Twenty One

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Después de despedirse, aún estando completamente sonrojada, la chica de cabellera rubia prácticamente se fue corriendo seguida de sus amigas que caminaban aún riéndose un poco de la actitud tímida que la menor adoptaba estando cerca de la castaña.

- ¿Ya? -Preguntó la pelicorta con su hermanastra en sus brazos mientras veía a su amiga recuperar el aliento después de haber corrido casi seis cuadras solo corriendo.

- Yeojin, le diste un beso en la mejilla, no es el fin del mundo. -Dijo con una sonrisa la peligris sentándose en el césped del parque al que habían llegado.

- Soy muy cobarde... -Puchereó la más baja del lugar sin contar a la niña entre los brazos de la mayor.

- Concuerdo contigo, en primer lugar no puedes colocarte nerviosa por la simple presencia de Yerim... -Rodó sus ojos la castaña dejando a su menor sentarse en el césped a la par de la peligris que jugaba con este mismo.

- ¡Mira ahí viene Vivi unnie! 

- ¿¡D-donde!? -Preguntó alterada y por simple instinto la pelicorta arreglando un poco sus cabellos para luego escuchar las risas de sus menores estallar en frente suyo y bufar por lo infantiles que se comportaban con ella.

- Ni piidis cilicirti nirviisi pir li simpli prisincii di Yirim. -Se burló la peligris y la mayor solo rodó sus ojos sentándose a la par de sus amigas aún algo avergonzada.

- De todas formas... Creo que Haseul unnie tiene razón... Parezco demasiado preocupada por lo que Yerim haga o piense de mí, debería dejar de pensar tanto en ella... -Dijo algo sonrojada la rubia mirando su celular con constancia, esperando el mensaje de alguien en específico.

- Entonces deja de estar impaciente porque te escriba. -Regañó la chica de baja estatura a su lado con una pequeña niña sentada en sus piernas y jugando en el teléfono de su hermanastra.

- No hago eso... -Murmuró Yeojin aún sin creer ni ella sus palabras, recibiendo miradas graciosas por parte de sus mayores. 

- De todas formas, tengo buenas noticias para ti Yeo. -Dijo sonriente la mayor de las tres entregándole una carpeta transparente a la nombrada, quien recibió esta con su rostro hecha una expresión de confusión.

- ¿Qué es esto...? 

- ¡Te conseguí un cupo para audicionar en KMJ Entertainment! -Dijo sonriente la pelicorta y con emoción para luego ver como la expresión de su menor se desfiguraba con rapidez para luego revisar los papeles que, en efecto, eran de aquella prestigiosa agencia de Idols a la que tanto anhelaba audicionar desde hacia años. Se cubrió su boca con sorpresa para sentir sus ojos cristalizarse por la emoción contenida.

- Esto no puede ser cierto... -Murmuró para luego saltar sobre los brazos de su amiga y agradecerle alrededor de media hora. 

[...]

- Ash... Cuentas, cuentas... -La castaña cerraba sus ojos con estrés mientras respiraba de manera profunda. Tenía que pagar muchas cosas, necesitaba la ayuda de sus padres y le causaba verguenza el mínimo favor que pudiera pedirle a ellos, quería demostrar que podía ser una adulta responsable pero a veces era demasiado difícil, además, sabía que para ojos de sus progenitores ella seguía viéndose como la niña pequeña e inmadura.

- ¿Unnie? ¿Pasa algo malo? -Preguntó con cierta preocupación cierta pequeña con su peluche de patito favorito entre sus brazos bajando la escalera.

"Ahora recuerdo por qué quiero parecer una mujer adulta y responsable..." Pensó la castaña al ver a su menor acercarse a ella con su ceño fruncido.

- No Yen... Está todo bien... -Dijo mientras la cargaba en sus brazos y la sentaba en su regazo.

Recordaba que estando en Japón, ella aún vivía con sus padres y hermana menor, pero Yerim quería poder tener el control de su propia vida después de cumplir la mayoría de edad. Ella estaba consciente que gracias al trabajo de sus padres, ellos no podrían cuidar de Yena cada día, y ella en ese entonces tenía tan solo tres años, no podía irse de casa dejando a su hermana menor así. Razón, por la que tuvo que hablar con aquella pareja con la que lamentablemente jamás tuvo mucha conexión, al tener dos padres que más que cuidarla, trabajaban todos los días, saltándose fechas especiales para ella como cumpleaños, navidad, inclusive no parecieron interesarse mucho cuando se refirió a ella misma como homosexual, pero con ello Yerim había aprendido a crecer, por lo que no le afectó a la larga. Sus mayores parecieron aferrarse mucho a su hermana cuando informó que quería llevarla consigo para cuando se mudara, hasta tuvo que aplazar su cambio de hogar por casi seis meses, pero por fin sus padres le cedieron la responsabilidad de cuidar a ella y su hermana siempre y cuando se comportara como tal y dejara de ser imprudente con sus acciones, cosa que parecía sencilla al inicio.

Deja Vu //Yeorry//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora