Capítulo 24.

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Al día siguiente Alex y sus padres irían a Tenerife, la isla donde estarían más tiempo que en las demás, debido a que había muchos sitios más que visitar y recorrer. Alex sabía que iba a ser una experiencia inolvidable para él.

Estaba agotado, porque había estado gran parte de la noche hablando con sus primos. Les había contado todo lo que le había pasado aquella tarde. Como para ellos era lo más normal del mundo ir a la playa o nadar, porque veraneaban en Murcia, se mostraron muy asombrados cuando Alex les contó aquello con tanto énfasis en cada una de sus palabras.

Hablaron durante mucho tiempo y por aquella razón Alex no había dormido mucho, aunque sabía que tendría una hora de viaje en avión para poder descansar libremente.

Tardaron media hora en ir al aeropuerto, aunque aquel día no se le hizo tan larga la espera a Alex, no estaba ni la mitad de nervioso que la primera vez. Simplemente estaba ilusionado de que fueran por fin a Tenerife, les esperaban diversos buenos momentos en familia.

Aquella vez el avión que cogieron era muchísimo más pequeño que el de la otra vez, posiblemente porque iban más cerca. Algo que Alex tuvo que preguntar a Jose, debido a que no le veía el sentido.

Tal y como Alex pensó, en cuanto se sentó en el asiento y comprobó que nadie más se sentaba cerca de él, se durmió, y no despertó hasta que casi el avión toco el suelo de Tenerife.

Aunque aquella vez volvería a acordarse de sus sueños, una vez más, Sara estaba en ellos.

Estaban en aquel avión aunque no había nadie más en el, Alex se frotó los ojos y bostezó. Miró a su alrededor y de repente vio a Sara.

Hola Alex le soltó de repente con una leve sonrisa en el rostro.

Sa… Sara, no esperaba verte aquí Respondió Alex pasmado. Hola, ¿Qué tal? Sacudió la cabeza, sabía perfectamente que aquella no era Sara realmente, sino un sueño.

Alex era una de las pocas personas que podía saber que estaba soñando sin despertarse, era algo de lo que Alex siempre reía, por no llorar; Porque era extraño e incluso podía llegar a dar miedo.

¿Por qué no viniste con tus amigos? le preguntó ella haciendo caso omiso a lo que Alex le acababa de decir.

Ya me ves, mis padres decidieron venir a las Islas Canarias durante las vacaciones respondió él. No he podido hacer nada para no venir, son unas vacaciones familiares. Como ya sabes, era mi sueño venir aquí.

Pues ahora tendrás que esperar a que tus amigos te cuenten lo ocurrido dijo con una sonrisa pícara. Te tocará esperar.

Sí, tendré que esperar. Gracias por recordármelo agradeció irónicamente.

Sara se empezó a reír con una risita tonta y se volvió a cambiar de sitio, llevaba toda la conversación moviéndose. Lo siguiente que dijo fue desde uno de los primeros asientos del avión, en el que se había puesto de pie.

¿Me echas de menos? preguntó ella inocentemente sorprendiendo a Alex. Yo te echo muchísimo de menos.

¿Cómo me vas a echar de menos si no eres más que un sueño? –preguntó triste Alex. Yo claro que te echo de menos, no lo dudes ni un segundo.

Sueña conmigo, por favor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora