XIV

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Capítulo 14
𖥸

POV: Thomas

Después de horas caminando llego a un lugar llamado La Avenida del Ganso Dorado, miro en todas direcciones buscando su rostro entre todas las personas de ahí pero no hay rastro de ella.

Resoplo y me acerco a un grupo de mujeres que cuchichean entre ellas, toco el hombro de una llamando su atención.

–Perdonen ¿pero han visto a esta chica? –saco de mi bolsillo un pergamino con un dibujo y se lo muestro.

La mujer entrecierra los ojos analizándolo.

–¿Es la chica que siempre anda con esos enanos verdes, no es así? –voltea hacia las demás y todas sonríen asintiendo.

–¡Sí es ella!

–Agnes, vienen por aquí seguido sí.

¿Agnes? ¿Enanos verdes?

¿En qué se abra metido?

–¿Están seguras que es ella? –inquiero inseguro.

–Sí sí, es ella –la mujer se acerca más– Aunque su mirada aquí es demasiado seria, la que conocemos siempre anda con una sonrisa.

Asiento y guardo el pergamino de nuevo –¿Saben dónde puedo encontrarla?

–Mmm hemos escuchado que mencionan la colina que está del otro lado de ese bosque.

Miro en al dirección en la que señala y suelto un suspiro, les doy una última mirada y hago el esfuerzo por sonreír–Muchas gracias.

Será otro largo y cansado camino.

POV: Agnes

Los guardias retroceden asombrados por el increíble invento de los trillizos, la gigantesca máquina da un paso adelante y estira uno de sus brazos a un lado para lanzar a los guardias que estaban cerca, y uno de ellos era el tipo rubio, cae a mi lado y cierra los ojos un momento por el dolor de la caída.

Intenta levantarse pero lo golpeo una última vez con el puño haciendo que se desmaye. Sonrío y doy pequeños masajes en mi mano para calmar el dolor en mis nudillos.

Uno de los guardias intenta golpear a la máquina con su enorme martillo pero esta lo detiene sosteniéndolo con una de sus manos en forma de tenazas, el guardia no cede e intenta golpearlo con su puño pero de igual manera es detenido.

Me dejo caer de rodillas al suelo dejando que ahora ellos hagan el trabajo. Estaba cansada, seguramente tendría moretones y me quedarían algunas cicatrices como la de la mejilla que sigue ardiendo a ratos.

POV: Merlín

El otro gigante tonto enrolla la cadena en el cuello de la máquina de los trillizos y jala de ella para tirarlo.

Volteo hacia Agnes y la veo tumbada en el suelo sobando su mano, me acerco a ella para verificar que se encuentre bien.

–¿Agnes, pasa algo?

Ella me mira y hace un ademán restándole importancia –Estoy bien, solo algo cansada es todo. Creo que deberíamos hacer esto más seguido, me desacostumbré.

–Si también nosot...–escucho un grito áspero, el invento de los chicos se había elevado por los aires llevando consigo a los dos dos idiotas enormes.

Sin duda casa vez me sorprenden más, aunque no lo diga en voz alta.

Ayudo a Agnes a levantarse cuando vemos que esa cosa viene hacía nosotros tumbando a todos los otros guardias que nos acorralaban, los demás junto a Zapatos Rojos corremos a la entrada de nuestra casa para no ser lanzados de igual manera.

Los trillizos aterrizan frente a nosotros y aun lado cae algo causando un pequeña explosión.

–¡Sí! –vociferamos celebrando pero paramos en seco cuando vemos que más guardias se acercan con dos cañones.

–¿Qué?

–Tiene que ser una broma.

–¿Pero de donde las han...? –comienza a cuestionar Zapatos Rojos titubeando pero Agnes la interrumpe antes de terminar la pregunta.

–Si bueno, es la Isla de los cuentos de hadas, no debería sorprendernos mucho.

–Por fin las armas gordas, gracias –comunica con tranquilidad Promedio.–¡Fuego!

POV: Agnes

Los cañones disparan al mismo tiempo dándole al invento de los trillizos haciendo que caigan levantando una ola de polvo, me pongo en frente de Rojos para protegerla y corro para ayudar a los chicos a salir de ahí cuando veo que sale humo.

–¡Fuego! –ordena con calma de nuevo el príncipe Pgmedio.

Una de las bolas de cañón se dirige hacía Rojos a toda velocidad, no me da tiempo de reaccionar y cierro mis ojos imaginando lo peor.

–Uy, cerca –dice la voz de Merlín, abro los ojos y suelto un suspiro de alivio al ver que pudo quitarla de ahí.–La bola del cañón, no tú.

–Tiempo, tiempo, todos tiempo –informa el príncipe.–Casi la revientas, y no puede venir a mi fiesta si la revientas.

Le regaña al guardia que casi logra aquello–Lo siento, señor –se disculpa apenado.

–Muy bien, seguimos –indica de nuevo y se acerca a nosotros a paso lento.–¡Ríndanse monstruos!

Quisieras.

–Tengo una mejor idea –levanto mi mano para llamar su atención y pongo ambas en mi cintura.–¿Y si mejor ustedes se rinden?

El príncipe gruñe y da un patada al suelo –Entonces...

–¡No! ¡Espere! –grita Rojos interrumpiendo para acercarse a él pero pongo una mano en su hombro deteniéndola.

Ella me mira con preocupación, le sonrío y señalo con mi cabeza hacia atrás. Me da una mirada agradecida y se coloca detrás mío y me cruzo de hombros.

–Ella no ira con usted –puntualizo recalcando cada palabra.–No mientras yo y ellos estemos aquí para impedirlo. Y si eso implica llevarnos toda la tarde luchando, así será.

El príncipe me mira con el rostro casi echando humo del enojo y más al ver que los chicos se ponen frente a nosotras de igual manera.






Hasta aquí acaba hoy, cortito porque tengo sueño y mañana tengo clase jajajaja
Si notan algún error me avisan para corregir.

Espero les haya gustado, las amo.

–Han sido merlineadas💙

𝐘𝐎𝐔 𝐖𝐄𝐑𝐄 𝐇𝐄𝐑𝐄 / Merlin X Oc / EN EDICIÓN, PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora