Dobles intenciones

Capítulo 42: África y Harlen.

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.Días después.

Todo dentro suyo estaba conforme. Inspeccionó una vez más su trabajo terminado, buscando algún fallo, verificando los datos.

Oficialmente, tenía una propuesta lo suficiente buena para ganar la cuenta Williams. Había estudiado los registros de la empresa, y le había encontrado el punto a George Williams y su manera de hacer negocios.

Clásico y seguro, era casi una contradicción para alguien que había logrado sus primeros éxitos arriesgándolo todo, pero los años lo habían vuelto cauteloso y desconfiado del mercado, posiblemente era la vejez la que lo había llevado a actuar de esa forma, sea lo que fuera, sabía que Harlen y Adam habían cometido el mismo error, elaborando una propuesta ambiciosa y arriesgada. No los culpaba, la posición de la industria Williams les permitía hacer esa clase de movimientos, solo que George Williams ya no buscaba crecer, solo mantenerse.

Era un claro movimiento de alguien que no planeaba dejar su negocio a sus herederos, o al menos que no creía que esta sobreviviera sin él. Tan egocéntrico...

Yelehen observó su celular, viendo el último mensaje que Ashia le había enviado, eran fotos de sus nuevos diseños, resulta que le había gustado tanto la idea de hacer prendas inspiradas en emociones negativas, que eligió empezar una colección de ello.

La novia del miedo, Yelehen leyó el título sobre el primer boceto, era de un estilo gótico pero al mismo tiempo, como todo lo que hacía Ashia, elegante.

Jesucristo, necesitaba ponerse ese vestido. No sabía cuándo ni en qué situación, porque era tan dramático que en cualquier evento se sentiría demasiado, pero era tan bonito...

Ashia y Gina habían vuelto a DaxtonVille hacia dos días, se despidió de ella en el aeropuerto, no sin antes intercambiar números con Ashia, le gustaba hablar con ella.

Su celular volvió a sonar, y esta vez, se trataba de África:

—Es viernes ¿hacemos noche de películas? —Preguntó apenas atendió, era una video llamada— sé que estas libre, así que no puedes decir que no.

Frunció el ceño: —Podría tener planes con Harlen.

—Puff... No los tienes.

— ¿Y tú qué sabes? —África tardó en responder.

—Eh... Bueno no sé, Yel, lo asumí. Porque si los tuvieras me hubieras dicho ¿No? no me has hablado en todo el día de él.

Jugó con el bolígrafo en su mano antes de responder: —Es que sigue raro...

—Bah, déjalo ser, Yel. Seguro es algo de su empresa.

África también estaba actuando raro, normalmente su amiga no era dar ese tipo de respuestas.

— ¿Tu estas bien? También estas actuando raro...

—Dios santo, para ti todo el mundo esta actuando raro —parecía un poco molesta— ¿Segura que tu estas bien? La verdad es que te he sentido un poco rara últimamente.

Se quedó callada, confundida: —África ¿Estás dando vuelta esto?

La miró con inocencia, una inocencia que Yelehen no se tragó: —No, pero ¿Entiendes mi punto? Estas rara, me desvías el tema de todo.