°•Capítulo 43•°

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Narra Madison:

La casa de Colton me trae recuerdos, están borrosos pero sé que aquí no pasó nada bueno.

—¡Abre la puerta y sal a ayudarnos! —Grita Danna mientras lleva varias bolsas y espera en la puerta de la fraternidad de Colton.
—Voy, voy —Dice Colton saliendo de la fraternidad y caminando hacia mí.

Me encontraba cogiendo algunas de las bolsas en el maletero, las cuales pesaban demasiado por culpa de las botellas de refresco.

—Te ayudo —Dice quitándome las bolsas.
—No importa yo puedo —Le digo pero él se niega.
—No pasa nada así podemos coger más bolsas y dar menos viajes —Suelto una mueca y asiento.

Colton estaba repleto de tatuajes, su pelo rubio tintado estaba despeinado y sus ojos verdes combinaban demasiado bien con su piel blanca.

—Es bonito que dejes hacer la fiesta en tu fraternidad —Le digo mientras camino a su lado.
—¿Estás de broma? Todo esto lo hago para joder a los de mi fraternidad y a mis vecinos que siempre se quejan porque pongo la música muy alta —Rueda los ojos.
—Hubiera quedado bonito decir que es porque somos tus amigos y es la última fiesta del año, pero tampoco está tan mal lo que has dicho —Causo una carcajada a Colton mientras niega.
—Eres demasiado inocente y eso te hace ser adorable, pero estás con James y no quiero sonar raro —Se burla mientras entramos a la cocina.

Al entrar puedo ver como James se encuentra de brazos cruzados mirando fijamente a Colton.

—¿Has dicho mi nombre? —Dice James.
—No ¿Tú has dicho su nombre? —Me pregunta Colton.
—Emm no... —Le digo sin entender nada.
—Pues largo —Dice James molesto.

James desvía la mirada hacia mí, sé que estaba poniendo la oreja y eso me causa una sonrisa.
Suelto las bolsas en la encimera de la cocina y me acerco a él para darle un beso pero me paro a centímetros de sus labios.

—Te he comprado una cosa... —Musito mirando sus ojos.
—¿Sí? —Me responde vacilón y asiento.
—¿Y puedo saber que es? —Niego separándome lentamente de él.
—Aún no —James niega con una sonrisa vacilona y levanta la mirada para ver si viene alguien.

No puede evitar acercarse a mí y agarrarme de las nalgas mientras mira mis labios. Suelto una sonrisa mientras miro sus ojos azules.

—Suéltame James... —Musito con una carcajada sutil.

James no es capaz de resistirse a darme un beso pero rápidamente alguien entra a la cocina.

—Un respeto, me tenéis trabajando mientras vosotros estáis dándose el lote en la cocina y los otros follando en mi habitación —Dice Colton enfadado dejando las bolsas de manera brusca en la encimera.
—Lo siento, ya voy —Le digo separándome de James rápidamente.
—Deja de llorar —Le dice James cogiendo una cerveza de una de las bolsas.

Colton aprieta su mandíbula y sale de la cocina.

—Vamos a ayudarlo anda... —Le digo haciendo pucheros para intentar convencerlo.

James rueda los ojos y gruñe enfadado, caminamos hacia puera de la fraternidad. De nuevo mis botas se vuelven a cubrir de nieve y un escalofrío recorre todo mi cuerpo. James y yo cogemos las últimas bolsas repletas de comida al igual que refrescos, cerramos el coche y volvemos a entrar a la fraternidad.

—Pon la calefacción si quieres Madi —Me dice Colton pasándome el mando del aire al ver que tiemblo de frío.
—Gracias —Le digo.

Cojo aquel pequeño mando blanco, tenía pocos botones por lo que no es muy complicado encender el aire y aumentar la temperatura al máximo, hasta dejar de sentir aquel frío insoportable que recorría por todo mi cuerpo.

Peligrosamente Inevitable® ✓ (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora