II

371 28 6
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Cómo aún no se puede crear la droga perfecta? Una donde no tengas resaca, que no dañe tu sistema o te haga sentir inútil al día siguiente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


¿Cómo aún no se puede crear la droga perfecta? Una donde no tengas resaca, que no dañe tu sistema o te haga sentir inútil al día siguiente. Debí estudiar química para poder inventarla, joder.

Mis extremidades duelen, pero soy consciente de que he despertado. Vaya noche intensa y que comienzo de mierda. Él está dormido sobre mi pecho, ahora entiendo porque siento esta dolorosa incomodidad. Con cuidado lo quito, si fuera otro ya lo habría empujado sin consideración.

Intento levantarme, enseguida voy a tomar una ducha para despertar un poco, después vestirme, beber agua, lavarme los dientes y esas cosas mañaneras.
Las horas pasan, Damon sigue dormido, entiendo su cansancio. Por lo que hablamos, jamás había consumido la heroína que yo consigo; y yo obtengo de mejor calidad.

Su cuerpo tendido sobre la alfombra me recuerda lo que hicimos. Por Dios, es mi amigo y él nunca estuvo en mis planes ¿por qué lo hice con él? No puedo arrepentirme ahora que lo he hecho, sólo puedo apreciar el buen cuerpo que tiene y confirmar que no es virgen o gay.

De pronto se levanta de golpe, esto me asusta pero enseguida tomo la compostura, debo ser seria por lo que haré. Después de unos segundos observándome sonríe.
Mi mirada baja por su torso; lento recordatorio de su desnudez. Está bueno pero no es mi tipo. ¿Qué me pasó ayer?
Él se sonroja y enseguida cubre su erección mañanera, aunque es casi tan potente como la de ayer.

—Maldición Elektra, me diste un susto de muerte, creí que te había dado una sobredosis o algo así. No respondías por más que te llamaba.

Él es un gran amigo, no lo perderé por lo que hemos hecho, por esa razón debo ser cortante, no quiero que piense que lo de ayer significó algo para mí, porque no fue así.

—Damon, por favor ponte ropa.

Esto lo ha sorprendido, se nota dolido, pero no me interesa. Después de vestirse se sienta a mi lado, en el borde de la cama.

—Vi que dormías muy bien y preferí que despertaras por tu cuenta, pero debes irte antes de que llegue mi padre.

—E-Elektra, y-yo —tartamudea y esto es desesperante, no debe estar nervioso.

—No debió pasar, somos amigos Damon. Olvidémos esto, ambos estabamos drogados, no sabíamos lo que pasaba.

—Lo sé, eres como mi hermana. Esto fue una locura. No volverá a pasar porque es raro.

Al menos piensa lo mismo que yo, esto es mejor. No quiero que él invente vínculos de romance donde no los hay.

—Muy extraño, pero sólo fue sexo.

—Así es —suelta una risita—. Me alegra que pienses igual.

Ambos nos sonreímos.

Él no se queda para desayunar porque debe ir a casa, y mi padre llegará pronto aquí.

Es sábado, y mi día se va en ver películas, salir a hacer algo de ejercicio, escuchar música, y hacer tareas de la universidad. Me sorprende un día tan tranquilo; pero todo cambia cuando recibo una llamada de Rick invitándome a una fiesta, no quiero ir así que niego la invitación y paso el resto del día hablando por teléfono con Graham.

Domingo: mi padre se va al trabajo. Una hora después de que he comido Graham llama a mi puerta.

—¿Cómo estás linda? —le sonrió, él entra y me da un beso rápido en los labios.

—Vamos a tu habitación —toma mi mano, cierro la puerta y me lleva casi arrastrando hasta arriba, nos tiramos en la cama, ahí entrelazamos nuestros dedos.

Después de minutos conversando, seguidos por un breve silencio, él suelta:

—Tenemos que salir de este lugar, no conseguiremos nada aquí.

