XIV

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-¿Para qué lado, colega? -les pregunta Seungun a Jungkook, acomodándose la mochila en una encrucijada-. No hay letreros.

-Esa es la definición literal de un sendero sin marcar -observa Jungkook.

-Ah, sí -ríe Seungun-. Supongo que tienes razón. ¿Cómo encontraste esta catarata secreta, entonces, si el camino no está indicado?

-Leí al respecto. La catarata no figura en las publicaciones oficiales del parque porque hay cataratas más grandes a las que es más fácil llegar desde los senderos principales -explica Jungkook-. Esta no le conviene al excursionista que viene por un día. Y cuando la encontré por primera vez, venia caminando en la dirección contraria, así que dame un segundo para encontrar el sendero hacia el sur.

Es la media tarde. Esperamos hasta último minuto para irnos, nos cargamos de emparedados e el pabellón a la hora del almuerzo y rellenamos nuestras botellas de agua. Luego caminamos de vuelta al auto de Yongsun y condujimos un par de horas por caminos de montaña tan sinuosos que daban miedo, hasta llegar a un estacionamiento del parque nacional. A partir de allí, empezamos a caminar por senderos marcados en dirección a la catarata.

Y seguimos caminando...

Hemos estado avanzado por tres horas. Nunca caminé tanto en mi vida. Pero no es mi mayor preocupación. Me pregunto cómo me las arreglaré para volver por mi cuenta para tomar el autobús a la fiesta estelar cuando sea el momento.

-Se supone que este sendero no se no bifurca hacia el este -murmura entre dientes Jungkook, mirando un mapa satelital en su teléfono.

-¿Cómo es que tienes señal? -pregunto. He revisado mi teléfono varias veces a o largo del camino para asegurarme de que mamá haya recibido mi último mensaje donde le explico que no se preocupe si no sabe nada de mí por unos días. Pero nada. Es como si tuviera en la mano un ladrillo, para lo que me sirve.

-El GPS es independiente de la señal de celular -explica Jungkook-. Tengo guardados todos los mapas digitales en el teléfono. Pero este no funciona muy bien. A veces no se puede confiar en la tecnología. Por suerte, tengo un repuesto.

Guarda su teléfono y extrae un pequeño cuaderno con cubiertas de cuero, que está por reventar. Mis cuadernos siempre están cuidados y son delgados; el de él... no. Quita la banda elástica que mantiene el anotador cerrado, lo abre y echo una ojeada: mapas de papel plegados, folletos de parques y páginas cubiertas por la letra característica de Jungkook, mayúsculas y en negros, con los ocasionales dibujos de árboles, flores silvestres, letreros de senderos, ardillas. Incluso descubro lo que parece ser un bosquejo estilo anime de Suni y Yangmi.

Recuerdo las mapas que dibujaba cuando éramos niños. Y el mapa que me hizo, que descansa al fondo de una gaveta en casa. Y siento un intensa punzada de nostalgia.

Ha cambiado mucho. Pero no en esto.

Me descubre mirando el cuaderno y rápidamente quita un mapa plegado antes de cerrar las cubiertas de un golpe.

Es una tontería sentirme insultada. Lo que hay allí ya no es cosa mía. Ya no.

Jungkook despliega el mapa sobre una roca gigante. Descifra una maraña de líneas topográficas y traza senderos invisibles con el dedo.

-Ah, espera. Ahora entiendo. Izquierda. Tenemos que ir hacia la izquierda.

-¿Cómo entiendes eso? -comenta Seungun-. ¿Estás seguro?

-Tan seguro como usted de que la Yurta era un urinal, señor Orino Donde Quiero -responde Jungkook, plegando el mapa y guardándolo en su cuaderno.

Estrellas  |  J.J.KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora