Capítulo 11: Sr. Brooks.

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.Minutos después.

Yelehen caminaba por toda su oficina, en su mano derecha llevaba el celular, manteniendo una llamada con África, en la izquierda apretaba su pelota anti estrés.

—No entiendo ¿Por qué no quieres hablar con el señor vaquero? –Preguntó África— dime que no tiraste los mini bocaditos, lucían como el paraíso.

—Áfri aún me siento muy avergonzada por lo que pasó...—Explicó, deteniéndose un momento delante del ventanal y apreciando la vista de la ciudad—. Joder... ¿Acaso no puede tener la cortesía de hacer como si nada paso? No necesito que me de chocolate de consolación ¿Quién diablos le da chocolate a una mujer después de rechazarla?

—Bueno... Ya sabes, quizás es su forma de decirte que quiere ser tu...

—No lo digas –Levantó el dedo a la nada misma—. No digas esa palabra, África. Como si no fuera lo suficientemente grande para lidiar con un rechazo, ahora tengo que soportar estar en la friendzone. Esto ni siquiera me pasaba en la secundaria...—Se quejó, África comenzó a reírse de ella—. Me da igual de todas formas...

— ¿Si te da igual entonces por qué estamos hablando de esto? –Cuestionó juguetona— vamos admite que esto te molesta.

—Me molesta su comportamiento...—corrigió, haciendo rebotar la pelota contra el piso—. Que actúe como si no entendiera porque lo quiero lejos.

—Tal vez de verdad no lo entiende, algunos hombres son bastante despistados en esas cosas. Por eso digo ¿Qué tiene de malo hablar con el directamente y simplemente acabar con eso?

— ¡Ya le dije que no tenemos nada de qué hablar!

—Eso sigue siendo evasión, Yelehen.

—Tú y tú filosofía de enfrentar las cosas...—Se quejó.

La pelota dio en la punta de sus zapatos rojos de charol, provocando que terminara yendo debajo del sofá contra la pared.

—Mierda...

— ¿Qué pasa?

—Se me fue la pelota abajo del sofá. Voy a sacarla, espera.

Se agachó pegando su rostro en el suelo intentando ver que tan atrás había caído. Metió su brazo intentando alcanzarla.

Alguien llamó a la puerta en ese momento: —Bethany, si eres tú adelante, si no...—La puerta se abrió y se cerró, por lo que asumió que era su secretaria—Beth, bendita seas ¿Podrías pedirle a alguien de mantenimiento que...?

Se calló cuando y vio unos zapatos masculinos, levanto los ojos encontrándose con Harlen mirándola con curiosidad, manteniendo sus manos dentro de los bolsillos.

— ¿Se le perdió algo, señorita Walsreet?

—No...—Se apresuró a sentarse en el piso, acomodando su falda de tubo gris que se había levantado más de lo necesario— solo me fascina pasar mi tiempo en el suelo de mi oficina.

Rodeó los ojos ante su sarcasmo. Se paró en un extremo del sofá: —Vamos, la ayudare.

— ¿Quiere demostrarme que puede levantar un sofá?

— ¿Quiere encontrar lo que perdió o no?

No le dio tiempo para responder, levantó el sofá y ella se apresuró para sacar la pelota. Luego Harlen extendió su mano ayudándola a levantarse.

—Gracias...—Tomó su celular, seguía en llamada— Áfri, luego te llamo.

—Más te vale, acabo de escuchar al señor vaquero. Que por cierto, no me dijiste como estaba vestid...

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