Capitulo 3: El oportunista.

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.Yelehen Walsreet.

La mañana pareció durar una eternidad, había querido hablar con África apenas terminó la presentación de los becarios, solo para quejarse del comportamiento de Harlen Brooks. Pero su amiga se encontraba en ese momento piloteando un avión hacia una selva tropical.

Cuando por fin llegó la hora del almuerzo, recibió otro mensaje de Frenia, la secretaria de su psicóloga, preguntándole por segunda vez cuando reprogramaría su próxima sesión: —Nunca...—Murmuró fastidiada, pero sabía que no podía hacerlo, así que solo ignoró el mensaje.

"Lidia con tus problemas emocionales, Yel" la voz de África sonó en su cabeza como una especie de pepe grillo molesto "Tienes una adición por tu trabajo".

No era adicta, solo una mujer determinada. No necesitaba que la doctora Argelich siguiera hurgando en sus recuerdos para determinar que habían hecho mal sus padres.

Porque a eso siempre se reducían las sesiones, padres. Y lo suyos llevaban muertos varios años, y solo quería dejarlos descansar en paz.

El intercomunicador sonó, así que abrió de inmediato la línea con Beth: —Yel ¿Iras a almorzar con nosotras? Con Sara decidimos invitarle el almuerzo a Alice y Megan. Ya sabes, por si la devolución del señor Brooks las afectó.

Sonrió, recordando a la pelirroja de recursos humanos, si Sara ya se había enterado del comportamiento del señor Brooks, entonces no pasaría mucho hasta que todos comenzaran a tratarlo como un capullo.

—Claro, pero tengo que terminar unas cosas antes ¿Las veo en Deepre's? me encantan los sándwich de ahí.

—Sí, estaremos en el segundo piso esperándote ¿Ordeno tu favorito?

.Harlen Brooks.

— ¿Yelehen te machacó mucho? –Preguntó Adam entrando al ascensor con él y Bethany.

—Solo fue clara con la manera en la que les enseñaba a los becarios –Respondió, cortante.

Adam no le caía mal, era la copia exacta de todos los ejecutivos de la ciudad, un estereotipo tan soso por el que ni siquiera valía la pena molestarse.

—No te sientas mal, tampoco estoy de acuerdo con su método, pero ya una vez nos hecho encima a recursos humanos... —Comentó, la secretaria se quedó al fondo sin decir nada. Adam continuó— es una bruja de primer nivel.

—No, no lo es —Interrumpió Beth, sorprendiéndolo. Harlen la miró, lucía molesta— ella solo busca que todos se sientan cómodos en donde trabajan.

Adam chitó, restándole importancia: —No lo entenderías, Beth. Eres secretaria, no tienes un puesto más al que ascender –Entonces bajó del ascensor, justo en el piso de la cafetería.

Que un tipo así de idiota estuviera dándole la razón, solo confirmaba cuanto se había equivocado. Nuevas personas entraron, Harlen retrocedió unos pasos hacia atrás, quedando al lado de Beth:

—Es un idiota –Expresó Harlen, en tono bajo.

—Lo es –Afirmó—, y un mentiroso, la señorita Yelehen no es una bruja.

—Bueno...

—Entiendo que este molesto con ella por haberse olvidado de informarle sobre la reunión. Pero en realidad, era responsabilidad mía, no tiene por qué enojarse con ella.

—No es solo por lo de la reunión –aclaró de inmediato—. De todas formas, entiendo tu lealtad hacia ella, estoy seguro que también te mantuvo bajo su ala cuando llegaste.

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