Connor
Se supone que cuando uno está corriendo, lo único que debe escuchar es el latido de su corazón y su respiración entrecortada. Eso esperaba de mi parte.
Debido a la falta de aire, tuve que quitarme el cubre bocas mientras los perseguía. Cuento únicamente con la gorra negra.
Pero no estoy corriendo por gusto, ni persiguiendo a un ángel de oro, estoy siguiendo en una situación inesperada a un inepto chico de cabello rojo y ojos verdes. Un inepto chico que le encanta hacer travesuras más pesadas que Cati Young. Un chico que se ha convertido en un artista que mucha gente conoce, y que la mayoría quisiera secuestrar para cogerse un centenar de ocasiones. Y lo que es peor aún, este mismo chico disfruta lanzándome cosas para detenerme.
—¡Vete, piérdete! —Vocifera mientras sigue huyendo.
Ahora mismo debería estar en el hotel, preparando la nueva canción junto a Arley. No persiguiendo a un sinvergüenza pelirrojo que arrastra a Syd, una de las artistas más cotizadas del mundo, que se niega a seguir las reglas.
—¡Rik, detente!
Antes de que mis manos alcancen la espalda o incluso el cabello rojo del inepto, un contenedor de basura y un muchacho rubio me impiden cualquier probabilidad. Adrik tiene mucha suerte de su lado, y yo las sobras de mala suerte.
Caigo al suelo tras chocar contra un contenedor de basura arrastrado por el muchacho rubio. Impresionado por mi llegada inesperada, el rubio se apresura a ayudarme a ponerme de pie. Y yo me rindo en ese momento, pues desde mi posición visualizo a Adrik subiendo a un autobús con Syd.
—¿Estás bien? —Preguntó el joven rubio de ojos miel con una expresión amigable en su rostro—. Realmente no te vi llegar —puntualizó—. Lo lamento.
—Está bien, no pasa nada —acoto limpiándome la playera azul oscuro y el saco negro—. Fue un accidente.
Miro al muchacho rubio, y noto una pizca de asombro en sus ojos, entonces siento el aire golpear mi cabello, por instinto me toco la cabeza y descubro que he perdido la gorra.
—Eres él ¿verdad? —Susurra ensanchando su sonrisa—. Esto es increíble, no creí que llegaría a conocer...
—Shh —le pido, haciendo un ademan con mi mano—. ¿Podrías guardar el secreto?
Encuentro mi gorra debajo del contenedor, la tomo y la sacudo antes de volver a ponérmela.
—Claro que si, viejo. Claro que sí —repitió con una euforia agradable, me mira un segundo y saca su teléfono—. ¿Me podrías regalar una foto?
—Por supuesto —acepto.
Me tomo la fotografía en menos de un minuto, me despido, vuelvo a colocarme la gorra y camino hacia cualquier tienda pequeña que este en la calle con la intención de comprar una bebida fresca. Ya no tiene caso que persiga al inepto.
Veo a un niño haciendo un berrinche a su abuelo, y a una madre regañando a su esposo por reírse de la situación. Intento no reaccionar, pero la forma en la que actúan y sus expresiones son todo lo que necesito para sentirme feliz ante una ingenua escena.
Es una típica fotografía familiar. Un recuerdo que ninguno de los cuatro debería olvidar. Algo precioso que tienen enfrente y que deberían proteger con todas sus fuerzas.
Escucho la conversación divertida del niño quejándose de que su abuelo le prometió una golosina si le decía lo extraño que era su padre por vestir un traje de alienígena verde. La madre seguía diciendo que era parte del vestuario para una película, y que debía respetar el esfuerzo de su esposo por ayudarla.
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Eternamente Destinados |editando|
RomanceConnor Moore es el guitarrista y el cantante principal de la banda de rock TwoC.A. Un joven hombre que se mantiene al margen de las situaciones, evita el contacto físico y repudia a los hipócritas. Su actitud molesta tiene una historia detrás, y n...