Capítulo 20: ¡Devuélveme mis bragas!

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.Gala de arte.

.Harlen Brooks.

La arpía se veía asombrosa.

Llevaba un vestido rojo que se ajustaba a sus pechos y luego caía largo hasta sus tobillos, su pierna derecha se lucia con una abertura que comenzaba a mitad de su muslo. Esa mujer quería matarlo. Al lado de ella estaba Bethany con un vestido verde oliva. Ambas se sonreían mientras hablaban, comenzó a atravesar el salón de la galería, caminando hacia ellas, sus pasos se detuvieron cuando vio a Brandon Williams aparecer junto a Yelehen, le traía una copa.

—Harlen...—Hanns a pareció a su lado, tocándole el hombro— Ya estás aquí, perfecto, déjame presentarte a George Williams y su hija Janice.

Sonrió de inmediato hacia ellos, estrechando sus manos. Sería una noche larga, no era aficionado al arte y estar al menos una hora observando pinturas era el plan más aburrido que podrían proponerle, sin embargo ahí estaba.

Era bastante evidente que George sería un futuro cliente de la firma, era un pez gordo de la industria automotriz, así que procuraría llevarse bien con él.

Comenzaba a aburrirse de Ivy Soul y desde su perspectiva, lo más interesante de esa ciudad era Yelehen Walsreet, aunque la arpía lo llevara ignorando todos esos días.

Sabía que se lo merecía, no había podido evitar jugar con ella durante su última reunión, pero no consideró que se enojaría tanto.

Tampoco que Brandon interviniera en su partida. Lo observó de vez en cuando, expectante de cualquier muestra de afecto que pudiera haber entre esos dos ¿De verdad Yelehen había dejado de lado sus encuentros por un gigoló que le gustaba jugar a los autitos?

Trató de mantenerse relajado mientras caminaba al lado de Hanns y George, el viejo quería presentarle a su nieto.

—Un gusto conocerte, Brandon. Aunque ya nos hemos cruzado un par de veces –dijo estrechándole la mano, asintió en forma de saludo hacia Beth y Yelehen— Señoritas...

— ¿Se han cruzado? –Hanns parecía curioso.

—Sí, cuando Yelehen y yo fuimos a cerrar la cuenta Greeks. Sin embargo no tuvimos oportunidad de hablar.

—No –Concordó Brandon— de hecho...—Habló mirando a Hanns— Harlen parecía bastante apresurado.

—Oh, cuando estoy en horario de trabajo no me enfoco en otra cosa que no sean mis clientes –mantuvo la vista fija en él—, así se construyen los éxitos.

—Estoy de acuerdo –comentó George— es una buena filosofía de trabajo.

—Tengo a gente competente en mi empresa –Alardeó Hanns. Harlen conectó su mirada con Yelehen.

—Eso espero, tengo ganas de hacer negocios con ustedes en cuanto termine mi contrato con los Hamilton.

—Tengo curiosidad, George...—Intervino Yelehen inclinando un poco la cabeza— ¿Por qué no renovar el contrato con ellos? después de todo, llevan mucho tiempo haciendo negocios juntos, y no te ha ido mal.

George sonrió: —Tienes razón. Pero ahora que Robert se retira y deja la empresa a sus hijos, no me siento tan confiado con la dirección que esos muchachos van a tomar ante los negocios.

—Son innovadores, de todas formas –Insistió Yelehen, ganándose una mirada impaciente de Hanns. Daba un poco de risa ver como impacientaba a su jefe— aún no han fracasado en nada, así que tienen el beneficio de la duda.

—No voy a dejar que la duda sea mi empresa –Yelehen soltó una corta risa ante la respuesta, asintió hacia él.

—Por supuesto.

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