Capítulo 14: Los chicos buenos de Daxtonville.

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.Al día siguiente.

La reunión era a primera hora. Yelehen tomó sus cosas y se preparó mentalmente para verlo, a él y al ventanal contra el que habían tenido sexo.

Tragó, respiró profundo y procuró mantener firme toda su actitud indiferente. Porque, si, se habían acostado ¿Y que más daba? Ahora que se habían quitado las ganas podían seguir con su vida e ignorarse el uno al otro.

Salió de su oficina, se dirigió hacia la sala de juntas y, ya desde el pasillo, podía verlos a los tres sentados en la mesa. Hanns estaba justo parado en la punta donde Harlen ayer...

Oh mierda... tenía que parar con esos pensamientos. Era demasiado temprano para estar caliente. Cruzó la puerta de la sala dando un saludo general, Adam y Hanns apenas la miraron pero él... Sentado del otro lado de la mesa, luciendo tranquilo e incluso relajado, tan diferente al día anterior. Nunca pensó en evitar su mirada, no iba a lucir toda avergonzada por lo que había pasado, pero tampoco planeaba sostenérsela como lo hizo.

Su pulso se disparó de inmediato, y se sintió traicionada por su propio cuerpo.

Harlen no sonrió, su rostro fue inexpresivo y aun así, sus pupilas la siguieron hasta que tomó asiento, al lado de Adam.

Incluso sin quererlos, Yelehen tuvo el descuido de mirar hacia el ventanal detrás de él. Solo entonces, la esquina derecha de su boca se elevó levemente, porque ambos sabían en lo que estaba pensando.

Maldición, iba a ser una reunión larga.

Unos minutos después cuando Bethany llegó, pudieron empezar. Y no fue una sorpresa para ella escuchar que Adam había sido el elegido por Corvis, era lógico. Casi quiso darle a Harlen una mirada de Te lo dije pero se controló, ni siquiera podía imaginar todo lo que debía estar controlándose para presenciar esa reunión, con otro desarrollando su proyecto.

Tenía que darle crédito, no parecía ni una pizca de enojado, su cara de póker era tremenda y solo notaba su tensión cuando veía el agarre que mantenía sobre la pluma.

Adam por otro lado, evitaba su mirada. Eran solo cinco personas en la habitación, así que era bastante obvio. Solo cuando Hanns abandonó la sala fue que la tensión subió.

Esta vez, los ojos de Harlen no abandonaban a Adam, parecía como si lo desafiara a decir algo. Pero Somalí era una pequeña cucaracha, iba a escabullirse evitándolo.

Su lado malvado se activó, se apresuró hacia la puerta, impidiéndole huir. Adam levantó la mirada luciendo molesto por su intromisión, Beth por otro lado logro salir, ignorando la situación o solo huyendo de la violencia silenciosa. Yel por otro lado, planeaba divertirse con ella:

—Felicidades, Adam... —Le dio una rápida y falsa sonrisa mientras extendía su mano hacia él, la pobre cucaracha tardo unos segundos en reaccionar.

—Claro, gracias, Yelehen –dijo apresurado, detrás de él podía ver a Harlen levantarse y acercarse a ellos.

Incluso cuando Adam soltó su mano rápidamente, ella se mantuvo en su lugar. La mirada urgente del hombre intentaba decirle que estaba apurado, decidió fingir que no entendía eso.

—La elección ha sido bastante justa, yo no podría haber desarrollado algo mejor, aunque por supuesto, fuiste tan rápido que no tuve tiempo a terminarlo.

Adam asintió, silencioso. Parecía no querer cooperar con la charla, y de todas formas, Harlen ya estaba detrás de él. Y cuando habló, su tono fue letal, afilado: —Es cierto, yo tampoco tuve tiempo de hacerlo...

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