Pacto con un Demonio [XiuHan / LuMin]

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MinSeok llevaba tan sólo un día en el colegio, y el desgraciado ya tenía a todo el mundo comiendo de su mano, tanto a chicos como a chicas. A los chicos porque en verdad MinSeok era bueno en deportes, como había dejado claro en el primer receso, pero especialmente bueno en fútbol. LuHan observó con envidia desde las gradas como el demonio era aceptado en el equipo. A él ni siquiera le habían dejado hacer una prueba (La vida era muy injusta según LuHan). Las chicas, por otro lado, desprendían corazones de cada uno de sus poros porque el muy caradura de MinSeok se sonrojaba y se hacía el tierno frente a ellas (Algo que a LuHan le provocaba arcadas).

¿Cómo alguien podía ser tan falso? Cosas de demonios suponía, pues no había otra explicación.

A LuHan le hubiese encantado seguir observando, pero cada vez que estaba a la vista, JongIn de alguna forma le encontraba y corría hasta él, con mirada herida por el rechazo. Lo cierto es que al rubio se le hacía cada vez más difícil ignorarle. Si por él fuera, se quedaría, escucharía la pregunta, y gritaría "¡Sí, quiero ser tu novio!", pero eso no podía ser. Si lo hacía, debía dejarse quitar la virginidad por el desgraciado demonio.

Pero si hasta entonces LuHan moría de envidia por lo bien aceptado que fue MinSeok en el colegio, no se comparó con la terrible traición que presenció al finalizar el día.

LuHan estaba saliendo del colegio, a escondidas para no toparse con Kai, cuando los vio: MinSeok, colgado del hombro de JongIn. Ambos riendo como idiotas, despidiéndose en la puerta con un golpe de puño, como si hubiesen sido amigos toda la vida.

¿Cómo es que MinSeok había logrado todo aquello que LuHan siempre soñó pero jamás alcanzó?

¡Un momento!

Antes de tan siquiera saber que estaba haciendo, LuHan caminó con sus puños al aire hasta alcanzar al demonio.

—¿¡Qué mierda pretendes!? —Le gritó, llamando la atención de algunas chicas alrededor. LuHan se esforzó en bajar la voz— ¿Quieres conquistarlo?

MinSeok frunció el ceño, un poco asqueado por la idea al parecer. Aquellos gestos herían a LuHan ¿Qué tenía de malo ser gay? ¡Por el amor de Dios, estaban en el año 2017!

—¿Cómo crees eso? —Le preguntó el demonio— Es absurdo ¿Es que no me oíste cuando dije que intervendría? Bueno, hago lo cliché, ya sabes, hacerme su amigo con la intención de ayudarle a conquistarte, después de todo, te he observado bastante.

LuHan palideció.

—¿Qué tú qué?

MinSeok sacudió el cabeza, exasperado.

—Definitivamente eres estúpido. Ya te dije que no puedo deshacer el pacto. Debo cumplirlo, así que prepárate, LuHan, porque no podrás seguir evitando a Kim JongIn. —Y la sonrisa que le dedicó fue... amenazante.

***

LuHan prácticamente corrió hasta su casa, la cual estaba vacía como era habitual. En el fondo de su corazón, el rubio sabía que le importaba una mierda que su hermana se acostase con todo Seúl, pero ¿Por qué dejarlo solo? Porque así era como estaba en esta vida.

Solo.

Abandonado.

Podía entenderlo cuando se decía que Yoona era su hermanastra, que no había lazo sanguíneo allí, que al morir sus padres quedaron juntos, pero que más allá de eso nada les unía. Ella no tenía por qué cuidar de él.

Sin embargo... ¿Era tan malo querer ser querido? Todos lo ignoraban. En la escuela se burlaban de él, ni siquiera le creían cuando decía que era bueno en fútbol. Era el centro de todo bullying posible. Los profesores hacían siempre oídos sordos, ni hablar del directivo escolar.