Carry You -Thorki-

19

Al cabo de unas horas separados, en las que los dioses nórdicos habían aprovechado el tiempo con diversas actividades, finalmente se encontraron de nuevo. Ambos acudieron a tomar el té con la reina Frigga en sus aposentos, compartieron anécdotas sobre los príncipes cuando apenas eran unos infantes. Predominaban las historias sobre las travesuras de Loki y todas las artimañas en las que envolvía a los guardias, en un acto que consideraba divertido. Thor solía alabar esas hazañas, incluso defendía a su hermano de los posibles regaños que los reyes tuviesen para él y sus travesuras. Frigga, en silencio, solía disfrutar de las demostraciones de magia, aunque fueran en modo de broma, pero le hacía sentir orgullosa ver que su pequeño Loki fuera un usuario de magia. Nunca tuvo dudas de que se volvería un hechicero muy hábil y poderoso en el futuro.

En algún punto de la conversación, Frigga empezó con las preguntas correspondientes sobre su relación. Parecía que se había estado conteniendo.

—Y bien, mis tesoros, ¿Cuándo contraerán nupcias?

Dicha pregunta logró que Thor escupiera su bebida, no se esperaba para nada eso. Loki se atragantó con su té, lo que causó un ataque de tos a los minutos. La reina simplemente los veía, con un rostro que denotaba completa inocencia.

—Aún no hemos pensado en eso.—respondió Thor como pudo.

—No nos hagan esperar tanto, hijos míos. Su padre y yo queremos nietos. Cinco como mínimo.

—Madre.—interrumpió Loki con las mejillas sonrojadas —Aún no hemos visualizado eso...

—Oh, no me digan eso. Ya tienen a una pequeña.

—Con Phoenix es diferente.

—Tienes razón, cielo. Ella no salió de ti.

El comentario de la reina generó un nuevo ataque de tos en Loki. Al parecer, Frigga estaba al tanto de que Loki podía dar a luz.

—Sé que puedes hacerlo, hijo.—dijo Frigga, adivinando los pensamientos del hechicero —Y eso me hace muy feliz. Podré darte consejos sobre maternidad, no sabes lo mucho que me emociona.

—Eso se escucha interesante, madre.—dijo Thor, con una inmensa sonrisa, pues él ya parecía visualizar a Loki con el vientre abultado, siendo cuidado y aconsejado por su madre.

—Habrá que pensarlo bien.—intervino Loki con nerviosismo, pues podía adivinar el tipo de pensamientos que Thor estaba teniendo.

—Como tú digas, cariño.—dijo Frigga con una pequeña sonrisa —¿Cuándo podré conocer a Phoenix?

—Será luego, madre. Loki y yo preferimos que ella viniera cuando todo se hubiese resuelto.

—No quería que se viera envuelta en embrollos innecesarios.

—Lo entiendo. Puedo notar que están actuando como padres responsables.

—Ella lo vale.—mencionó Loki.

La reina y sus hijos prosiguieron con charlas interesantes, sobre temas variados, hasta que anocheció. No parecían haberlo notado, de lo inmersos que estaban en la conversación. Pidieron que les sirvieran la cena, y a los pocos minutos aparecieron varios sirvientes colocando las delicias en la mesa, de manera ágil y silenciosa. Los platillos se veían exquisitos; la gran mayoría incluía carne de las bestias que se habían cazado. Había frutas variadas, que eran ingeridas por Loki. Thor parecía un oso hambriento, nunca se había contenido con la comida, y terminó demostrándolo también en Midgard. Los Vengadores siempre se mostraban impresionados por lo mucho que comía, y por la velocidad con la que engullía los alimentos. Loki simplemente suspiraba al ver la desesperación de su consorte al consumir los alimentos tan rápido como pudiera, como si de una competencia se tratase.