Para LuHan, ya habían pasado cuatro meses desde que MinSeok se marchó. En ese tiempo sus pesadillas siguieron constantemente, pero al despertar, recordaba que le había prometido a MinSeok que sería egoísta, por lo que se miraba al espejo e ignoraba las ojeras debajo de sus ojos y salía a su encuentro con JongIn.
Hasta el momento, LuHan se había mantenido guardando el secreto de que su hermana lo había dejado. Nadie nunca dudó de él, puesto a que en realidad, para sus vecinos, era normal no ver a Yoona. Lo que sí, tuvo que conseguir un trabajo durante las tardes hasta la noche para sobrevivir.
La relación con JongIn parecía madurar, pues los suaves roces entre sus labios se habían convertido en verdaderos besos, y poco a poco JongIn había empezado a defenderle en el colegio. Era como si su relación avanzara como una normal, una real.
¡No! Se detuvo a pensar LuHan. Él debía ser egoísta, por ello se gritó mentalmente que su relación era real.
Sin embargo, en el fondo, sabía que no era así. Algo fallaba. Algo no encajaba. LuHan, si de verdad fuera egoísta, estaría feliz, pero no era así. Algo le faltaba, una pieza crucial de su cuerpo, pero aún no lograba descubrir cuál era esa pieza.
Tal vez vio un atisbo de lo que era esa noche, cuando JongIn le pidió pasar a su casa y luego a su cuarto. Sin embargo, no fue hasta que el chico puso las manos sobre su cadera y lamió su cuello y se dio cuenta de lo que venía a continuación que se dio cuenta de algo.
Su relación estaba por dar un paso importante, estaba por mantener relaciones con aquel que había deseado fuera su novio, y que hoy lo es.
Y fue en ese momento, en medio de la tarea de desvestirse al otro, que su cabeza empezó una exhaustiva comparación entre JongIn y MinSeok.
MinSeok había sido cariñoso.
JongIn estaba siendo algo bruto.
MinSeok había sido pasional.
JongIn estaba actuando sumamente carnal.
Los roces de MinSeok sobre su piel le hacían arder en fiebre.
Las manos de JongIn no le quitaban del todo el frío de la piel.
Ese era el problema. JongIn no llenaba el hueco, aquel espacio vacío que MinSeok había dejado al irse.
Para LuHan, fue como una maldita revelación el darse cuenta todo lo que ese demonio se hacía extrañar.
¿Cómo era posible? Era un demonio.
Además, no era posible pensar en MinSeok mientras el dedo de JongIn entraba en él. Eso no estaba bien. Una alarma empezó a sonar en su cabeza gritando "Stop, stop"
LuHan, algo confundido y azorado, cerró los ojos, intentando concentrarse sólo en lo que JongIn hacía, intentando apagar aquella alarma que no dejaba se sonar en las profundidades de su cerebro.
ongIn es lo único que debería de importarle. Él lo había deseado después de todo ¿No?
Logró ver estrellas al final del acto, pero sin duda alguna no era la misma cantidad que vio cuando estuvo con MinSeok.
No obstante, por más que tocara la verdad con la palma de la mano, que algo en el fondo de su cabeza brillaba dándole la pista, no logró verla claramente. No logró entender que todo estaba relacionado entre el sentimiento de que algo no encajaba con el hecho de no tener más a MinSeok a su lado.
Tal vez, se dijo ignorando la verdad, sólo tal vez, se debía a que MinSeok le había demostrado cariño sincero, y ansiaba más de ello.
***
Nota: Hola gente. Leo siempre sus comentarios, a veces tengo tiempo de aportar algo, a veces no, pero leo. Gracias por el apoyo.
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Pacto con un Demonio [XiuHan / LuMin]
Fanfiction"Pon la estampa sobre tu pecho y pronuncia tres veces tu deseo" LuHan lo hace, pensando en que no perderá nada, después de todo, son solo patrañas. -Deseo que Kai sea mi novio. Deseo que Kai sea mi novio. Deseo que Kai sea mi novio. Sin embargo...