Capítulo 52: Dulce y amargo.

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.Un mes y medio después.

.Harlen Brooks.

Lizbeth lo encontró a mitad de camino en el pasillo, estaba dirigiéndose a su oficina, casi se chocó con su hermana de frente, venia distraído leyendo los papeles que Steven le había dado.

Ya era incluso gracioso a ese punto.

—Harlen... —Liz caminó a su lado, sonaba ansiosa— Tengo algo que contarte.

—Dime... —La observó con atención, al mismo tiempo que mantenía una mano sobre la manija de la puerta y entraba a su oficina, se sorprendió al encontrar a Ashia, Rich y Alexa ahí. Parecían estar en medio de algo.

—Quita las manos de ahí, vas a arruinarlo... —Estaba diciendo Ashia parada frente a su escritorio con una canasta decorada, Richard, su cuñado, estaba intentando robarle una de las delicias que traía ahí dentro.

—Solo uno, Ashia. No va notarlo.

—Si voy a notarlo... —Llamó la atención de esos dos, después de todo, Alexa estaba mirando la situación con aburrimiento, sentada en el sillón azul de la esquina— ¿Estas intentando robarme, Rich?

Sea lo que sea que Richard contestó, no lo escuchó, porque Ashia estaba corriendo hacia él para darle un abrazo mientras gritaba: — ¡lunes de dulces!

Eso le arrancó una carcajada mientras le devolvía el gesto. Ashia tenía la filosofía de que los lunes eran demasiado amargos, así que había que endulzarlos a primera hora.

Estaba de acuerdo, pero también sabía que había cosas que por mucha azúcar que le pongas, no cambian su sabor. Sin embargo, apreciaba el esfuerzo que hacía por subirle el ánimo.

Dejó el papel sobre su escritorio, observando cuales eran los dulces del día, fue bastante incómodo cuando vio los bollos de chocolate. Sin embargo, forzó una sonrisa para su hermana:

—Um... Se ven deliciosos, voy a tener que ocultarlos de Steven —Comentó, volviéndola a mirar, llevaba puesto su uniforme escolar. Una camisa blanca con una falda a roja a cuadros, los bordes estaban decoradas con perlas que ella misma había elegido y bordado.

No estaba seguro de que el código de vestimenta aceptara eso, pero no iba a ser él quien le dijera a su hermana como revelarse contra el sistema estudiantil.

—Te va a dar diabetes... —Murmuró Rich, claramente envidioso, Harlen rodeó los ojos.

—Mira esto... —extendió el documento hacia él. Rich también pareció encontrarle la gracia por que se rio de inmediato. Curiosa, Liz también se acercó.

No pareció divertida: — ¿Otra vez? ¿Es que no puede aceptar que el juez fallo a tu favor?

Harlen se hundió de hombros, queriendo que su hermana no se lo tomara tan enserio, después de todo, ni él lo hacía.

—Supongo que York no puede aceptar perder —Contestó, y aunque recordaba que Liz quería decirle algo, ambos se miraron y supieron que ese no era el momento para charlarlo.

—Es bastante negador de su parte —Rich, además de ser su cuñado, era el abogado de la empresa—, el caso es simple, tu no firmaste ningún contrato de no competencia, punto.

Alexa, que aun parecía aburrida, frunció el ceño cuando dijo: — ¿Otra vez York está haciendo un berrinche por los clientes que le robaste?

—Contra demanda, amor, contra demanda... —Corrigió entremedio su esposo. Alexa desestimó la corrección con un ademán.

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