6|Consecuencias

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Connor

03 de Marzo del año 2013


Me reuní con los chicos en el hotel donde nos hospedamos. Los tres estaban disfrutando de un agradable desayuno en el restaurante del hotel. La sonrisa que los tres tenían era muy esplendorosa, y eso me reconfortó un poco.

Los domingos eran espantosos. Y no era excusa suficiente para darnos un merecido descanso. Me aproximé a ellos cuando Adrik notó mi presencia. Levantó una mano con euforia y me saludó ensanchando con más ganas su molesta sonrisa.

Bebesote —me llamó—. Me alegro que te hayas animado a dejar esa cama y venir con nosotros —replicó entre risas.

—Cállate —contesté, tomé asiento junto a Arley y bebí de su café—. ¿Dónde está Ricky?

Ricky es nuestro regordete manager que disfruta de nuestro éxito con bailes de hip-hop cuando ganamos reconocimientos. Arley le dio un bocado a su emparedado y tragó antes de responderme.

—Está mañana tenía prisa para que fuéramos a hacer promociones, pero Cati usó la excusa de diarrea instantánea y henos aquí —señalando la mesa con delicias comestibles.

—Cati fue ingeniosa al decir eso —aclaró Adrik con la boca llena—. Fue la mejor idea que se le pudo ocurrir durante el recorrido de nuestra gira.

Cati, quien hace unos minutos estaba disfrutando de su tarta, miró a Adrik con renovada energía para pelear temprano por la mañana, la vena que sobresalía en su frente era el anuncio necesario para entender lo que a continuación iba a ocurrir.

—Por lo menos tengo ideas, no como otros cuyas neuronas son el agujero de...

—Basta, Cati —replicó Arley—. Malas palabras no, hay gente a nuestro alrededor y cualquier cosa podría traernos problemas.

Pero a Cati le importó poco las palabras de su líder cuando Adrik se burló de ella sacándole la lengua.

—Te voy a meter este tenedor tan adentro que sentirás un orgasmo intenso, y cuando la saque de tu trasero...

De acuerdo, eso era lo suficientemente perturbador y asqueroso para seguir escuchando, tomé un pedazo de pan y se lo metí en la boca para callarla.

—Cati, preciosa Cati —le sonrió con sinceridad—. Las chicas suelen ser muy lindas cuando abren la boca y dicen cosas. Hay una gran diferencia entre ser educada y ser maleducada. Así como también hay una enorme, pero muy enorme, diferencia en decir groserías y las resoluciones que tu sueltas.

Cati me observa perpleja ante mis comentarios y me mira con cautela, a su lado Adrik mastica como si el tema fuera muy interesante y Arley nos ignora disfrutando de su almuerzo.

—Cualquier inepto con cerebro de paja —Adrik vaciló un segundo hasta caer en cuenta de que me refería a él —entendería las referencias menos bochornosas que incluyan un tenedor y un agujero. Podrías usar la próxima vez términos más sencillos como: un consolador y trasero. Eso suena menos perturbador —finalicé presionándole las mejillas.

Cualquier chica me hubiera agradecido e incluso dicho algo lindo, pero está chica frente a mí me conocía desde la infancia y habíamos visto cosas nefastas entre nosotros, por lo que en lugar de ser comprensiva, me tiró toda la mierda junto al inepto con cerebro de paja: Adrik.

—Connor, querido Connor. Compraré un consolador extra y te lo meteré con fuerza en el trasero para que alcances un orgasmo intenso junto al inepto ojos de gato.

Eternamente Destinados |editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora