𝐘𝐎𝐔 𝐖𝐄𝐑𝐄 𝐇𝐄𝐑𝐄 / Merlin X Oc / EN EDICIÓN, PAUSADA

VIII

Capítulo 8

Después de unos minutos más andando por el bosque hemos llegado a casa.

Por fin.

-Voy a estar en la habitación —anuncia Rojos y agrega rápidamente alzando una mano.—Y prometo no salirme sin avisar de nuevo.

Todos asentimos y la seguimos con la mirada hasta llegar a la habitación y cerrar la puerta. Los chicos sueltan un suspiro y yo un bostezo.

-Si bueno, yo igual me iré a dormir —me despido de ellos llevando dos dedos a mi frente.

-No no no, nada de dormir —me detiene la voz de Arthur.—Hay junta.

-¿Qué? ¿Desde cuándo hacemos juntas imprevistas?

-Desde ahora.

-Pe-pero quiero dor...

-Ya dormirás luego —Arthur sacude una mano restándole importancia y señala la pequeña sala. Resoplo y camino a ella dando fuertes zancadas como una niña pequeña regañada.

Me siento en el suelo en medio de la silla de Merlín y el sillon a mi lado derecho. Ni dormir me dejan ya.

-¿Al menos puedo tomar un poco de té? —pregunto con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

-Sí, yo lo traeré.

Los demás toman sus lugares de siempre y Arthur frente a todos nosotros para dar la plática de esta importantísima junta.

-No te enojes tanto, te harás viejita rápido.—me sugiere Merlín con tono de burla en su voz, ruedo los ojos y le saco la lengua enojada.—Wow que madura eres.

Minutos después llega Hans con una charola y tazas para cada uno, tomamos la correspondiente y doy un pequeño sorbo.

Arthur carraspea llamando nuestra atención para comenzar -Señores y señorita, bueno media señorita como sea, he llegado a la conclusión de que si queremos romper la maldición hay que trabajar en equipo—hace una pausa para verificar si hacemos alguna expresión en especial y continua.—Lo que significa, que harán todo lo que yo diga.

Ah mira.

-¿Perdona?

-¿Eh?

-¿Qué?

-¡No!

-Tienes que estar de broma.

-Hans y Jack buscarán por el Lago Lúgubre -continua Arthur ignorando las quejas de los chicos.—¡Trio! Ustedes buscarán por las Cuevas de la Desesperación. Zapatos Rojos y yo iremos, a la Avenida del Ganso Dorado.

-Puff la Avenida del Ganso Dorado, donde resulta que quedas cuando tienes una cita -le recuerda sarcásticamente Merlín a mi lado.

-Vamos a centrarnos en la misión. Y luego veremos a dónde nos lleva la tarde -eso último lo dice en un tono soñador.

-Lo único que vas a conseguir en la Avenida del Ganso Dorado es un rechazo.

-Y ni siquiera lo puedes pagar -agrego yo en forma burlona.

-Tengo posibilidades, ya han visto lo que ha hecho —señala con orgullo su mejilla aún con la mano marcada de Rojos.—Es una expresión de afecto. Cada mujer lo demuestra de forma diferente.

-Te abofeteó —le recuerda Jack y yo reprimo la risa al imaginarlo de nuevo.

-Deja que te recuerde que esto es lo más cerca de un beso que ha estado nadie desde la maldición.

Auch.

Todos nos quedamos callados dándole la razón.

-Trabajaremos juntos para guiar los sentimientos de Zapatos Rojos hacía mí y así podamos romper la maldición.

-¿Y qué hay del resto de nosotros? -pregunta con indignación Merlín y todos asienten.

-Después de que consiga mi forma principesca el rumor de los Siete V saldrá a la luz —explica Arthur muy seguro de ello.—Y las señoras comenzarán a besar sus caras verdes.

-¿De verdad? -pregunta con esperanza Kio y Pino le responde con simpleza "parece razonable"

-¡Yo traeré el helado! -escucho gritar a Noki emocionado.

-Conseguir un beso es más fácil que conseguir siete —apoya Jack y yo asiento de acuerdo.

-Creo que es un buen plan.

-¡Claro que no es un plan! —grita Merlín y le hago una seña para que baje la voz.—Lo está haciendo para él solo.

-Un plan medio horneado es mejor que ninguno —le regaña Hans y se mete un puñadito de comida a la boca.

-No te preocupes Merlín, tengo un importante trabajo para ti.

-¿Importante trabajo?

-Si bueno como sea, les recuerdo que sigo aquí —levanto mi brazo para que todos me vean y me señalo.—¿Qué haré yo en todo esto?

-Mmm bueno no hay mucho que tú puedas hacer así que...—Arthur me mira entrecerrando los ojos pensando en que trabajo ponerme, sonríe maliciosamente y me señala.—Tú cuidarás al conejo de madera.

-¡¿Qué?! Creía que el que te caía mal era Merlín, no yo.

-¿Qué?

-Aveces los dos son irritantes pero no me caen mal, bueno solo un poco. Y no te pongo ese trabajo por eso, es solo que no se me ocurre que ponerte a hacer y no hay otro lugar a donde mandarte, lo que puedes hacer aparte, es hablarle a Zapatos Rojos sobre lo increíble que soy.

Bueno en parte tiene razón, esta vez no puedo ayudar mucho y no quiero andar por esos lugares.

-De acuerdo -accedo finalmente para terminar de una vez con esta junta y poder ir a dormir.

-Entonces todo listo. Ya pueden irse a dormir.

Alzo ambos brazos fingiendo estar agradecida y camino hacia mi habitación.

-Que descansen chicos.

-Que descanses Agnes —me responden todos sin mirarme entrando a su habitación a excepción de Merlín quien se queda en la puerta y me da una última sonrisa.

Yo hago lo mismo y cierro la puerta para recargarme en ella, suelto un suspiro y niego con la cabeza.

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-Han sido merlineadas💙
¡Gracias por leer!