°•Capítulo 46•°

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Narra Madison:

Al ver entrar a todas las chicas de la fraternidad un escalofrío recorre todo mi cuerpo.

—¿Qué tal Madi? —Me dice un chico sacándome de mis pensamientos.

Al mirarlo puedo ver como es Daniel, el hermano de James. James no parece muy satisfecho por la presencia de su hermano, ya que sus miradas de tremendo odio hacen saltar todas mis alarmas. Daniel iba con una camisa blanca, los botones del principio de su camisa estaba desabrochados y todo el mundo podía contemplar su pecho repleto de tatuajes. Sus pantalones eran negros y llevaba una gran sonrisa la cual era provocada por el alcohol.

—Vete —Le dice James.
—Vamos... Hermanito... —Daniel toca mi cabello y rápidamente lo paro.
—¿Estás buscando que tu hermano te pegue un puñetazo? ¿Así quieres empezar el año, Daniel? —Oigo como una chica rubia suelta una carcajada y Daniel me mira sorprendido.
—Joder, con que carácter ha despertado la princesa durmiente —Ruedo los ojos y Danna la mira.
—¿Y tú qué diablos haces aquí? ¿Ya te han echado de las demás fraternidades por acostarte con todos sus integrantes? —La chica suelta una carcajada sarcástica y le da un trago a su bebida.
—Menuda pareja se ha juntado... —Se burla Danna mientras se ríe con James.

Puedo ver como Drake se acerca a James y le dice algo al oído. El chico suelta una carcajada y me mira.

—Ahora vuelvo —Me dice.

Asiento viendo cómo desaparece entre la multitud la cual va aumentando. Veo como Sam se acerca y suelta una sonrisa forzada.

—Vas muy guapa Madison —Suelto una mueca mientras agarro mi vaso de Coca-Cola.
—Tú no te quedas atrás —Le digo causándole una sonrisa.
—Hola, Danna —Le dice Sam haciendo que la chica ruede los ojos y camine hacia la cocina.
—Buenas Sam —Dice aquella chica rubia repleta de tatuajes la cual se me hace familiar.
—Loren —Le dice en forma de saludo mientras suelta una tos incómoda.

Su nombre enciende una llama de odio en mi cuerpo, rápidamente desvío la mirada hacia James el cual ríe con unos amigos.

—Bueno solo venía a saludarte —Dice Sam.
—Si James se pone muy borracho sabes que puedes llamarme —Niego.
—No, no te preocupes —Él asiente y miro de arriba a abajo a Loren.
—Ya me las apañaré yo solita —Musito caminando hacia donde se encuentra James.

Al acercarme puedo ver una mesa repleta de vasos cada uno lleno de un alcohol diferente.

—¿Hey Madi quieres jugar al bebe pong? —Grita Drake entre carcajadas.
—No sé jugar —Me rio al ver que se tambalea.

James se ríe con los chicos y no puede evitar mirarme y darme la pelota.

—Tienes que meterla a uno de los vasos —Asiento colocándome delante de él.

Me coloco la bola cerca de mi cara para poder calcular con un ojo cerrado la posición exacta para que la pequeña bola blanca entre en el pequeño vaso.
Una vez la tiro, puedo ver como la pequeña bola rebota en el filo del vaso y sale disparada hacia el suelo.

—Casi —Musita James en mi oído.

Un chico lanza la pelota y la mete en uno de mis vasos. Todos sus amigos ríen mientras le dan palmadas en la espalda.

—Te toca beber —Me dice un chico cogiendo mi vaso de Coca-Cola y cambiándolo por uno repleto de alcohol.

Miro el vaso que se encuentra en mis manos, el alcohol que contiene es transparente y el olor que desprende no parece tan desagradable.
Veo como James me quita el vaso y rápidamente se lo bebe de un trago, lo miro sorprendida como suelta el vaso en la mesa y vuelve a coger la pelota.

Peligrosamente Inevitable® ✓ (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora