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Capítulo 10

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Capítulo 10

Paso la siguiente hoja de mi libro y escucho resoplar a Merlín por quinta vez, ruedo los ojos ignorándolo y continuo con mi lectura.
Después de que los chicos y Rojos se marcharon nos tuvimos que acomodar frente al pequeño granero que tenemos para poder cuidar al pobre conejo. Merlín se había sentado encima de un barril y yo opté por el suelo.

No pasan ni tres minutos cuando lo hace de nuevo pero esta vez más exagerado, suspiro resignada y me siento cruzando las piernas, cierro mi libro y lo dejo aun lado mío en el pasto.

–¿Qué? —cuestiona Merlín en un tono inocente.

–¿Puedes dejarlo? —le pregunto fingiendo demasiada amabilidad.–Lo haces a propósito.

–Ah, ahora resulta que no me puedo quejar —se cruza de brazos.

–Puedes hacerlo en silencio.

Ambos nos miramos entrecerrando los ojos por unos minutos hasta que Merlín aparta la vista y yo sonrío con triunfo, siempre gano en el juego de las miradas, me recuesto de nuevo en el pasto y con una mano me cubro del sol.

–¿Desde cuándo hacemos lo que Arthur dice?

–No lo se ¿Desde que fue el único al que se le ocurrió un plan?

–Es injusto –ruedo los ojos y apoyo la mejilla en mi puño.– Es decir, Arthur conseguirá ser como antes y todos nosotros tendremos que esperar quién sabe que tanto tiempo hasta lograrlo y eso puede que no lo hagamos, ya no me siento como mi antiguo yo, mi verdadero yo, el que chico valiente y talentoso que tenía toda la atención de las chicas, solo cuando estoy solo puedo verme como ese antes, pero repito, solo.

Siento una punzada en el pecho y abro la boca para hablar pero no logro decir nada, aunque en realidad hay tantas cosas que quisiera decirle pero aún no encuentro el valor para hacerlo.

Había comenzado a arrancar pequeñas hojitas que sobresalen del césped hasta que se me ocurre una pequeña idea, me doy la vuelta dándole la espalda y cierro los ojos–Así podemos hablar mientras te sientes como antes...bueno algo así.

Escucho a Merlín soltar una pequeña risa nasal y sonrío.

–¿Agnes, cuando cierras los ojos aún me vez como mi verdadero yo? –siento como se acomoda detrás de mí y junta su espalda a la mía.

Suspiro y niego con la cabeza–Merlín, ¿no lo entiendes? No necesito imaginarte como ninguno para saber que el chico valiente y talentoso del que hablas aún esta en ti, sigues siendo ese Merlín. El que algunas personas ya no te digan lo increíble que eres no significa que no lo seas. No todos te conocen en realidad como yo a ti. Y si te soy sincera no entiendo el porqué tanta urgencia por verse como antes y forzar a Rojos a que se sienta atraída de uno de ustedes cuando probablemente hay una chica que se enamorará de ustedes sin importarle su apariencia, porque aunque no lo creas si existe ese tipo de chicas.

Como yo por ejemplo.

Espero unos segundos a que Merlín me responda pero por su parte escucho un bostezo.

–Perdona ¿decías algo?

Me levanto furiosa haciendo que él se vaya de espaldas y me mira desconcertado.

–¿No te tomas nada en serio? –reprocho y pongo ambas manos en mi cintura.

–So-solo estaba jugando Agnes lo siento.

Me encojo de hombros–Como sea, cuida al conejo y no vayas hacer alguna tontería –le ordeno y me agacho al lado de Merlín para tomar mi libro.

Camino hacía la casa y cierro la puerta de un portazo, me quedo de pie reflexionando lo que acaba de suceder y frunzo el ceño.

¿En verdad me acabo de enojar con él por una tontería?

Sí, eso hice.

Una sensación de culpa me invade al instante y tomo asiento en el sillón pasando mis manos por mi rostro suspirando.

Normalmente, si Merlín hubiera hecho eso yo me habría reído por su tontería y no enojado y exagerado como hace un instante.

En verdad tengo un problema.

Merlín

Muerdo de nuevo la zanahoria que había comenzado a comer y siento la pesada mirada del conejo.

–Vamos no me mires así, yo sólo quise bromear un poco y ella se enojó de la nada –apunto hacia él con la zanahoria.–Yo soy el verdadero prisionero aquí.

Voy a darle otra mordida pero noto como el conejo sigue el movimiento de mi mano.

–¿Qué? ¿Tienes hambre? –levanto la zanahoria y finjo lanzarla.– ¡Y tráela!

Sonrió de lado cuando mira hacía todos lados buscándola, esperen, tengo una idea. Tal vez Agnes se moleste un poco más aunque no debería, ella dijo "cuida al conejo" y eso haré, lo llevaré a dar un pequeño paseo.

– ¡Salta orejotas! –exclamo lanzando otra zanahoria para que pueda atraparla y siga avanzando.– ¡No hay forma de que Arthur rompa esta maldición él solo!

Agnes

–Merlín, lo lamento, es solo que estos días me he sentido un poco abrumada y exagere–repito para mi misma y asiento.– Sí eso diré.

Aunque en realidad no tengo idea del porqué reaccione de esa manera, pero si es probable que sea por eso ¿no?

Aja si claro.

Lo bueno que no me solté a confesar todo lo que pienso realmente, hubiera quedado como una tonta.

Niego con la cabeza y me levanto del sillón para dirigirme de nuevo hacía afuera y disculparme con Merlín por mi actitud tonta pero oh sorpresa, él no está y la puerta del granero está abierta y de igual manera él conejo no se encuentra.

– ¡Ahg Merlín!









Ya se ya se, tardé demasiado en actualizar y no es el mejor capítulo porque la verdad lo hice rápido, lo lamento mucho :( pero ahora si ya prometo no hacerlo más, espero.

-Han sido merlineadas💙

𝐘𝐎𝐔 𝐖𝐄𝐑𝐄 𝐇𝐄𝐑𝐄 / Merlin X Oc / EN EDICIÓN, PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora