Capítulo 16.

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—Creo que tú ya me has contado todo, porque no creo que tengas más que contarme —comentó Alex unos minutos después de que Bruno no se enterara de la misa la media—. Voy a empezar a contarte todas las cosas que me han pasado desde que me fui, detalladamente.

Alex estaba tan centrado en la conversación que ni siquiera estaba haciendo caso al gran dolor que tenía en el pie.

—Puede ser —Bruno se refería a que él le había contado absolutamente todo—. Por favor dime todo lo que te ha pasado.

—Está bien, empezaré por lo menos difícil de comprender y acabaré con las cosas más complicadas.

Con un leve movimiento de cabeza Bruno le dijo que empezara.

—Lo primero: mi familia —empezó Alex—. Son geniales, mi madre adoptiva se llama Bego y mi padre adoptivo se llama Jose —Alex puso una extraña entonación en madre y padre porque no le gustaba llamarles así— Les quiero mucho, no creo que hubiera podido tener más suerte con otros padres. El resto de la familia también es genial. Sobre todo dos primos de más o menos nuestra edad que son realmente impresinantes y nos llevamos genial no, lo siguiente. Se llaman Laura y Ander.

Bruno se quedó interiorizando un instante lo que le había dicho Alex y enseguida preguntó:

—Ander es un nombre un poco raro, ¿Verdad?

—Sí, como a su padre le encantaba el País Vasco le llamaron así, es un nombre bastante común para ellos. O al menos eso creo que me comentaron a mí.

—Continúa, por favor, estoy ansioso de saber qué más te ha pasado porque antes solo me has mencionado un poco las cosas por encima y no las he entendido bien.

—Qué más… Ah, sí. El colegio —empezó Alex—. No me costó mucho integrarme la verdad porque ahí todos se llevan bien con todos —tras un instante en el cual tragó saliva pensó bien sus últimas palabras sobre aquel tema. Pero… ¿Le diría lo de Marta?—.  Los amigos que yo más destacaría son Jordi, Álvaro, Maitane y Naroa, son muy buenos amigos con los que he compartido momentos inolvidables. Ta… —Alex empezó a decir una frase que se llevó el viento y que Bruno claramente notó.

Alex por un momento pensó que no le preguntaría nada al respecto pero pronto Bruno se lo preguntó.

—Sé que hay algo que no me has contado, sin secretos… ¿Recuerdas? —no lo dijo en tono reprochador, solamente quería recordárselo.

—Hay otra cosa más, y no estoy orgulloso de decirte que… —paró un momento antes de seguir—. Una chica de mi clase me besó, y la correspondí durante un rato hasta que me di cuenta de lo que había hecho —Alex observó la reacción de Bruno antes de continuar—, pero no quiero hacerle esto a Sara, porque al fin y al cabo fue la primera y no quiero que lo pase mal. No hasta que hablemos sobre ello, no hasta que sepamos qué vamos a hacer con nuestra relación ahora que todo se está complicando. Por esa razón necesito verla, tengo que hablar con ella.

Durante unos instantes el cerebro de Bruno meditó sobre toda aquella información y la asumió. Pensó sus palabras bastante antes de añadir:

—Tranquilo, pronto la verás, juro por nuestra amistad que os volveréis a ver —dijo Bruno con un tono irónico, ya que lo más seguro era que se volvieran a ver y que su amistad durara para siempre—. No te arrepientas, es verdad que los seres humanos necesitamos olvidarnos de las cosas a veces, así que no le des más vueltas a aquel beso.

—Se llama Marta, y se ha mudado sin decir nada a nadie —añadió Alex, aunque la verdad era que daba un poco igual en aquellos momentos—. Seguimos, ya hablaremos de Marta en otro momento, aunque no hay mucho de lo que hablar, la verdad.

Sueña conmigo, por favor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora