-Creo que extraño ese todo y a la vez nada que teníamos el y yo.
-Fanfic basado en la película Zapatos Rojos y los Siete enanos.
21/07/20
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18/08/20
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Capítulo 16 𖥸
Doy un paso atrás al escuchar aquello, mis ojos querían comenzar a cristalizarse y un nudo se había formado en mi garganta, por alguna razón, aquellas palabras lograron hacerme sentir muchas cosas, menos felicidad, estoy segura.
Cierro ambas manos en un puño y me esfuerzo por poner mi mejor sonrisa para parecer convincente.
–¡Hey chicos! –exclamo y me paro frente a ellos.–Hans preparó limonada y algo de comer ¿Vienen?
Rojos me sonríe y asiente felizmente –¡Claro, ya vamos!
Muevo la cabeza en un gesto de afirmación y me dirijo de nuevo a la casa.
Los demás están riendo y bromeando pero paran cuando me ven llegar con la cara seria.
–¿Agnes? ¿Todo bien? –me cuestiona Arthur.
Asiento lentamente y sonrió de lado –Solo estoy cansada chicos, comeré y me iré a dormir –me siento de nuevo junto a Jack y me pasa un vaso de limonada lleno de hielos, así me gustaba tomar las cosas, con más hielo que con bebida.
A los minutos llegan Zapatos Rojos y Merlín riendo, frunzo el ceño y aparto la mirada molesta.
Ambos toman asiento, Zapatos Rojos en la silla de Jack a mi lado y Merlín en frente junto a los trillizos.
Cenamos en silencio, apenas compartimos algunas palabras. Todos estamos cansados por el día de hoy, dimos una buena pelea después de bastante tiempo.
Me levanto y pongo todos los trastes en la charola para llevarlos a la cocina con cuidado pero Rojos la toma y la jala hacía ella.
–Deja te ayudo Agnes.
–No gracias, yo puedo –niego y la jalo hacía mí.
–Insisto Agnes –Rojos vuelve a jalar.–Dejame...
–¡Que no Rojos! –le ordeno en un grito y jalo la charola con fuerza haciendo que tope en mi estomago y todos los trastes caigan al suelo. Algunos de los vasos aún tenían algo de limonada así que terminé mojada al igual que el suelo.
Todos me miran con impresión e incredibilidad por mi acción, a excepción de Rojos quien toca su brazo con la mano y agacha la cabeza, no están acostumbrados a verme gritar porque no es algo que yo haga con frecuencia, no al menos en la manera en que lo hice esta vez.
Suspiro y paso por en frente de Rojos ignorando a Merlín para salir de la casa y dirigirme a la bajada de la colina.
