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Era un nuevo día en el magnificente y poderoso reino dorado de Asgard. Los potentes rayos del sol se colaban entre las verdes cortinas en la habitación del Dios del Engaño, y fueron a parar a los rostros de los príncipes, que dormitaban en la inmensa cama. Sus cuerpos desnudos estaban cubiertos por una fina sábana negra, ocultando las marcas que se hicieron mutuamente durante su sesión pasional.

Luego de que iniciaran su fogoso beso y sintieran ansias de unir sus cuerpos una vez más, Thor sacó con cuidado a Loki de la tina y lo envolvió en sus fuertes brazos sin dejar de besarlo. Salió del baño y se dirigió hasta la cama, donde colocó con suavidad a Loki y se colocó sobre él; observando con detenimiento su perfecto cuerpo azulado. Se había enamorado también de su forma jotun; le parecía irresistible y sus ojos rojos lo incitaban a cometer locuras. Era simplemente sensual.

Thor no podía resistirse a los encantos de Loki. Le demostró su amor nuevamente y adoró cada minuto, en especial cuando Loki decidió tomar la iniciativa de explorar su cuerpo; tocar y besar sus músculos, lamer su cuello y tirar de su rubia melena. ¡Lo estaba enloqueciendo! Loki sabía cómo tentar a Thor y hacerlo caer en sus bajos instintos, y el tronador estaba feliz con eso, tanto que lo dejaría sin poder caminar bien por una semana.

Pese a dejarse llevar por el amor y lujuria que sentía por su amado hechicero, recordó cuando Loki mencionó que podía concebir en su forma jotun, misma forma que estaba frente a él. Recuerda que había mencionado que se vería muy lindo estando embarazado, pero no era tiempo para eso. Sabía que Loki no querría cargar a sus hijos cuando una guerra se aproximaba, él tampoco lo quería. Así que terminó dejando su esencia en el abdomen de Loki, quien no pareció entender lo que sucedía hasta pasados unos minutos en los que su mente se estaba aclarando luego del orgasmo.

El azabache estaba enternecido y agradeció en silencio a Thor, besando sus labios. Había olvidado por completo sus habilidades para dar a luz, estaba concentrado en el deseo y lujuria que Thor sentía por él. Hizo un pequeño movimiento con sus dedos y una ráfaga verde lo envolvió, devolviéndole la apariencia aesir a la que Thor estaba acostumbrado.

Ambos se durmieron casi de inmediato; cansados por haberse demostrado amor, adoración y pasión. El azabache cayó primero, ocultando su rostro en el cuello de Thor y dándole una última sonrisa antes de cerrar los ojos. El tronador estaba maravillado, tomó la sábana negra que estaba a un lado de ellos y la usó para cubrirlos. Besó la cabeza de Loki y se dispuso a dormir, sintiéndose pleno y amado.

Thor fue el primero en despertar, sintiendo la cálida y pausada respiración de su amado. Lo observó con ternura y besó sus negros cabellos. No quería separarse de su lado, se sentía muy cómodo y le placía ver dormir a Loki, pero debía volver a su habitación antes de que alguien notara que había dormido con su hermano. Se separó con lentitud para tratar de no despertar a Loki con movimientos bruscos, y finalmente logró separarse. Tomó su ropa, que se encontraba esparcida en el suelo, y la recogió para luego ponérsela. Besó al hechicero una última vez y salió lo más rápido que pudo, vigilando si había algún guardia o sirviente cerca.

Se dirigió a paso veloz hacia su habitación, que quedaba en el mismo pasillo que la de Loki. Motivo por el cual, al azabache se le hacía bastante fácil colarse en las sábanas de su hermano cuando era apenas un niño pequeño y le temía a los truenos.  El tronador sonrió ante ese recuerdo, pues Loki se mostraba aterrado y siempre llevaba su sábana arrugada entre sus manos, en señal de nerviosismo y temor. Estaba seguro de que el Loki actual se sentiría avergonzado de hacer tal cosa de nuevo, pero a Thor solo le generaría ternura. Apresuró el paso y abrió la puerta de manera rápida, ingresando casi de inmediato. Cerró tras él y se dejó caer en su cama, cubierta con sábanas azules. Soltó un suspiro lleno de satisfacción y sonrió tontamente. Los recuerdos de la noche anterior empezaron a poblar su mente, podía recordar vívidamente las expresiones de deleite de su amado hechicero, los gemidos que escapaban de sus azules e hinchados labios.  Azules...

Carry You -Thorki- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora