12

3.4K 115 18
                                    


Ya había aceptado sus sentimientos, estaba celosa, envidiosa y molesta por la facilidad en que los sucesos pasaban uno tras otro en la vida de su hermana mayor, todo le había salido bien desde que eran jovenes.

A pesar de que esperó y esperó a Emre finalmente lo consiguió y al instante lo oficializaron y luego cuando volteó a ver estaban casados y ya luego esperaban un bebé, eso no era justo ella había trabajado igual o más que ella.

Incluso su tiempo con Can fue más intenso y cariñoso que el de ellos, ella habría amado que sus padres y todos alrededor hubieran sido igual de buenos con ellos a como lo fue con su hermana mayor.

Estaba molesta, furiosa pero a su vez de sentía tan feliz por ellos que le presión pesada apresaba su nuca con fuerza haciéndole doler la cabeza, confundida y sensible con el cambio de humor a flor de piel se había encerrado en su burbuja de nuevo e intentó hablar con denise del tema.

Estaba cansada de fingir quería paz y la quería pronto, lejos de su familia.

La pelirroja llegó y con ella una porción de esperanza se alojó en su pecho, sin embargo la chica parecía intranquila, se la veía con el ceño suavemente fruncido, el cuerpo tenso, la mano que sostenía su esfero temblaba en ocasiones y eso le colocaba ansiosa.

No tardo en preguntar por su estado y la joven simplemente negó poseer algún mal, resopló antes de contarle aquello que le molestaba entre otras cosas que ella ya venía arrastrando desde hacía tiempo, la pelirroja escuchó atentamente sosteniendo la mano de Sanem con fuerza.

- Tengo una idea, pero primero necesito que sepas que voy a medicarte -

- Y eso? dijiste que no necesitaba nada más, es que acaso eh empeorado? -

- Estás ansiosa y deprimida, la medicación te ayudará a calmarte y si estás sola necesito que estes calmada y no intentes nada irreversible -

Sanem asintió más rápido de lo que pensó, su pie se movió en contra de su voluntad comenzando a hacer movimientos rapidos e inconscientes, Denise la vió de reojo mientras escribía en su teléfono bajo la inocencia de la castaña.

- Tengo contactos para arreglar todo esto y también sabrás que voy a controlarte más seguido,sería irresponsable dejarte sola -

- Haré lo que sea para estar tranquila y mejorar, se lo debo a mi familia -

- Por lo que me cuentas no se si le debes algo a tu familia - Picó inocentemente esquivando la mirada curiosa de la más baja.

- No, es decir, bueno... algunas cosas estuvieron mal pero me han cuidado toda mi vida -

- Claro...como digas - le sonrió y se levantó de la silla de jardín, acarició el cabello de su paciente - Te enviaré un mensaje cuando todo esté confirmado.

- Sí... - Sanem frunció el ceño sin realmente prestar atención a la despedida, las palabras de la pelirroja dando vueltas en su cabeza un centenar de veces manteniendola distraída durante horas.

En la comida todo mundo estaba alegre otra vez, como hacía semanas, Emre la estudió con atención respondiendo escuetamente a su esposa y suegros, le dió un pequeño golpe con su pie al de la menor, Sanem lo vió y sonrió risueña aunque con falsedad, el rubio ladeo la cabeza nada conforme y la castaña amplió la sonrisa un poco más, Emre negó con la cabeza haciendo una mueca disconforme, Sanem lo pateo y rió bajo mostrando todos sus perlados dientes hacia el mayor, el rubio le guiñó levantando el pulgar en su dirección.

Nadie más notó aquello pero significó mucho para ella, se replanteó la idea de irse de casa sin embargo recordó a Denise, necesitaba el medicamento y mejorar para así convertirse en una buena hija, hermana y tía. Lo tenía que hacer a como de lugar.

Más tarde en la noche su teléfono vibro sobre la cama, cerró su computadora después de haber escrito apenas quinientas palabras, su mente estaba cansada y no podía enlazar ideas aunque golpeara su frente con su palma una y otra vez, se deslizó de la silla hacia el suelo y tomó su teléfono, era Denise.

< Tengo el lugar perfecto para ti y una buena terapia para relajarte >

Suspiró abrazando sus piernas contra su pecho, golpeó su frente otra vez contra sus rodillas. Necesitaba hacerlo, Denise además de su guía era su amiga y si ella decía que lo tenía que hacer para mejorar entonces lo haría.

A veces le daba gracia como siempre defendió su orgullo de mujer fuerte y si su yo del pasado supiera que caería tan bajo tan sólo por un rompimiento, se reiria pero es que su otro yo tampoco sabría lo que ese Rey malvado sería para ella.

Era su único y verdadero amor, tal vez en el futuro pensara diferente pero por ahora apoyaba tercamente la idea de que nunca más amaría a alguien como lo ama a él, o como lo amó a él?. Estaba segura que al menos seguía queriendolo, pero amarlo?.

Observó la pantalla aún encendida de su teléfono ahí a un lado suyo como si el destino de su vida estuviera ahí y quizá lo estaba, no dudo en apretarlo entre sus manos con ansiedad, notó la manera en que había estado meciendo su cuerpo de adelante a atrás y entonces su respiración se aceleró, necesitaba cambiar no podía seguir así.

< No importa dónde, sí quiero irme >

< Perfecto, te enviaré la dirección y en unos días iremos juntas a ver el lugar y a la dueña. Besos >

Volvió a su silla e inspiró profundo llenándose del aroma floral de la vela frente a ella, exhalo aflojando su cuerpo mientras apretó la base de su nuca con una mano, ya estaba hecho, decidido, cerrado, punto final.

Se iba a ir y se iba a medicar.

Lo iba a superar con el tiempo y con el amor de su familia y amigos.

Mientras tanto en otro lugar la pelirroja entregó su teléfono devuelta a la elegante mujer, el alto hombre rubio sentado no muy lejos de ellas mantenía la mirada seria y fija en ellas.

La señora rió bajo como si acabara de hacer la más blanca e inocente de las bromas, le devolvió su teléfono y ofreció un sobre blanco que no soltó cuando lo alcanzó con una mano temblorosa.

- ah ah... nada de trampas - la pelirroja asintió con lentitud ambas aún jalando del sobre - Las medicinas que te dije... la dirección en el teléfono de él - señaló hacia atrás al hombre sentado.

Denise trago saliva y respiro profundo - Entendido señora, mi madr-

- Ella estará bien! ahora vete -

Denise tomó el sobre y se volvió a la puerta para irse porfin del pequeño apartamento cargado de malas energías, unos pasos más lejos de inclinó de lado en la pared cubriendo su boca horrorizada, lo que haría con ella no estaba bien, pero que más podía hacer? se enderezo y caminó temblorosamente hasta afuera.

Sanem no tenía idea del infierno que estaba a punto de desatarse.

CanemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora