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Y como lo predije, en cuatro días los chicos se han hecho las personas más respetables y cool de la Facultad de Artes. Estoy feliz por ellos, pero no por la cantidad de coqueteos que ahora tienen, la fama si que puede cambiar la perspectiva que tienen sobre ti.
Aquella chica no volvió a insistir en pedirme que le presentara a Graham, y aún así no se lo presentaría nunca, ni siquiera se lo mencioné a él ¿Qué sentido tendría?
En menos de 10 minutos, las 20 personas dentro de la casa de Justine se multiplicaron. Ahora hay un océano de gente aquí dentro, acompañada por la música, conversaciones sin sentido y, por supuesto, alcohol.
Mi ánimo es decaído, me siento fatal a pesar de estar aquí. Mi padre discutió conmigo, no quería que viniera: "Elektra, eres una niña de bien. ¿Qué vas a hacer en la casa de tus amigos toda la noche? Esas fiestas están llenas de alcohol y drogas, tú no irás".
Claro que protesté, no soy una niña, tengo 20 años. Y como una adolescente me impidió salir, tuve que escapar por la ventana, como Graham lo ha hecho un par de veces.
Ahora esnifo la primer línea de cocaína, no sé en que planeta estaban todos que Graham me interrumpe después de esnifar la tercera.
—¿Qué diablos haces, Elektra?
Yo lo observo molesta. Todos beben cerveza en esta mesa: Alex y su acompañante, Dave y la que parece ser su nueva novia, Damon, Justine y Graham, pero yo no tengo suficiente con el alcohol.
—¿Qué no te das cuenta? Aquí huele a marihuana, todos están drogados o lo estarán pronto. Déjame disfrutar la noche.
Graham y Damon son los más conscientes de todos. Esnifo la cuarta línea, y entonces él esparce la cocaína por toda la mesa, llegando a tirarla.
—¡Eres un imbécil, Graham! —me importa una mierda sus enojos.
—¿Quieres que te deje drogar mientras yo estoy cada vez más ebrio? No puedo cuidar de ti.
—¿Y se supone que yo debo cuidar de ti? —estoy muy nerviosa. La discusión con mi padre y Graham molestando es demasiado para mí, no estoy aquí para ser presionada por ninguno de los dos.
