°•Capítulo 38•°

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Narra James:

El portátil de Madison sirvió demasiado bien para que podamos ver una película en la cama mientras comíamos en las pequeñas cajas de comida china.

—Recuerdo la película que vimos —Me dice con las piernas cruzadas y con la pequeña caja en las manos.
—Era un horror —Le digo mientras me llevo unos fideos a la boca.
—No mientas —Suelta una carcajada.

Me encojo de hombros mientras mastico y miro hacia la pequeña pantalla del portátil. Madi suspira y deja en la mesita de noche la pequeña caja repleta de arroz.

—¿Puedo preguntarte algo? —Rápidamente paro la película y la miro.
—No serías Madison Hart si lo no hicieras —Ella rueda los ojos con una sonrisa forzada.
—Echo de menos a mi padre —Madi mira hacia otro lado algo dolida.
—Mi cabeza da demasiadas vueltas y muchas veces encuentra recuerdos que no debería recordar —Respiro hondo.
—¿Cómo era tu padre? —Sus ojos se ponen vidriosos.
—No lo sé —Dice con voz ronca.
—Se parecía un poco a mí —Suelta una sonrisa repleta de nostalgia.
—Sus ojos eran verdes y su pelo tenía el mismo tono que el mío —Me dice con voz ronca.
—¿Y cómo se llamaba? —Le pregunto.
—Jackson —Mi corazón late al escuchar ese nombre.
—Parece que los Jackson abandonan a sus hijos —Le digo demasiado enfadado mientras como.

Madi se limpia las lágrimas y apoya su cabeza en mi hombro mientras mocosea de vez en cuando.

—¿Nunca has hablado con tu madre de él? —Ella asiente.
—Pero nunca me han dado respuesta —Aprieta sus puños.
—Parezco una niña, una niña a la que todo el mundo intenta proteger ocultándole la verdad —Respira hondo.
—Yo siempre te contaré la verdad —Ella suelta una sonrisa y niega.
—Eso no es cierto —Veo como Madi se levanta de la cama y camina hacia el baño para coger un poco de papel.

Me quedo callado al saber que es cierto que le he ocultado lo de su virginidad. Veo como se limpia las lágrimas y más tarde se echa un poco de agua en la cara.

—Si no te conté la verdad fue para que no desaparecieras de mi vida Madison —Ella se voltea.
—Con eso solo consigues que me vaya —Sus palabras me hacen daño pero decido levantarme de la cama.
—¿Qué quieres saber? —Le digo con un tono un poco molesto.
—Dime —La obligo a contestar.
—¿Crees que yo no estoy cansado de ocultarte lo que realmente pasó? ¿Lo asquerosa que es tu madre y lo mal que te trata? —Madi abre los ojos y camina hacia mí.
—No estropees todo lo que acaba de pasar James —Dice mirando hacia la cama demasiado enfadada.
—No lo estoy estropeando Madison, te estoy diciendo la puñetera verdad —Ella traga saliva.
—Tu madre es una bruja y hará lo que sea con tal de sepárate de mí e incluso hasta acabar con tu maldita vida —Los ojos de Madison se ponen demasiado rojos.
—Si —Respiro enfadado.
—Tu madre pagó a Gabriel para que dejaras de estar enamorada de mí —Me encojo de hombros furioso.
—Por eso me da asco, para mí está muerto, lo odio al igual que a tu madre —Aprieto la mandíbula.
—Y por eso mismo pasó lo del accidente —La miro enfurecido.
—Tuviste una discusión demasiado fuerte con ella y cogiste mi coche —Le suelto.
—Y estoy cansado de que tu madre haga comparaciones con chicos mejores que yo —Veo como una lágrima cae por la mejilla de Madison.

Un silencio se forma y veo como Madi me mira atemorizada. En su cabeza pasan millones de escenarios y recuerdos los cuales le hacen daño.

—Yo no soy como tu padre —Ella levanta la mirada al escuchar mi voz y da un paso hacia atrás.

Camina hacia el baño y no duda en cerrar la puerta y el pestillo. Peino hacia atrás mi cabello y no dudo en coger un cojín y tirarlo demasiado enfadado hacia el suelo.

Peligrosamente Inevitable® ✓ (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora