero el director interrumpió con una mirada ausente y mucha torpeza e informó que había dos alumnos nuevos más por presentar. La situación parecía improvisada. Es decir, nadie olvida que tres alumnos irán al colegio, pero el profesor pareció reírse del olvido y rascó su cabeza asintiendo.
En el salón volvió a formarse un barbullo sin fin. Esta vez, no se callaron hasta que ambos estudiantes ingresaron. Los nuevos si parecían, o al menos aparentaba, tener algo de 16 años.
—Buenos días. Mi nombre es Kim JungKook. Gusto en conocerlos a todos. —Dijo el castaño. Un chico al que la camisa del uniforme se le ceñía al cuerpo para dejar ver la masa de músculos que poseía. Definitivamente, pensó LuHan, JungKook era el tipo de chico que encajaría de inmediato y los clubes se pelearían por tenerlo en sus equipos.
Y el otro nuevo estudiante era...
... a LuHan se le saltó el pulso y los latidos de su corazón se aceleraron. Allí estaba, el demonio que había conocido meses atrás, el de cabello color rosa, aquel que durante la mañana le llamó en su habitación vacía.
—Mi nombre es Park JiMin.
LuHan pensó que su llamada había funcionado, sin percatarse que detrás de él SeokJin miraba al par con el ceño fruncido y los puños cerrados.
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Pacto con un Demonio [XiuHan / LuMin]
Fanfiction"Pon la estampa sobre tu pecho y pronuncia tres veces tu deseo" LuHan lo hace, pensando en que no perderá nada, después de todo, son solo patrañas. -Deseo que Kai sea mi novio. Deseo que Kai sea mi novio. Deseo que Kai sea mi novio. Sin embargo...