Me levanto un poco, recostándome boca abajo y apoyada por los codos para verlo, él deja de ver el techo para observarme.

—¿A qué te refieres?

Él no me responde, observa mi rostro, se pierde en mis ojos, y analiza mis labios mientras su mano acaricia mi cabello, esto me hace soltar una risita.

—Elektra, creo que te amo.

Pienso que es broma pero está serio, observándome. Yo siento algo fuerte por él, eso es obvio.

—Creo que yo también, Graham —sus ojos se hacen pequeños por esa sonrisa.

Me inclino hacia él para borrarla; comienzo a besarlo. Él me sigue lento, tratando de darme más que el simple comienzo para un acto de lujuria. Siempre ha logrado hacer que esto sea más tranquilo, pero hoy es más que otros días. Sólo disfruto ese calor entrando a través de mi boca.

Sus manos bajan a mi cintura, aprovecha para girar en la cama, dejarme abajo y ponerse entre mis piernas, sé lo tanto que adora estar arriba. No deja de besarme, una vez que comenzamos jamás se detiene, por eso baja hasta mi cuello, donde deja su exquisita humedad mientras siento su cuerpo en contacto completo con el mío. Sus manos me recorren, invaden mis prendas tocando mi piel debajo, sólo me aferro a ese cabello negro y suave.

Levanta mi blusa, y enseguida comienza a besar mi abdomen, bajando de una forma lenta y tortuosa. Está a nada de quitarme los jeans, sé que piensa hacerme sexo oral, sabe lo mucho que lo adoro, pero esta vez sólo quiero sentirlo a él.

Lo separo de mí, se acomoda para volver a besar mis labios, y presionar su miembro contra mi entrada. Aprovecho para quitar sus lentes, él quita mi ropa de una forma lenta, queriendo disfrutar cada parte de mi cuerpo desnudo. Recibo besos, sonrisas, caricias y suspiros.

Cuando estoy completamente desnuda, comienzo a quitar su ropa también. Él no lo impide y me ayuda a hacerlo.

Entonces entrelaza mis dedos con los suyos, mis manos están contra la cama. Pronto se desliza lento, viéndome a los ojos, nuestras bocas se abren para gemir; sólo puedo presionar más fuerte sus manos y cerrar mis piernas instintivamente.

Empuja lento, hasta llegar a donde le es posible. No puedo mantener mi mirada sobre él, pero cada vez que abro los ojos, encuentro los suyos dilatados y una expresión concentrada, observándome.

Su pelvis choca contra la mía, en movimientos lentos y potentes. Pronto, vuelve a besarme, mientras gemimos sobre nuestros labios. Me ha dicho lo tanto que esto lo prende.

De pronto no tenemos suficiente, su velocidad aumenta, suelta mis manos para aferrarse a mi cintura y sus besos se quedan en mi cuello. Yo vuelvo a acariciar ese cabello, mis labios pronuncian su nombre entre gemidos.

Él parece gritar, y se detiene hasta que no puedo más, mi líquido lo empapa ligeramente y mi boca grita mientras mi cuerpo parece convulsionar. Estoy temblando ante lo maravilloso que ha sido.

Al final me dedica una sonrisa, misma que le regreso, nos damos un beso tierno y largo. Finalmente cae, abrazado a mí y con su oído en mi corazón, siendo testigo y complice de ese ritmo desbocado.

Nos mantenemos recostados y hablando sin dejar de abrazarnos o besarnos. Graham es demasiado tierno, pero también puede ser demasiado rudo en la cama; prefiero cuando las cosas entre los dos son lentas.

Se va antes de que mi padre regrese. Cuando estoy por dormir recuerdo a Damon. Espero que el imbécil no diga algo de lo que pasó entre nosotros, y sobre todo que pueda actuar normal, mañana.

ᴛᴇʀʀᴀᴄᴏᴛᴛᴀ ʜᴇᴀʀᴛ ↳ ᴰᵃᵐᵒⁿ ᴬˡᵇᵃʳⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora