Los médicos decidieron dejarle en la camilla bastantes horas más hasta que estuviera totalmente despierto. Le dejaron en la habitación solo durante mucho tiempo, la mitad de lo que duraba su recuperación más o menos.
Aún seguía algo sedado cuando Sara entró por la puerta de la sala tan radiante como siempre.
-Hola Alex, de nuevo.
-Hola Sara -respondió él-. Sé que solo eres una alucinación mía, aunque no sé por qué te veo despierto.
-Porque todavía sufres los efectos del sedante -explicó ella-. Suelo aparecer cuando necesitas a alguien con quién hablar y no tienes a nadie -finalizó su explicación resolviendo todas las posibles dudas que podría tener Alex sobre ella.
-No necesito a nadie con quién hablar -Alex intentó que sus palabras sonasen lo más convincente posible, ya que aquello era totalmente mentira.
-Sé que lo necesitas -dijo sin perder su sonrisa-. Dime lo que te pasa y te ayudaré.
Alex meditó sus próximas palabras, aunque quizá más de lo que esperaba ya que Sara se empezó a mover el pelo con el dedo índice, en señal de que estaba esperando a que él respondiera. Alex tragó saliva antes de volver a hablar, ya tenía claro lo que decir
-Tengo miedo a mirarme la herida y aparte de eso, también me he metido en un callejón sin salida, ahora tendré que hablar con los médicos sobre ellos y a saber cuántas malas consecuencias podrá traer eso -soltó él sin parar.
Las palabras de Alex debieron sonar muy duras ya que Sara le dio un abrazo en forma de consuelo, bien sabiendo que él no sentiría nada ni podría tocarla, antes de intentar ayudarle mediante las palabras.
Alex apreció el desarrollo de las apariciones de Sara, aunque por ahora solamente había sido dos. La primera había venido debido al bajón de Alex al no haber ido al orfanato y esta vez debido a cosas que no tenían absolutamente nada común con el orfanato.
-No superarás tu miedo si no lo intentas superar y respecto a lo otro no puedo hacer nada por ayudarte, lo siento -dijo Sara, le cogió la mano en forma de ayuda-, ¿Quieres que la miremos a la vez?
-No lo sé... No sé si seré capaz de hacerlo. Sobre todo a leer lo que pone en la herida -murmuró Alex asustado-. ¿Cuánto tiempo más vas a poder estar aquí? -preguntó Alex con la intención de ganar algo de tiempo y retrasar al máximo el momento de ver la herida.
-No lo sé, en principio un rato más -respondió ella-. ¿Quieres que me vaya?
-No, quédate, por favor.
Sara se sentó en la camilla de al lado con las piernas cruzadas. Llevaba la misma ropa que cuando se conocieron, a Alex le agradó aquello. Alex lo que hizo fue girar la cabeza para verla mejor. En aquellas posturas se quedaron durante más o menos media hora, los dos mirándose y sin decir ni una palabra.
Hasta que Alex, que parecía convencido en cada una de sus palabras, rompió aquel precioso momento diciendo:
-Sara, estoy preparado.
No tuvo que decir nada más; Sara se levantó y le dio la mano. Alex se quitó la venda que cubría su brazo con cuidado y dejó al descubierto la herida. Vista así cosida y con todas aquellas cosas que Alex no sabía que eran, su aspecto parecía mucho peor de lo que en realidad era.
Sara le hizo un gesto para que empezara a leer pero Alex seguía mirando su herida con un rostro plenamente inexpresivo.
Alex le pidió por favor a Sara que lo leyera en alto, Alex ya más o menos sabía que iba a poner. Lo sospechaba, pero no lo quería creer. Unos segundos después Sara se aclaró la garganta y confirmando las sospechas de Alex leyó:
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Sueña conmigo, por favor.
Teen FictionEsta es la historia de Alex, un chico huérfano desde su infancia el cual no hace más que soñar con el día en que saldrá del orfanato. Portada hecha por @berealxstic