Después de aquello ninguno de los teníamos palabras. Estábamos extrañados y no podíamos entender nada. ¿Aquella mujer sabía de nuestros padres? ¿De qué trabajaban realmente nuestros padres?
Pero la verdadera pregunta era, ¿cómo sabe que nos amamos?
-No tengo palabras... -suspiró San cuando se sentó en el sofá de nuestra casa, echando su cabeza hacia atrás.
Le miré sin ninguna expresión, yo tampoco tenía palabras, bueno, realmente mi cerebro no era capaz de formular nada después de aquella extraña situación.
San me miró y suspiró. Ambos estábamos agotados psicológicamente; el hecho de que nos comentaran cosas sin el desenlace nos estaba matando. Demasiados misterios que nuestros cerebros no eran capaces de procesar.
-Creo que deberíamos de descansar... -dijo San, mirándome con una sonrisa.
Yo sonreí un poco, él era una hermosa luz para mí.
Una luz que iluminaba mi rostro en los peores días.
-¿Por qué no vamos al lago a nadar? -pregunté.
San me miró extrañado mientras se levantaba del sofá.
-¿Al lago? Son las una de la mañana, el agua tiene que estar congelada y... ¡a saber que demonios hay debajo del agua! ¡Qué miedo! -me miró con sus ojos abiertos por el miedo de imaginar el encontrarse algo.
Me reí ante su confesión. San era la cosa más tierna en este mundo. Su risa, su cara, sus frases, todo de él era perfecto.
-¿Tienes miedo? -pregunté acercándome a él con una sonrisa, pasando mi brazo por si cintura acercándolo a mí.-¿Y si mejor terminamos lo que empezamos antes? -susurré en su oído.
Noté como el cuerpo de San se estremecía y se separó con velocidad.
-¡Qué buena hora para ir al lago! ¡Vamos al lago! -gritó mientras se dirigía a la entrada.
Una risa se escapó de mis labios. ¿Se había puesto nervioso? Que alguien me de las razones para no comerle a besos.
-Vamos, cariño -dije mientras abría la puerta y cogía su mano, para llevarlo hacia el lago.
La luna brillaba con intensidad sobre el cielo, los grillos sonaban y una leve brisa nos acompañó. Tras aquella extraña experiencia esto era lo que necesitaba, la naturaleza, el arte de esta y su calma.
-Oye... Wooyoung... -me llamó San, quién estaba con su ceño fruncido y un leve puchero en sus labios.
Le miré con una sonrisa, la luz de la luna iluminaba su rostro siendo la razón de mi gesto.
-Dime.
San miró hacia un lado y paró de andar, provocando que me extrañase. ¿Qué ocurría?
-¿Está todo bien, San? -pregunté mirándole.
-Es que... mira, da igual -sonrió y me miró pero yo sabía que detrás de aquella sonrisa un conjunto de pensamientos estaban.
Decidí ignorarlo, para no crear dramas ahora, aquello era lo último que quería.
Continuamos caminando en silencio, San seguía pensativo y yo tan solo disfrutaba de mi tacto con el suyo.
San... has estado tan cerca y a la vez tan lejos. ¿Todos estos años te podría haber conocido?
Una vez llegamos al lago le miré, su mirada estaba puesto en el horizonte pensando en a saber qué.
-Por cierto, ahora que me doy cuenta, ¿cómo nos bañaremos? -me preguntó.
Yo me reí y comencé a quitar mi ropa con velocidad.
-No hay nadie, San -dije corriendo hacia el lago mientras tiraba mi ropa interior por los aires y tirándome al agua.
El contacto del agua fría contra mi piel me sentó bien,salí a la superficie y vi como San me miraba sorprendido.
-¡¿Desnudo?! -gritó desconcertado.
Una carcajada salió de mi garganta.
-¡Dentro de poco me ibas a ver desnudo así que no seas tonto! -dije burlón mientras volvía a zambullirme en el agua.
Noté como San llegaba al lado mío y se acercó bastante serio.
-Wooyoung, ¿qué somos?
DISCULPEN LA TARDANZA.
¡Tuve varios problemas pero ya está todo bien!
Les leo❤️
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NO CONTROL ;woosan
Fanfic❝En el año 3025, las almas gemelas son elegidas al momento de nacer. Pero no todo es amor, una de las personas tiene el poder de hacer lo que quiera con la otra mediante una pastilla, mientras la otra no puede negarse. La relación homosexual está pr...