Janesse
No sirvió de nada ir con el ginecólogo, pues madre ya estaba decidida a hacerle la vida miserable a todas las personas que se relacionaran conmigo, incluso solo si me detenía a darle las direcciones de algún lugar a cualquiera.
Me sentí dolida.
Avergonzada de que me revisaran por la desconfianza de madre, regresamos a casa en un silencio sepulcral. Me hería la idea de que ella ni padre me tuvieran un poco de fe. Creían que estaba destinada a seguir los pasos de Kenner. Y comenzaban a darme atisbo de esperanza para que así fuera.
Antes de que bajara del coche, madre me detuvo.
—Harás una denuncia en contra del cantante —sentenció—. Sólo así le perdonaré la beca a tu humillante amigo.
Ninguna de las dos opciones me parecían gratas a elecciones. Ni siquiera podía pensar en una respuesta, no imaginaba el dolor que le causaría a los dos si decidía algo como eso. Miré a madre con un desconcierto que a ella le importó nada. Ignoró mi mirada, y se lo tomó como si fuera una cría haciendo un puchero por algún juguete sin valor equivalente.
—Elige antes de que llegue la noche. O de lo contrario, les arruinaré la vida a los dos. Tu decides, Janesse.
Sin mirarme continuó revisando sus pendientes en la tableta. Como si eso fuera más importante que su propia hija.
—Madre —hablé.
—Eres una Garnier, y tienes el poder para destruir vidas, y si no puedes hacer nada al respecto. Entonces lo haré yo antes de que alguien te arruine a ti. Ya te lo dije. Eres mi hija, y no pienso dejar que fracases mientras tengas el mismo rostro que mi madre.
Me mordí el labio inferior por miedo a ser herida físicamente, madre me causaba un temor inexplicable, me hacía sentir más débil a comparación de padre y mis hermanas. Me sentía ajena a está familia, tenía que escapar cuanto antes. No pude mover ni un músculo hasta que ella me ordenó bajar.
Con miedo a cometer algún pequeño error frente a ella, bajé del coche y me apresuré a ingresar a la casa. Como siempre, Charity me esperaba con una pacifica sonrisa, pero al notar mi expresión deprimente, extendió sus brazos para que yo pudiera abrazarla. Sin Charity aquí, yo y Kenner hubiéramos muerto hace tiempo. Sollocé entre sus brazos mientras me llevaba a mi habitación.
Charity ha sido mi nana desde que tengo memoria, nos ha cuidado a mí y a Kenner como si fuéramos sus hermanos menores. Sin su apoyo pudimos ser más miserables de lo que somos hoy.
En el camino le había pedido a otra empleada que trajera un té. Tomé asiento en el sofá de mi habitación, bebí el té y solté el miedo que tenía hace unos minutos. A mi lado, Charity me acariciaba la cabeza, consolándome como lo hacía en mi niñez borrosa.
—Todo estará bien, pequeña —prometió.
Pero yo sabía que nada estaría bien a menos que me fuera con Kenner. Ya quiero que la noche se asome al planeta y así pueda escapar.
Tomo las manos de Charity, quiero contarle todo antes de irme, no deseo causarle dolores al notar mi ausencia.
—Charity —hablo—. Me iré con Kenner está noche.
No soy una experta, pero soy buena leyendo expresiones. La sorpresa estaba combinada con un poco de alegría en el rostro de mi nana. Era como si ella estuviera de acuerdo que llegara a suceder esto. Me acarició la mejilla como lo debía hacer una madre.
—No estoy de acuerdo en que te vayas así. Ya sabes que tu y Kenner todavía son muy jóvenes, pero los apoyaré. Siempre lo haré, ya tienen edad para tomar sus decisiones, pero por favor, cuídense. La juventud no es un tema que pueden tomar a la ligera.
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Eternamente Destinados |editando|
RomanceConnor Moore es el guitarrista y el cantante principal de la banda de rock TwoC.A. Un joven hombre que se mantiene al margen de las situaciones, evita el contacto físico y repudia a los hipócritas. Su actitud molesta tiene una historia detrás, y n...