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'Inesperado'

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19: 34

Risas y más risas, las mujeres parecían lunáticas hablando de cuánto podían, estaban en la sala, ocupado casi todo el lugar con su presencia. SuRan no aguantaba las carcajadas y terminaba doblando todo su cuerpo para no caer. Ellas de verdad que eran extrañas.

Realmente la abuela de SuRan era muy extrovertida.

Se tomaban de los hombros y tal, su abuela (de JiMin) no quedaba atrás, eran tan delgada que parecía una muchachita, ellas cuatro siendo tan cercanas. El joven primogénito de SuRan sonrió un poco sentado a la lejanía de ellas, su madre estaba riendo y eso de algún modo lo tranquilizaba.

Por supuesto, que JiMin tuvo que mirar al otro extremo del sofá, causándole gracia, pues, dentro de ese grupo de mujeres sólo una tenía desinterés, no participaba y le aburría los cuentos tontos que sus mayores decían para tener de que charlar. Amber, quien intentaba pelar una manzana sin quitar mucha cáscara sostenía su mirada en su objetivo.

A JiMin le fascinaba la personalidad de la chica, era tan genial que a veces dudaba de su parentesco. Sin prever lo que hacía se alejó poco a poco, entrando a la cocina, la gran cena un no estaba y bueno, como YoonGi no llegaba tampoco podían empezar sin él. JiMin tomó aire, estaba vistiendo ropa casual, un suéter amarillo con unos pantalones igualmente del mismo color.

Se había esmerado en peinarse, claro, había usado mucho espray para lograr fijar sus traviesos cabellos. Quería lucir bonito, porque.. bueno, sólo quería verse bien.

Cuando cruzó el umbral sintió un golpe en su nalga izquierda, rápidamente se volteó asustado y quejándose. Al ver la risa plasmada en el rostro de su prima también sonrió.

— No te vayas a quejar— advirtió la muchacha apuntandolo con el pequeño cuchillo con el que quitaba la cáscara.

JiMin negó— No lo haré, ven— se apresuró a tomar unas latas de cerveza cass que estaban sobre el mesón, Amber sonrió.

— Creo que la tía te matará, pero a darle— dijo con entusiasmo la chica de cabello corto. JiMin levantó los hombros fingiendo estar desinteresado.

— Corre, tengo algo que preguntarte— susurró.

Rieron cómplices.

Ambos chicos corrieron a la fortaleza de JiMin, su cuarto, cuando cerró la puerta las voces de la sala se silenciaron sólo un poco.

Amber corrió a lanzarse sobre la cama, tiró el cuchillo al piso e importandole mierda si la cáscara le daba estreñimiento empezó a morder del fruto — Uh, tienes un secreto que contar~ — dijo cantarina. Sus ojos se pusieron brillosos.

JiMin asintió tratando de no sentir nervios, su dedito índice se ciñó en el seguro de la puerta. Caminó un poco pero Amber le dijo— Te ves más alto..

El joven se lanzó a la cama intentando golpearla— ¡Deja de burlarte!

— No lo hago— dijo entre risas, — Lo siento, te ves más pequeño y niño que de costumbre.. y ya te ví bien, ¿Qué mierda comiste? ¡El culo te creció en poco tiempo!— Amber se tumbó boca arriba y con la cabeza colgando fuera de la cama. Riéndose aún con manzana dentro de su boca.

JiMin se sintió cohibido, — Ya..

— Perdón, perdón— se recompuso. — Siéntate cerca— dijo dejando atrás la burla. Ella podía cambiar de actitud de 0 a 100 en menos de dos segundos.

JiMin obediente lo hizo, necesitaba después de todo desahogarse y la única persona en quien confiaba era su prima. — Bueno, por dónde empezar..— se dijo retóricamente.