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Huelo el perfume de la sudadera que me prestó, sólo porque aquí dentro el clima es frio. Él está observándome, sentado en el borde de la cama. Es extraño pero me resulta tierno, y por esto le sonrió.
-¿Cómo te sientes? -pregunta en un susurro, acercándose más y comenzando a acariciar mi cabello mientras sigo recostada.
-Aún duele -él esperaba esa respuesta, y por eso se inclina para besar mi mejilla, justo donde fui golpeada-. Estoy bien -digo casi riendo.
-Hice comida, ¿tienes hambre? -sonrío y asiento, enseguida me ayuda a levantarme, tomando mis manos.
Antes de dormir hablé con mi madre. Odia demasiado a mi papá, sólo que no lo quiere decir frente a mí, y por esa razón me dijo que ella seguiría enviando dinero para la universidad. No será mucho, pero me ayudará a sobrevivir; y le ayudará a Graham con los gastos de este lugar, ahora seremos sólo dos.
-No traje ropa o dinero, lo siento Graham -explico bajo la escasa luz de las lamparas.
-Tranquila, mañana podremos ir por tus cosas, si quieres podemos no ir a la universidad. Y para que estés cómoda puedes quitarte la ropa, pero tendrás que soportar a mi amigo.
Observa su pene cubierto por su bóxer, sólo le sonrió y él devuelve el gesto. Me quedo en ropa interior y al estar debajo de las mantas veo que está listo para dormir; lo invito a que se recueste a mi lado, y lo hace después de apagar la luz. Le doy la espalda y él pasa su mano por mi abdomen.
-Esto no es lo que mereces Elektra. Te daría un buen departamento, con muebles de primera calidad y con todo en buen estado.
-Es lo que hay Graham, no te sientas mal. Algún día tendremos algo mejor.
-¿En verdad me ves contigo, en el futuro? -noto sorpresa en el tono de su voz.
-Claro que si, sino estaría perdiendo mi tiempo.
-Te amo -me susurra con cierto cariño.
-Yo también te amo.
Al día siguiente no voy a la universidad, Graham si. Lo hinchado de mi rostro ha bajado, pero ahora hay un gran hematoma con una pequeña cortada.
