XVI

195 17 8
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Y terminando la audición sólo quiero ir a casa, tomar una ducha refrescante y esperar a Graham, pero Steve Thorne me pidió que lo visitara en cuanto terminara la audición, el mismo que fue a la obra escolar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Y terminando la audición sólo quiero ir a casa, tomar una ducha refrescante y esperar a Graham, pero Steve Thorne me pidió que lo visitara en cuanto terminara la audición, el mismo que fue a la obra escolar. Ahora busca lugares donde hacen audiciones para mí, y se enamoró tanto del trabajo de Damon que se ha convertido en manager y productor de Blur. Después de tantas discusiones, se despidieron por ese nombre.

-¿Qué tal te fue Elektra? Toma asiento.

Aunque no me lo pidiera yo ya me estaba sentando en ese cómodo asiento, frente a su escritorio ordenado.

-Lo hice bien, no sé si es suficiente para ellos, pero para mí fue bueno.

Me quito el abrigo y lo pongo en el respaldo de la silla. Él mantiene una sonrisita, siempre ha sido así, muy amable con todos, aunque su especto físico delata que está agotado.

-Tengo un lugar donde puedo mover mis influencias, pero no por eso debes dejar de trabajar y hacer una buena audición.

-Claro que daré una buena actuación, siempre lo hago ¿no?

-Por supuesto que si, sólo que esta vez será muy probable que tengas el papel.

Esto me hace sonreír y él se levanta de su gran silla.

-Será en un par de días ¿crees estar lista?

-Claro que si, sólo dame mis líneas y ahí estaré.

Se inclina justo a mi lado. Me parece extraño. Se levanta con una bolsita de polvo blanco. ¡Puta madre! Olvidé que la traía, ¿en qué momento me enfoqué en otras cosas y no en dejarla en casa?

-¿Cocaína? -pregunta, demasiado distinto a cualquier vez que haya hablado conmigo.

-Heroína -no voy a dejar que los nervios me dominen, eso nunca me ha pasado, la seguridad es más importante, al final ya la vio, parece que se cayó de mi abrigo o mis bolsillos, no lo sé.

-¿Y te atreviste a ir con esto a la audición?

-Vamos -me levanto porque no quiero estar por debajo de él, esto siempre los hace sentirse con más autoridad de la que tienen-, todos esos hombres y mujeres la han consumido. ¿Acaso tú no?

Sonrío al ver que está soprendido por mi actitud, no soy idiota y no dejaré que intente pasar sobre mí.

-Temo que no puedo ayudarte más, Elektra. No puedo permitir que las caras de mi compañía porten drogas a cualquier lugar.

¿Qué diablos dice? Él no me quitará esto sólo por un pequeño descuido que jamás volverá a pasar.

-¿Tienes esposa, David?

Él se sorprende aún más. Es obvio que no la tiene, tengo casi un sexto sentido para los hombres que están reprimiendo sus ganas de sexo. Se ve que trabaja demasiado, no tiene tiempo para esas cosas.

-¿Qué dices? -pregunta nervioso mientras me acerco, me observa a los ojos, y finalmente no puedo estar mas cerca de él, nuestros cuerpos se tocan, no hace algo por retroceder, sé que lo tengo a mi merced.

-Que el incidente de la heroína no saldrá de aquí David, lo olvidaremos.

Sujeto su cuello, lo inclino hacia mí y comienzo a besarlo, él me sujeta fuerte, y sus manos comienzan a recorrer mi cuerpo, intentando desnudarme.

Maldita sea, muchos me advirtieron que para conseguir puestos altos debía hacer esto, jamás les creí, y ahora tengo que dejar que este hombre levante mi falda, me ponga contra su escritorio y me penetre.

Estoy gimiendo sin sentir algo, mientras él demuestra lo que sospechaba: lo desesperado que estaba por sexo. No tarda mucho en correrse dentro del condón, cuando comienza a tomar su ropa y a vestirse.

-Nadie lo sabrá ¿cierto? -pregunta casi en un tono desinteresado.

-Claro que no, no sabrán nada de esto -él sólo asiente.

Yo estoy lista para irme, pensando lo que he hecho por salvar mi carrera. David me da una carpeta.

-Ahí tienes el libreto, el lugar y la fecha de las audiciones. Cuando termines no olvides visitarme -me guiña el ojo.

No hago caso, tomo la carpeta pero pone su mano sobre la mía.

-Eres alucinante, Elektra.

-Lo sé -digo con una sonrisa y sujetando la carpeta para irme finalmente.

Sólo llego a casa a ducharme, por primera vez me siento sucia al tener sexo con alguien. No existe atracción ni en lo más mínimo, es horrible, pero lo merezco por ser descuidada. ¿Debo llorar? No. Sólo fue sexo igual que con los demás.

Me quedo con la ropa interior, necesito algo que me tranquilice, así que me pongo a esnifar algo de cocaína, y simplemente me recuesto, viendo al techo del nuevo apartamento que comparto con Graham. Es mejor que el anterior, pero podría ser espectacular.

No sé cuanto tiempo pasa, pero el efecto de la cocaína está pasando, sólo así me doy cuenta que Graham entra a la habitación.

-¿Cómo te fue cielo? -pregunta sonriente.

Me levanto y me paro frente a él. Tomo su cuello y lo beso. Me sostiene por los glúteos, mis piernas se sostienen a su cadera y me levanta del suelo.

-Quiero que me azotes, me golpes, me folles como si jamás me lo hubieras hecho.

Me observa serio, observa mi rostro y enseguida se lanza a besarme. Me deja caer en la cama, no puedo observarlo por mucho tiempo cuando me pone boca abajo, sujeta mis manos detrás de mi espalda, entonces simplemente levanto el trasero. Hace a un lado mis bragas y enseguida siento su lengua. Esto siempre me hace gemir, y sentir la desesperación de tenerlo dentro, entonces me ayuda metiendo sus dedos en mí. Es una maldita tortura orgásmica que no se detiene hasta que le digo que voy a venirme.

-Vente para mi cariño, vamos.

Y lo hago, al hacerlo siento la fuerza de su mano descargándose en mis glúteos. Desata los broches de mi sostén, enseguida me gira y mi cabello se queda en algunas partes de mi rostro. Aún me mantengo con mis manos detrás de mi espalda, por lo que quedan debajo de mí. Lo veo mejor, me quita el sostén y las bragas por completo, enseguida se desnuda mientras me observa completamente. Justo cuando mi respiración parece calmarse, se pone entre mis piernas, rozando su miembro, mete dos dedos en mi boca y muerde mi cuello. Esto duele, y por eso grito, pero nunca le pido que pare. Por primera vez quiero que marque su propiedad, que le haga saber a todos que no tenemos control y que lo hacemos cada maldita noche y cada vez que despertamos. Entonces me penetra, y aquellos moratones que estarán en mi piel mañana, los deja en mis senos, que muerde y chupa.

No pude notar si gemía o si me observaba, pero sólo lo escucho cuando se corre porque gime alto. Y simplemente se deja caer sobre mí, siento su respiración agitada.

-Cariño, mis brazos -se aparta recostándose a mi lado, ahora puedo sacarlos y recostarme sobre él.

-Lo siento.

Quito sus lentes, acaricia mis glúteos y espalda. Lo beso lento y mordiendo sus labios, entonces sólo lo abrazo.

ᴛᴇʀʀᴀᴄᴏᴛᴛᴀ ʜᴇᴀʀᴛ ↳ ᴰᵃᵐᵒⁿ ᴬˡᵇᵃʳⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora