Damián un hombre que está intentando que la hija de sus socios sea su Babygirl.
Alexa no tiene ni idea del ddlg, ella dice que no piensa ser su niña pequeña.
Ella es la chica rebelde.
Él su daddy.
-Listo princesa, lo hiciste muy bien - habla aquel...
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*Tardes de Peliculas*
D A M I Á N
- Ya me castigarte con lo del arroz ¿Te acuerdas? - sonríe.
- Si, si me acuerdo princesa - le agarro las manos - pero ahora el castigo es por haber salido sola, sin haberme pedido permiso a mí para ir a bailar - le agarro la cara para que me mire.
- Pero es que no iba sola y tu no me tienes que dar permiso - soltó mí mano.
- Sobre mis piernas AHORA - me enoje.
- NO - le pegó una palmada en su muslo - AUCH -
- Ya hablé ALEXA - me desafía con la mirada, quiere jugar juguemos.
La pongo sobre mis piernas, ella se queja y patalea, hasta que empiezo el castigo 30 azotes.
PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ
- Ya nooo ma..as - se está haciendo la víctima porque no le estoy pegando tan fuerte.
PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ
- Dami..ya no..o más.. porfa.. - se le caen unas lágrimas.
- No queda nada bebe - empieza a moverse - Quedate quieta si no quieres que sume 5 más -
PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ PLAZ
- Ya terminamos Princesa - le acaricio la espalda y la ayuda a levantarse.
- Déjame no me toques - sus ojitos están aguados.
- ¿Por que Pequeña? - pregunto, pero yo se la respuesta, es por su castigo.
- Porque tu me acabas de pegar, quiero que nunca más me vuelvas a tocar - se va de la habitación.
(....)
Deje que Alexa estuviera sola si quería pero no la iba a dejar salir de casa. Me he pasado toda la tarde trabajando, tengo que ir a mí casa a buscar unos papeles y voy a llevar a mí provocadora.
La busco en la sala pero no está solo hay una manta, voy a la cocina tampoco está, en su cuarto tampoco está, espero que no se allá escapado de vuelta. Salgo al patio el único lugar que me falta por buscarla, camino hasta donde se encuentra la piscina y la veo acostada en el pasto... Si en el pasto en vez de estar en una reposera, con un libro.
- Pequeña que haces en el suelo - suelta un grito de susto.
- Me asustarte - su tono de voz suena cortante.
- Vamos párate que tenemos que salir - hablo duro.
- No voy a ir - ni siquiera me dirija la mirada.
- No te estoy preguntando, te lo estoy avisando - cruzo mis brazos.
- Y yo te estoy respondiendo - contesta mal y eso no me gusta.
Me pongo de cuchillas y le doy un dos palmadas en su trasero,a lo que ella chilla.
- Me piensa pegar todo el maldito día - habla enojada y se levanta del suelo.
- Si tu te sigues comportando mal, si lo voy a hacer - camino detrás de ella.
- ¿A dónde irás? - pregunta una vez llego a la cocina.
- Iremos a mí casa - me llega un mensaje de Esteban, más enseguida lo veré.
- Yo no quiero ir, déjame quedarme acá - pone esa carita de yo no hago nada me porto bien, pero eso es todo lo contrario.
- No puedo dejarte sola bebé y si te escapas de nuevo o si te pasa algo -
Me mira con cara de no rompo ni un plato.
- No me pasará nada, y si llega a sucederme algo te llamo - tomo jugo de durazno.
- Dije que no te quedarás, VAMONOS - lo último lo digo con un tono más fuerte.
Una vez en el auto
- ¿A dónde vamos? - habla a los 10 minutos que vamos en auto.
- Vamos a mí casa - pongo mí mano en su pierna.
- ¿Para que? - está preguntona.
- Tengo que ir a mí casa por unos papeles del trabajo -
- Y no podías ir tu solo - se que está enojada.
- No - con mí pulgar hice círculos sobre su muslo, no hablamos más hasta llegar a la entrada del barrio.
- Yo he estado acá - susurro.
- Hola señor Damián - saluda Miguel, el otro guardia.
- Hola ¿Todo bien? -
- Si Señor nada por qué preocuparse -
Asiento y continuo hasta llegar a mí casa.
- Has lo que quieras, estás como en tu casa - le hablo a mí enojada que solo me mira pensativa.
- Lo que digas - lo dice sin importar.
Voy busco los papeles en mí oficina/biblioteca, ya que estoy busca ropa para llevarme, una vez todo voy a buscar a mí bebé.
. . . . .
A L E X A
Son las nueve de la noche
Después de que llegáramos de la casa de Damián, yo me fui a mí habitación y él no se que hizo ni adónde fue.
Cómo en la mañana no terminamos de ver la película, las podemos ver ahora, bajo las escaleras corriendo.
