Twelve

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- Buenos días Haseul unnie. -Diji la rubia sentándose en su habitual lugar junto a la pelicorta y esta le sonrió algo cansada.

- Buenos días Yeo... ¿Dormiste bien? -Preguntó la mayor tallando sus ojos con sus manos.

- Uhm... Sí unnie. ¿Y tu dormiste bien? -Preguntó con tono preocupado la más baja. Conocía a su amiga, y sabía que Haseul era capaz de no dormir ni una hora solo por sus responsabilidades. Sus ojeras no las arreglaba ni el maquillaje y en su rostro se podía ver lo cansada que estaba la pelicorta.

- Uh... Sí, supongo. -Dijo sin interés la más alta sacando sus cuadernos y la pequeña rubia no pudo evitar fruncir su ceño, pocas veces su unnie respondía así.

- ¿Cuántas horas durmió Haseul unnie? -Preguntó más inquieta de lo normal la menor, le preocupaba la salud de su amiga.

- Eh... Unas... Dos horas, o tres. No fueron seguidas... Pero debía terminar todos mis deberes. -Respondió sincera la mayor con un tono vago y agotado.

Yeojin no evitó ni ocultó su preocupación, claro que le preocupaba Haseul. Ella siempre la había cuidado desde que eran niñas, y ahora ella quería devolverle el favor, pero no sabía cómo.

Sabía que su unnie estaba agobiada con la escuela, que siempre trataba de tener las mejores calificaciones para tener un buen futuro, pero se preocupaba demasiado en perspectiva de muchos, estaban en último año y ella ya sabía que haría desde los 12 años. Haseul siempre está un poco estresada, entre tener que cuidar a su hermano pequeño, trabajar en un restaurante atentiendo a los clientes, para luego tener que terminar la carga de proyectos y deberes que les envían sus profesores, además de siempre preocuparse por el resto, por si alguien necesitaba ayuda o se sentía mal. Haseul siempre escondía lo que le hacía mal para poder hacer feliz al resto, y aunque eso era lindo por parte de la película, no era saludable, y Yeojin no quería que se enfermara.

- No me gusta que duermas tan poco Haseul-ah... -Dijo cierta pelirroja abrazando por los hombros a la pelicorta, quien no dudó en sonrojarse y encogerse en sus hombros.

- A mi tampoco unnie. -Dijo con su ceño fruncido, y con sus brazos cruzados. La castaña comenzaba a sentirse culpable e involuntariamente soltó un bostezo.

- Esta bien... Trataré de dormir mejor. -Dijo la pelicorta con simpleza, pero esto claramente no bastó para sus amigas.

- ¿Y cómo podemos asegurarnos Haseullie. -Susurró la mayor de las tres aún estando sobre la castaña.

- Yo... No lo sé Vivi. -Dijo aún cuando sus manos empezaban a temblar, no estaba acostumbrada a tener tanta cercanía con la pelirroja.

- Parecen mis mamás... -Pensó en voz alta la rubia en frente del dúo y esta vez ambas se sonrojaron notablemente. - Vivi unnie, tu rostro está casi de la misma tonalidad que tu cabello... -Dijo divertida la menor riéndose de la timidez entre sus mayores.

- ¿Por qué dices... Que parecemos tus mamás Yeojin-ah? -Preguntó la mayor entre ellas separándose de la pelicorta.

- ¿No es obvio? -Respondió la más baja sacando sus cuadernos de su mochila y sus dos amigas se miraron entre sí frunciendo su ceño claramente sin comprender, y al notarlo, la rubia rodó sus ojos con una sonrisa. - Pues. Ambas siempre se preocupan demasiado por mí, como si tuviera cinco años, cuando me comporto mal o cometo algún error, me regañan y luego tratan de ayudarme. Ademas. Harían una linda pareja, varia gente piensa que son novias. -Explicó la menor jugando con sus lápices tranquila, antes de ver como sus amigas casi se ahogaban con su propia saliva al escuchar aquello.

Deja Vu //Yeorry//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora