XXI

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Puedo vivir sólo con el sexo de Elektra, es decir, algunos se mueren por al menos poder oler su cabello, yo la conozco de una forma íntima y profunda

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Puedo vivir sólo con el sexo de Elektra, es decir, algunos se mueren por al menos poder oler su cabello, yo la conozco de una forma íntima y profunda. Ella me ha brindado esa confianza, no seré un imbécil al revelar mis verdaderos sentimientos, y por esa razón perder lo que ella me da.

Conozco su cuerpo, el cual no deja de alarmarme: ella cada vez está más delgada, usa maquillaje para cubrir sus ojeras, sus brazos tienen marcas o están morados y parece estar agotada. Graham no ha dejado de compartirme todo lo que le inquieta sobre ella, al final soy el único que sabe que ellos mantienen una relación, yo y la familia de Coxon. 

Elektra sólo quiere estar dormida, come poco, parece estar triste pero no lo dice, Graham no sabe qué otra cosa hacer con ella o por ella. No quiere incomodarla, ambos sabemos que Elektra es testaruda y orgullosa, dice que está bien, se molesta cuando preguntamos por su salud. He ido a su apartamento un par de veces, sus ojeras han logrado enterrar esa mirada vivaz. 

Al menos, cuando NME nos mencionó en su revista (cuando les enviamos la canción She's so high, canción que compuse para Elektra), ella se alegró. No sé qué va a ser de ella, ahora debe conformarse con un trabajo de medio tiempo en una tienda de cosméticos, para poder ir a audiciones. Mientras que nosotros casi hemos terminado en un año nuestro álbum, y eso nos hace muy felices, y nos ha emocionado.  

Pero ahora me sorprende verla tan sobria en una fiesta. Mientras quiero enfocarme en ella y sus movimientos, estoy reprimiendo este impulso por no salir a buscarla, aunque sé que desapareció con Graham, quien ya estaba algo ebrio, típico de él. 

La risa de Justine hace que me enfoque en ella y lo linda que se ve. Es realmente preciosa, pero no es Elektra, y me siento fatal por hacerle esto a alguien como Justine, pero soy imbécil. 

—Damon, te amo —me grita y sonrió.

—Yo también te amo, Justine.

Pasan un par de canciones, regresamos a nuestra mesa reservada, bebemos aún más. Yo necesito ir al baño, dejo a Justine sola cuando una de sus amigas se acerca a nosotros y comienza a platicar con ella.

Steve nos invitó a su fiesta de cumpleaños, por eso estamos en su gran casa. Busco baños en la planta baja, pero todas las puertas están cerradas. No lo pienso mucho y decido subir esas elegantes escaleras. Comienzo a explorar y no encuentro el jodido baño. ¿Qué tan difícil debe ser encontrar un baño en esta gigantesca casa? De pronto encuentro una gran habitación, dentro de ella un baño. A decir verdad, creo que jamás había estado en uno de este tamaño, es justo como en las películas, está sumamente limpio, me da vergüenza orinar aquí. Estoy lavándome las manos cuando me sobresalto por el sonido de una puerta siendo cerrada muy fuerte. Enseguida escucho voces que se ahogan por la música. Voy a salir antes de que haya problemas por estar aquí, o de que escuche algo que no debo, pero reconozco su voz al estar frente a la puerta. 

—Por Dios, date prisa, tonto —es Elektra quien lo dice entre risitas.

Maldición, no quiero ver que lo hace con Graham, pero el pensar en los dos, por alguna razón, me parece interesante. ¿Cómo carajos la toca Graham? ¿Elektra se siente mejor conmigo o con él?

—Por Dios Elektra —a pesar de la música que viene de abajo, reconozco que esa voz no es de Graham, entonces abro la puerta.

Steve me observa quedándose estático y borrando aquella sonrisa, Graham duerme en la cama mientras Elektra está semidesnuda, a un par de metros de ellos, observándome con una sonrisa.

—¿Quieres unirte a nosotros, Damon? —aquí sé que algo está muy mal. Ella está ebria o drogada, lo sé porque se tambalea hasta mí, Graham está demasiado alcoholizado y Steve parece ser el único consciente. 

—¿Qué pasa? —lo observo para que me de respuestas, mientras Elektra se abraza a mí y comienza a besar mi cuello, intento apartarla, pero no se detiene.

—Los vi demasiado mal, creí conveniente traerlos a descansar —no confío en él, la forma en que siempre ha visto a Elektra me da nauseas, y pensar que ella está semidesnuda frente él no me gusta—, ella comenzó a desnudarse y saliste.

Entonces Elektra salta a mí y sujeto sus piernas, apenas puedo mantenerme en equilibrio, la llevo hasta la cama mientras Steve comienza a hablar. 

—Está muy emocionada de verte y no pareces sorprendido por su reacción, ¿hay algo que nadie sepa? —cuestiona cómo si hubiera descubierto algo muy importante.

—Lo mismo te pregunto, no te inmutaste al verla semidesnuda, ¿qué planeabas hacer con ella?

—Dames —la observo, toma mis manos y me acerca a ella—. ¿Qué te parece Graham, tú y yo?

Esos ojos dilatados me llevan a otro mundo, son del verde más sexy qué he visto, y esa sonrisa hace que quiera hacerla mía, ahora mismo.

La puerta se abre, es una chica que se impacta un poco por vernos a todos aquí.

—Steve, ¿dónde estabas?, los invitados están preguntando por ti, vamos.

Ella se lleva a ese hombre, cerrando la puerta, entonces Elektra se arrodilla en el borde de la cama, toma mi nuca y me acerca a ella, enseguida me besa. Sus labios me resultan cálidos, me hacen olvidar la erección entre mis pantalones desde que la vi semidesnuda, su tacto es confortante, entonces se separa del beso, pero soy incapaz de abrir los ojos.

—Dames, tómame —toda la niebla de sensualidad que me rodea se desvanece, abro los ojos y veo a Graham durmiendo, con Elektra demasiado feliz, está drogada.

—¿Quién te ha dado droga? —ella sonríe y se esconde en mi cuello donde comienza a dar pequeños besitos.

—No puedo decirlo, él no me llevaría a más audiciones.

—Elektra —sujeto su cabeza, para hacer que me observe, ella observa mis labios mordiendo los suyos—. ¿Él te da toda la droga que consumes?

Sus ojos se posan sobre los míos, y hace un puchero.

—Por favor bésame, hazlo ahora —me congelo de nuevo, sus manos me jalan por la playera y vuelve a besarme, lo hace hasta que se cansa, porque es ella quien se separa.

—Hizo que Graham se embriagara, después me dio lo mío Dames, deja de darle vueltas, sólo te quiero follándome fuerte y duro.

Me siento a su lado, ella sube sobre mí y me besa. Yo acaricio ese delgado cuerpo. Me da rabia pensar que él le da droga y comienzo a pensar en aquel día que ella estaba dormida en el sofá de Steve.

El pésimo estado de Elektra, y todo lo que he visto y escuchado me hacen sentir un animal al tenerla drogada sobre mí. No entiendo que pasa, pero estoy seguro de que no es bueno. Y después de unos minutos Elektra está dormida sobre mí. Acaricio su piel, y ese bonito cabello, tengo demasiado por procesar mientras la siento cerca, hasta que escucho pasos afuera, entonces recuerdo a Justine. Joder, la he dejado sola, no sé si sigue ahí abajo. 

Para proteger a Elektra sólo cierro la puerta por dentro, cuando salgo queda bloqueada automáticamente. No comprendo que está pasando, pero ahora tengo más datos, y tal vez los problemas de drogas de Elektra los está causando Steve, es él quien le proporciona las drogas. 

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⏰ Última actualización: Feb 06 ⏰

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ᴛᴇʀʀᴀᴄᴏᴛᴛᴀ ʜᴇᴀʀᴛ ↳ ᴰᵃᵐᵒⁿ ᴬˡᵇᵃʳⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora