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                    Narradora;

Las clases habían acabado.

Las chicas celebraban internamente el no tener que dar clases de educación física en este día. TaeHyung y HyeSook se montaron en la limusina. La castaña seguía estando nerviosa y  realmente no le gustaba estar así, así que comenzó a poner sus audífonos en su teléfono para colocarselos en sus oídos solo que cuando lo iba a hacer la mano de TaeHyung sobre una de sus manos se lo impidió.

—HyeSook no vale la pena que me evites —le dijo.

Ella se le quedó mirando.

—¿Y de que quieres hablar? —preguntó ella feliz de que su voz haya salido segura.

—Sobre el beso —respondió el más que obvio.

—No creo que tengamos que hablar de eso —dijo la chica.

—Sí. Hay que hacerlo —contestó él—. Sé que de seguro estás arrepentida por el beso, porque te besé estando con Joy. Pero realmente no deberías sentirte así.

HyeSook lo miró en seguida.

—Dime una cosa, TaeHyung —dijo desafiante—. ¿Quieres a Joy?

TaeHyung se le quedó mirando durante unos segundos. Presionó sus labios pero al final respondió.

—Sí.

HyeSook se le quedó mirando, sintiendo cómo el escozor en sus ojos aumentaba pero sin evitar que lágrimas la dilataran y su voz saliese quebrada, respondió.

—Me basta —y se colocó los audífonos dando por terminada la conversación.

TaeHyung con un sonoro suspiro se acomodó en el asiento y cerró sus ojos.

Una vez que llegaron a su casa HyeSook entró su dormitorio, todavía con grandes ganas de llorar y no pudo a sacar estas a flote debido a la llegada de sus doncellas.

—Princesa, tiene que vestirse. La gran reina quiere hablar con usted. La espera en el patio trasero —le dijeron las chicas.

A estas alturas —pensó HyeSook con ironía—. Hace tres días de lo que pasó y ahora es que alguno de ellos se digna a hablar conmigo.

Entró a el baño y se duchó lo más rápido posible evitando a toda costa que las lágrimas descendieran por sus mejillas; tenía que dejar de llorar ya.

Le pusieron un vestido amarillo claro. Este era sencillo y tenía unos finos encajes sin tirantes. Los tacones eran unos zapatos finos amarillos también, con algunas perlas. Le hicieron una simple trenza al costado y luego la maquillaron sólo un poco.

En el patio trasero estaba la gran reina sentada en una silla frente a una mesa con té y algunos panecillos y dulces. Justo cómo si fuera un día de campo; estaba acompañada por su nieto mientras esperaba que la princesa apareciera.

—Me alegra realmente abuela que hayas venido a ver a HyeSook. Ha estado afectada desde ese día —le dijo TaeHyung.

Su abuela asintió.

—Ya lo sé. Incluso Yei (dama de la corte), me había dicho que se pasó como dos días con fiebre. Y sin querer comer, ¿no es cierto?

El peli rojo asintió.
—Así es.

—¿Me dices algo con lo que pueda alegrarla después de hablar con ella? —preguntó la mujer dispuesta en llevarse bien con aquella adolescente tan dulce.

—Deja que vea a sus padres. Eso, le hará muy feliz.

La abuela asintió.
En ese momento, distinguió como la chica llegaba bien vestida, acompañada por una de sus doncellas.

—Las dejaré solas —dijo TaeHyung mirando a HyeSook una vez que esta llegó a la mesa.

El chico se despidió de la abuela y se fue. HyeSook se quedó parada sin intención se sentarse mientras jugaba con sus manos entrelazadas al frente.

—Por favor, siéntate —pidió la anciana.

HyeSook en silencio tomó asiento.

—¿Vas a comer algo? —preguntó la mujer tratando de entablar una conversación con la chica enseñandole el pequeño banquete que había sobre la mesa.

—No gracias —respondió HyeSook cortante. Luego levantó la mirada y miró a la señora que estaba frente a ella—. ¿A que vino?

Su voz salía cortante, seca y sin una pizca de amabilidad; no quería ser así pero al mismo tiempo le era muy díficil. Y la gran reina lo entendía. Ella sabía lo difícil que era para una chica joven estar en la realeza.

—Vine a disculparme —respondió— y a contarte una historia. ¿Te parece?

HyeSook la miró con una expresión neutra.

—Está bien.

La gran reina suspiró antes de empezar.
—Hace algunos años atrás. Obviamente bien lejos, claro está. Había una chica...común. Vivía en las zonas rurales de Daegu. No sé si me entiendes, pero me refiero a que vivía en el campo.

«Tenía...17 años cuándo se enteró de que, su abuelo años atrás, había hecho una promesa con uno de sus amigos. Que era...un rey. Habían prometido que sus nietos tendrían que casarse. Claramente, si uno era un chico y la otra era una chica. Y resultó, que así fue. La chica estaba tan asustada, que obviamente no sabía que hacer. Imaginate... casarse tan joven. Con un chico mimado que no conocía —se decía ella—. Pero, a pesar de que intentó evitar casarse no pudo. Era sí o sí. Tuvo que ver a casi toda la familia del príncipe. Que sólo había visto por el televisor. Lo conoció a él. Y le resultó tan lindo y tan encantador. Que aunque le doliese admitirlo le había gustado tan solo en un chasquido de dedos. Aunque queda decir que el también se sintió atraído por ella. Pasó la boda y comenzaron a vivir juntos. A pesar de que se habían gustado no tenían...ese suficiente lazo como para ya quererse de un sólo momento por lo que...empezaron siendo simples amigos. La chica con tan solo 17 años tuvo que enfrentarse a muchas cosas. Cosas difíciles. Porque ella desde un principio no quería casarse y aunque el príncipe le resultaba un glorioso Dios griego ella seguía pensando lo mismo. La madre de este era...vaya, muy difícil. Era más recta que una regla. Seria, dura; era una mujer difícil y para ella tenía todo que estar en orden. Pero esa nueva princesa no encajaba en ese "orden". Era muy rebelde, demasiado, se diría. Y todas las cosas que no se podía hacer, ella las hizo. No se podría ser filántropa, pues ella lo era y es que...no era su culpa querer el bien para todos. Y pasaeon cosas. La alejaron de sus padres, de sus hermanos...la alejaron de todo. Y sólo se pudo apoyar de aquel que era su esposo. El que se había hecho verdaderamente su esposo, amigo, confidente y que la había acompañado en todo. Hasta que murió debido a una enfermedad...

—Era usted... —dijo HyeSook entendiendo todo.

La gran reina con una triste sonrisa asintió.

—Sí. Pero eso no es lo importante —le dijo—. Lo que te quiero decir es que confío en ti. Y que sé todo lo que sientes. Te entiendo perfectamente. Y para eso vine. Para decirte que tienes todo mi apoyo. Porque viendo todo lo que haces y como...rompes todas las reglas me recuerdas a mi a tu edad —la mujer le sonrió con algunas lágrimas cortas bajandole por las mejillas.

HyeSook sonrió tristemente y abrazó a la mujer.

—Oh por Dios...no me esperaba esto —la mujer dijo sorprendida por el abrazo de la chica.

—Disculpe por todo lo que le hice pasar —HyeSook se dejó caer en el suelo, delante de la mujer, sujetando sus manos—. Tae tenía razón con respecto a usted. En serio es una mujer maravillosa.

—No tantos halagos —la mujer le volvió a sonreír—. Mejor sonríe porque te tengo una buena noticia. ¿Deseas ir a ver a tus padres, y a tu hermanita?

HyeSook se sintió emocionada y sonrió al momento.

—¡¿En serio!? —exclamó con felicidad.

—Claro que sí. Que yo no haya podido ir a ver a los míos no significa que te prohíba a ti ver a los tuyos —la gran reina le sonrió con una sonrisa estremadamente sincera.

¶Casada con mi Mejor Amigo__ⓣⓐⓔⓗⓨⓤⓝⓖ BTS [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora