El beso se empezó a intensificar cada vez más, lo sentía tan cuidadoso, pensaba que no iba a avanzar, pero me sorprendió cuando sentí sus manos en mi cintura y de un tirón me subió arriba suyo quedando en horcajadas.
—apareciste impredecible—susurré rozando nuestros labios.
Solo sonrió y siguió el beso, me acariciaba los muslos, yo estaba en short y musculosa, sentir como delicadamente acariciaba mi piel me estaba haciendo desearlo tanto.
Estaba muy nerviosa sinceramente, pero por alguna razón él me brindaba seguridad.
Siento sus manos frías subir por debajo de mi remera, me acaricia toda la espalda, baja los besos a mi cuello, corro la cabeza hacia atrás para darle más lugar.
Se siente tan jodidamente bien, que me encanta, sus besos son calientes y suaves haciéndome volar de deseo.
Me corro hacia adelante, lo miro a los ojos y llevo mis manos al final de su remera, la levanté despacio y se la saco, sonríe y vuelve a mi boca.
Me encargo de acariciar cada centímetro de su espalda, mientras muerdo y estiró un poco su labio inferior, él por su parte se encargó de sacarme la remera.
—y si vamos a la cama mejor?—pregunto, sonríe en mi boca y asiente.
Se levanta despacio conmigo a upa y empieza a caminar sin dejar de besarme.
—la primera puerta—le indicó.
Con el pié empuja la puerta abriéndola y entramos, me lleva hasta la cama y me acuesta despacio quedando arriba mío.
Sus besos bajan a mi cuello y su mano va a mi espalda que la arqueó un poco para que pueda sacarme el corpiño.
Una vez que lo saca baja los besos a mis pechos y empieza a jugar con su lengua en mis pezones, jadeo un poco.
Puedo sentir la piel que tenemos, la química y cuando nos estamos deseando los dos.
Abro mis piernas para que él quedé en el medio y puedo sentir como apoya su erección en mi parte haciéndome jadear, clavo los dedos en su espalda.
Baja por mi panza y sus manos van al botón de mi short, me mira y asiento dándole permiso a que lo saqué y eso hacé, dejándome en tanga mientras sus ojos escanean todo mi cuerpo y se muerde el labio.
Pega sus labios a uno de mis muslos y empieza a besar cada tanto pasa la lengua, mi respiración se acelera al sentirlo cada vez más cerca de mi entrepierna.
Puedo sentir lo mojada que estoy, siento que acaricia mi parte sobre la tela de la tanga y jadeó.
—por favor Liz estás tan mojada, como te extrañe pecosa—habla mirándome desde ahí abajo.
Siento mis mejillas arder pero por la oscuridad que hay sé que no me puede ver.
Con sus dedos corre la tanga hacia un costado y hunde por fin su cara ahí, pasando la lengua por cada rincón haciéndome sentir en el cielo.
No puedo controlar los gemidos y dejó que salgan, mi mano va a su cabeza, pero no hace falta que lo mueva a mi gusto por qué sabe perfectamente que hacer, eso me hace pensar que obviamente no es la primera vez que me lo hace, me conoce y me encanta.
—ay ah ma..mateo—gimo sintiendo como mi cuerpo estalla en un orgasmo intenso y hermoso, dejándome toda floja.
Sube a mi boca y me besa con desesperación, subo mis manos a su cuello, lo voy dando vuelta y con su ayuda quedó arriba de él.
Llevo la boca a su cuello y empiezo a besar, chupar y succionar, sus manos van a mi culo apretándolo con fuerza pegandome en su erección.
—no aguanto más mi amor—dice agitado y me derrito de ternura por cómo me llama.
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Luz // Trueno // #2da parte de "Impredecible"
Novela JuvenilHoy puedo entender que hay gente que es Luz y gente que es sonido. Los que son sonido son esas personas que hablan mucho, te entregan el cielo con palabras y vos te comes el cuento que al final resulta ser que solo eran palabras vacías. Los que son...