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Había pasado un tiempo ya mientras evitaba relacionarse con algunas personas que la fastidiaban sin que ella pudiera evitarlo, se sentía emocional todo el tiempo y tenía la leve sospecha de que la medicina estaba haciéndole daño más no intento dejarla, de todas formas poco le importaba mientras con eso pudiera estar sola y respirar, la venta de sus libros se disparó en el mundo y su cuenta rápidamente se llenó, lejos de hacerla felíz sólo le dio más responsabilidades, no le molestaba conocer fanáticos de su obra pero si le molestaba tener que viajar con Yigit, el hombre se había vuelto demasiado intenso para su gusto intentando sacarla del país pero ella simplemente no estaba lista para ello. Estaban haciendo un pequeño tour por el país dejando al último su ciudad natal, paseó por una calle colorida, los niños jugaron alrededor, las señoras conversaban en medio del asfalto sin realmente importarle si algún vehículo se le ocurría pasar, los gatos maullaban al atardecer sobre los techos y más abajo los hombres reían jugando fuera de los cafés, todo aquello le colocó una suave sonrisa relajada en el rostro hasta que lo vió. Se sujetó de una pared observando cómo el hombre pasó a su lado sonriéndole con sus típicas gafas de sol de color violáceo y entonces lo supo, estaba viéndolo otra vez y todas aquellas memorias dolorosas se le vinieron a la mente, la clínica, los pinchazos la discapacidad de hablar y decir que dolía, que le dolía lo que le hacían e incluso en esos momentos un nudo se le formó en la garganta y sus ojos se cristalizaron mientras intentaba alcanzar su teléfono de su bolsillo, su frente comenzó a sudar y mientras carraspeaba intentando tranquilizarse a sí misma el teléfono sonó alrededor de cinco veces antes de que Deniz atienda, la chica sonaba risueña y eso la distrajo un segundo, gimió parpadeando la humedad lejos de sus ojos - Cariño, está toda bien? - La voz gangosa de la pelirroja la hizo suspirar y se tambaleó hasta una de las mesas vacías del café - Lo ví Deniz...está pasando otra vez - Su voz se quebró y cubrió su boca con la mano libre para contener el aire y luego respirar más cómodamente - Sanem, estás tomando tu medicamento? - La castaña frunció el ceño asintiendo aunque la mujer no pudiera verla, sacudió la cabeza viendo una figura conocida a lo lejos caminando hacia ella, resopló por lo bajo - Lo hago, quizás eso es lo que me hace daño - La pelirroja rió extraño del otro lado de la línea y entonces su ceño se frunció incluso más firmemente llamando la atención del rubio que estaba ya a unos pasos de ella - Tú medicación está bien, sólo tomalo regularmente - afirmó y Sanem movió su cabeza de lado a lado después de escuchar la típica frase de la mujer sin dar más explicación concluyó en que su cabeza aún le jugaba trucos a pesar de su medicación sospechosamente otorgada por la psiquiatra - Soñé con él hace poco, tal vez se debe a eso y nada más, mi cabeza constantemente me lo recuerda cuando siento que ya di un paso adelante - Yigit sentado frente a ella fingió toser para ocultar cómo coloco los ojos en blanco más Sanem pudo verlo claramente - Qué fue lo que soñaste? - La castaña aplastó su mejilla contra su puño mientras apoyaba el codo en la mesa, sonrió suavemente - Sólo con él, que lo volvía a ver, que tenía a los tres niños que imagine para mi libro - La pelirroja suspiró y pudo darse cuenta que lo hizo sinceramente incluso pudiendo oír la sonrisa en sus labios, así de loco como sonaba. La llamada duró apenas unos minutos mientras Deniz le indicaba que debía descansar y relajarse, intuyó que el temblor de la chica había vuelto con el ataque de pánico por lo tanto recomendó que haga esa terapia de baile que la castaña le había comentado, si eso la ayudaba a destensarse entonces era necesario que lo hiciera. Yigit la miró fijamente mientras cortaba la llamada, Sanem fingió seguir ocupada con su teléfono para no tener que hablar con él - Estaba buscándote para que vayamos juntos a cenar, pronto tendremos que ir a casa y nos vendría bien un momento a solas - La castaña volteó a verlo con expresión inocente para ocultar su descontento y desagrado - No escuchaste a Deniz pero en estos momentos necesito estar sola - El hombre negó con la cabeza y una sonrisa chula que ella conocía muy bien, el tipo seguía pensando que ella en realidad estaba haciendose la dificil - Pero sería mejor estar juntos esta última noche, creo que es la noche correcta - Sanem frunció el ceño negando con la cabeza ofendiendo al hombre - Escúchame, Yigit... mírame bien - Atrajo su atención lo más que podía - No te quiero románticamente y nunca va a cambiar, no necesitamos tiempo juntos por que no disfruto de nuestro tiempo juntos si todo el tiempo vas a intentar ligar conmigo - El rubio se inclinó en la mesa más cerca de ella - Sanem, no sabes lo que dices... nosotros tenemos una conexión, puedo sentirlo... nos pertenecemos el uno al otro - Sanem cubrió su rostro respirando con frustración - Déjame sola Yigit - Ella tomó su cartera y se levanto de su asiento para alejarse de él, contrariamente a lo que esperaba el hombre si se quedó es la mesa, no corrió a buscarla y ella por fin suspiró tranquila, el cielo había estado gris todo el día es por ello que no se sorprendió de que comenzara a lloviznar y pronto la tormenta mojó su ropa e incitó a la gente a huir a sus casas.

CanemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora