15

93 15 6
                                    

La habitación se encontraba iluminada por la luz que se colaba por la ventana. Sobre la cama, el cuerpo de LuHan se encontraba recostado sobre el del MinSeok, ambos aun dormidos. Respiraban tranquilamente, como estando en paz consigo mismos.

El primero en abrir los ojos fue LuHan. Estuvo un poco desorientado en un primer momento, pero después, una punzada de dolor en la espalda baja le hizo recordar lo sucedido.

Ni una sola vez pensó que se encontraba traicionando a su novio, JongIn. LuHan todo el tiempo tuvo muy claro que aquello se trataba de pagar el deseo que había pedido (aparte de no dejar morir al demonio con el que había hecho el pacto).

Lo que si encontró con sabor a traición, fue el sentimiento de no querer dejar de aferrarse al cuerpo de MinSeok o de haberlo disfrutado tanto. De hecho, el no querer dejar de pensar en MinSeok es lo que sentía a traición.

¿Qué es lo que estaba pasando con él?

En un esfuerzo casi sobre humano (exagerando un poco), LuHan se puso de pie entre muecas de dolor.

Había terminado.

Había dado su pago, pero...

Algo había cambiado.

Miró a un dormido MinSeok.

Frunció el ceño.

¿Por qué seguía allí? ¿Era porque se había dormido al igual que él?

A lo mejor debía despertarlo, decirle que era momento de irse. Ellos ya no tenían nada.

Pero por algún motivo, darse cuenta de que en verdad aquel sería un adiós, le produjo dolor en el pecho. Las imágenes del demonio, acariciando su mejilla, su abdomen, su cintura, sus piernas; los besos que le dio; la continua preocupación por saber si todo estaba bien; el abrazo cuando llegó al límite, todo eso llegó a su mente.

Y se dio cuenta que al fin había encontrado a alguien que se preocupaba por él genuinamente.

MinSeok se lo había intentado decir, pero él no le había querido creer.

Las lágrimas se formaron en los ojos de LuHan y las dejó salir, la situación lo ameritaba. Alguien le tenía genuino aprecio. E irónicamente era un demonio, uno que al despertar se iría.

"Pero aún tengo a JongIn" se dijo.

Se secó las lágrimas cuando notó que MinSeok empezaba a despertar.

—Buenos días —Le dijo con una voz firme, en un intento de que no se quebrara.

La mirada de MinSeok le indicaba que estaba evaluándolo. Al parecer, el demonio no encontró nada fuera de lo normal, porque enseguida asintió.

—Buenos días... ¿Te sientes bien? ¿No sería mejor que te recostaras?

LuHan frunció el ceño, observando cómo MinSeok se ponía de pie en un segundo y corría hasta él.

—Sí, mejor recuéstate. Te traeré algo para el dolor, porque ¿te duele, verdad? –El rubio sintió las mejillas arder. –Es normal.

— ¿No vas a irte? —Preguntó el rubio.

— ¿Quieres que me vaya?

—No es eso lo que quise decir. Es que yo pensé... pensé...

—Lo entiendo, pensaste que me iría de inmediato. Lo haré, en cuanto me cerciore que estás bien.

El corazón de LuHan sintió enloquecer. Quería volver a llorar. Allí estaba MinSeok, demostrándole que en verdad se preocupaba por él cuando ya no debía hacerlo.

—Debes prometerme una cosa, LuHan. —Le dijo MinSeok, tomando su rostro entre sus manos.

—Lo que sea...

—Te despertaras todos los días, y serás egoísta, ¿Entiendes?

—Lo prometo.

MinSeok cumplió su palabra, y en cuanto vio que LuHan ya no hacía muecas al caminar, le sonrió mientras hacía aparecer sus cuernos y ropa negra, y luego desapareció, dejando atrás una estela de humo negro.

—Adiós.

***

Cuando el lunes llegó, y LuHan se dirigió al colegio con sus habituales ojeras por las pesadillas de los gritos de JongIn, éste ya le esperaba.

MinSeok no estaba. Ello no fue sorpresa, lo que sí lo fue, fue que cuando le preguntó a JongIn si extrañaba al único amigo que le quedaba obtuviera como respuesta otra pregunta:

— ¿Quién es MinSeok?

Y así se dio cuenta que él era único que recordaba al demonio. 

Pacto con un Demonio [XiuHan / LuMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora