Allí estaba. Por fin el día en que la conocería había llegado.
Lo planearon durante mucho tiempo, tratando de cuadrar fechas para poder verse. Y sería el 4 de septiembre, en aquel lugar.
Una finca propiedad de su familia. Ellos decidieron viajar la primera quincena vacacional, así que tenía todo el terreno para él solo. Un lugar apartado del bullicio de la ciudad, rodeado de viñedos y con alguna que otra propiedad privada a lo lejos. El sitio perfecto para su encuentro.
Así que allí estaba al fin. Nervioso. Ansioso.
Había llegado al lugar mucho antes con la intención de arreglar y acomodar la cita a su gusto, y planear sus movimientos. Más bien, decidir cuáles seguir, porque en su mente lo había imaginado cientos de veces.
Tumbado en el sofá del enorme salón de la finca, se dejó adormecer unos minutos con los recuerdos de sus encuentros digitales.
¿Cuándo fue que se conocieron? ¿En aquella fanpage? ¿O en el chat de Anime y Manga?...
No lograba recordar con exactitud.
Los amigos digitales van y vienen a gran velocidad. Al final, todos estamos en la red conectados por un interés en común. Entablar conversaciones que fueran más allá del fandom no solían tener mucho éxito, según su experiencia. Al final, se tornaba tediosa la conexión sintiendo que perdía el tiempo. Pero vivían en la Era Digital. Los antiguos modos de conocer gente estaban cambiando a pasos agigantados. Ahora, tus amigos se encontraban en Facebook y no en el salón de clases.
Sentía repulsión hacia la gente, en general. Por ese motivo, se había distanciado tanto de la "sociedad", y sin darse cuenta, se encontraba un poco solo.
Entre todo esto, conoció a AbdA y estableció un vínculo impensable para él. Las horas pasaban como inexistentes frente a su ordenador, chateando con aquella mujer. Mucho más que chateando, en realidad.
En un principio decidieron no verse ni hablarse, sólo escribirse. Y sus palabras... le dominaban. Empezando con un juego ficticio de roles, las situaciones se fueron volviendo más reales a cada encuentro.
Recordar algunas de las palabras que leyó, hacía que su entrepierna palpitase.
¿Y si no era ni siquiera una mujer? Podría ser. La gente miente constantemente en la red. ¿Y si lo fuera? Un hombre. ¿Cambiaría eso algo de lo que sentía por aquellas palabras embrujadoras?
El sol comenzaba a caer, la hora estaba próxima.
Y sus nervios vibraban. Sobre la mesa tenía preparadas ya dos copas para celebrar su encuentro. El vino aireándose, y los preservativos bajo los cojines del sofá, de la almohada del dormitorio, dentro de la panera en la cocina...
¡Hostia!, sí que estaba nervioso. ¿Qué le diría al verla por primera vez? ¿Qué sentiría al escuchar su voz? Joder, necesitaba una copa.
Tratando de relajarse, se sirvió varios chupitos bien fríos de licor de orujo para templar su nervio. No sabía si el alcohol podría lograrlo, pero al menos eliminaría su timidez y le otorgaría algo de valor.
Al mismo tiempo que ingería otro trago, escuchó el timbre de la puerta principal. "Es ella", pensó. Golpeó la mesa con el pequeño trozo de cristal, tomó aire, y temblando un poco se dirigió a la entrada.
Frente a la puerta, no pudo evitar hacer una pausa antes de girar el manillar. El timbre volvió a sonar, y su corazón saltó. "Venga, valor...", se animó a sí mismo. "No importa su imagen exterior, su interior es irresistiblemente..."
No le dio tiempo a formular el final de la frase. Había abierto la puerta, y lo que sus ojos admiraron le dejó sin habla.
—Hola, "Gin de Axus"... —la escuchó murmurar en un tono coqueto indescriptible para él en esos momentos.
Su corazón latía a mil por hora. No supo qué decir. No quiso decir nada. Se abalanzó sobre ella tomándola con fuerza de la cintura para comenzar un beso intenso sin final.
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El Esclavo de la Bruja(Borrador)
Ficción GeneralUn hombre cae bajo los efectos del hechizo de una bruja. Es obligado a realizar las más sucias acciones... pero soportando un gran placer a cambio. ¿Logrará el muchacho liberarse? ¿Querrá liberarse? Clasificación +21 Con toques de erótica y gore. Un...