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JungKook estaba molesto. Desde su discusión con SeokJin no había vuelto a su hogar, dedicando su tiempo a deambular por el mundo de los humanos. Pero no podía huir por siempre, así que una tarde se dijo que debía de hacer algo. NamJoon era su padre, pero tomar semejante decisión de hacer uso de SeokJin así, a espaldas de MinSeok, no estaba bien. Debería de haber otra solución, otra manera de hacerle abrir los ojos al idiota de su hermano.

Aun no queriendo ir a su casa, JungKook se dirigió a la de YoonGi, donde se encontró con JiMin y decidió contarle todo lo que estaba pasando.

Aquella tarde, JiMin, que había vuelto a su pelo rosa y una vestimenta de primavera, se paró de golpe y gritó varias malas palabras, por las que hubiera sido reprendido si YoonGi hubiera estado presente.

—Tu padre está haciendo muy mal las cosas. Estamos hablando de MinSeok ¿Es qué no lo conoce en nada? —Preguntó con ceño fruncido.

JungKook suspiró y sacudió la cabeza.

—Al parecer no... y lo peor es que se llevará o llevó a Jin con él. Discutí por eso con mi pareja ¡Él debió haberse negado!

JiMin pestañó en su dirección varias veces, un poco desconcertado.

— Tu padre le hubiese ordenado hacerlo, Kookie. Tú lo sabes. Enojarte con SeokJin no estuvo bien.

— ¡Pero él me regañó! ¡Dijo que fue por mi culpa, por haberle dicho a padre sobre LuHan!

El demonio con pelo rosa sacudió su cabeza.

—Y tiene razón. Si le hablamos a tu padre de LuHan fue porque pensamos que algo ocurriría. Y no tomamos en cuenta que podría no ocurrir. Y ahora las cosas están peor. Pero no puedes enojarte así con Jin, Kookie. Es un Regularizador y NamJoon nuestro Rey —JungKook no dijo nada—. Creo que lo sabes, lo que no sabes es cómo hacer para pararte de nuevo frente a él ¿No es así? Kookie, sólo ve y dale muchos mimos. Jin es muy generoso contigo. Pero vas a tener que buscarlo, porque YoonGi me comentó que ayer se fue a una misión, sólo que hasta hoy, no sabía cuál.

—JiMin —Le llamó JungKook con una sonrisa en los labios—. Eres mi mejor amigo, gracias por escuchar mis pleitos sobre mi relación.

—Lo sé. Pero antes de que te vayas, se me acaba de ocurrir una idea para ayudar a LuHan. Ya que tendrás que ir al mundo humano... ¿Qué tal si...?

JungKook se emocionó. Hace mucho, mucho tiempo no realizaba planes con su mejor amigo.

***

MinSeok se ganó 100 años más de vida de una manera muy fácil. Sandara estaba enamorada de un policía. Lo cierto es que el policía también lo estaba de ella, pero eran demasiados tímidos, así que fue de los pactos más fáciles que le tocó hacer. Además, Sandara no puso ningún pero a lo que debía entregar de pago, lo tomaba como una manera de practicar, pues según sus pensamientos, no quería estar al lado de alguien y decirle que era pura a los treinta años.

El pacto también ayudó a MinSeok a descubrir varias cosas, como el hecho de que las dotes femeninas seguían llamándole la atención, así como sus roces sobre su piel, pero... no fue lo mismo. Algo fallaba, y lamentablemente sabía que era: Sandara no era LuHan.

La habitación de la chica estaba oscura. MinSeok aprovechó para levantarse, darse un baño y ponerse ropa limpia.

No podía dejar de pensar en LuHan.

¿Sería feliz?

¿Había dejado de pensar en el alma capturada de JongIn?

¿Seguía recordándole?

—Al menos padre dejará de acosarme un poco. —Dijo, cerrando la ducha.

Eso fue lo que él pensaba, sin imaginarse que su padre ya había empezado a mover los hilos del destino. 

Pacto con un Demonio [XiuHan / LuMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora