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'Astucia compartida'

La noche no pudo ser peor para JiMin, luego de ser castigado por su madre tuvo que soportar el descaro de YoonGi para la cena, quien cada considerable segundo manoseaba a su madre, ella contenta por los mimos de su esposo se dejaba, JiMin lo odiaba, pero cuando escucho la propuesta de YoonGi su odio ya no era más odio, era peor y JiMin mismo no sabía que venía después del odio, quizá desollar el alma del mismo con sus propias manos, verlo sufrir, o encanarlo en una cárcel de ultra seguridad. Sus ojos no se movieron al igual que ninguna de sus articulaciones.— Que dices YoonGi, ¿hablas en verdad?— pronunció SuRan tapando su asombro con sus manos, y a segundos sus uñas en perfectas condiciones por el pálido esmalte tronaron contra la mesa, cuando YoonGi asintió metiendo otro poco de Tangpyeongchae con los palillos de acero inoxidable a su boca de labios finos.

Sólo YoonGi degustaba la comida que su esposa preparó, no era una locura sólo quería escuchar la respuesta de SuRan, claro que ver la sorpresa tatuada en el bellísimo rostro de su hijastro no tenía comparación. — ¿Qué dices, aceptas?— miró a su costado viendo la belleza de su esposa; mastico con verdadera lentitud viéndose demasiado perfecto incluso ella lo sabía, YoonGi era lo mejor.

— ¡Por supuesto que no!— la voz fina de JiMin se escucho, y también los cubiertos cayendo al piso de cerámicas italiana, SuRan no tuvo tiempo para reprender a su hijo, JiMin continuó— ¡No quiero su maldito apellido!, ¡Ya tengo uno, papá me lo heredó! — gritó, agitó la silla y salió de la mesa antes que los mayores lograrán adjudicar algo más.

JiMin cerró la puerta de un trancazo, eso no valía ya que la chapa no servía para nada, su angustia aumento cuando oyó los pasos de tacones. Corrió a su baño, su única salvación. Cuando él cerró la puerta del baño la de la habitación se abrió.

Su mundo se estaba despedazando y Kakarotto no vendría a salvaguardar su planeta. Recostó su espalda en la puerta, no oyó nada después de que la puerta fuera abierta. Su madre vino tras él, por qué..

Quitó el seguro y la puerta se abrió, su habitación estaba en penumbras, — Yo.. — se aseguró que no fuera solo su mente, salió de su cuarto y caminó hacia la estancia, oyó su voz, otra vez Yoongi.

“..No vuelvas a ir tras él, eso es lo que busca, atención, Mi amor, no quiero que se vuelva un mal hijo al momento de corregirlo.. pretende que él no tiene la razón, literalmente tu eres quien manda, JiMin no puede exigirte nada que tú no quieras..”

JiMin retrocedió, abrió lento y entro.
¿En serio YoonGi estaba haciendo eso?, Sí, vivía junto a un intruso desprestigiado.

Las tres de la madrugada se hicieron, JiMin huyó al baño a liberar su orina, estaba confiado, bajo la palanca y un poco adormilado lavo sus manos, sus ojos pequeños no estaban tan abiertos pero si pudo observar una sombra cerca de su armario, la inseguridad volvió, caminó de regreso a su cama y se dejó caer en completo silencio, pretendió dormir. Unos minutos pasaron y después vino lo que JiMin esperaba, la sombra se movió y la apariencia de un cuerpo se vislumbró, YoonGi, él estaba actuando sin importar que su mujer lo encontrará en la habitación de su hijo. El cuerpo de JiMin respiraba tan calmado que YoonGi actuó rápido, cuando retiró las cobijas del cuerpo de su hijastro pudo apreciarlo mejor, si le pidieran explicar el porque de sus acciones YoonGi simplemente no sabría que decir, pasaba los días pensando que hacer con JiMin, también estaba el morbo con el que lo miraba, su excitación se elevaba tanto que le sorprendía, era el hecho de hacer lo prohibido, era la causa de ser atrapado y no tenía miedo, eso más perseverancia le influía.

Trepó el cuerpo calientito de JiMin y cubrió su boca con su bien dotada mano, JiMin no se movió pero el presentimiento de que algo más pasaría seguía ahí, y su cerebro activó las alarmas rojas, su boca se agrió como tomar una copita de vinagre puro, sin embrago continuaría haber cuál era el fin de YoonGi.