Capítulo I. Soledad
¿Qué se siente estar solo? ¿Por qué en esta vida siempre estamos solos? Una vida de soledad, sin interés por nadie, hacia nadie. ¿Por qué no le importas a nadie? Pues sí, así es mi vida. Llena de soledad y tristeza. Un mundo vacío y sin importancia. ¿Tú crees que haya alguna salvación para una persona como yo? No, ¿verdad? Una persona como yo ya no tiene salvación alguna. ¿Quieres saber cómo es que terminé en este estado? Bueno, entonces, acompáñame.
***
Bien, todo comenzó cuando tenía diez años. Mis padres siempre ha estado demasiado ocupados como para ponerme atención a mí. Siempre se han preocupado por ellos mismos y siempre me han dejado de lado. Entonces, si no podían cuidar un niño, ¿por qué me tuvieron? Esa es la pregunta que me he hecho en estos últimos años. Creo que jamás voy a encontrar la respuesta. Sé que mis padres jamás me quisieron y no les importaba si estaba bien o en dónde estaba. Jamás recibí un regalo por mi cumpleaños, o un abrazo de bienvenida cada vez que llegaba de la escuela. Es más, cuando llegaba, ni siquiera había alguien para recibirme. Mi infancia fue dura y solitaria. No tuve un hermano con quien jugar ni tampoco el amor de mis padres. He sido una persona infeliz desde que vine al mundo. Maldito sea el día en que decidieron tenerme. Fue por ese motivo que me hice como soy ahora. Estoy arrepentido, pero eso ahora ya no importa. Estaré encerrado en esta maldita prisión por el resto de mis días.
—¡Kirishima Zen!—escuché mi nombre de uno de los guardias. Estoy acostado, en mi celda. ¿Quién demonios es? Espero que sea importante. Me levanté de mi cama y caminé hacia la puerta.
—¿qué pasa?—le pregunté.
—tienes visitas. Anda, vamos—le quitó el seguro a la puerta y me dejó salir. Me esposó y me hizo caminar delante de él. Tal parece que no confía en mí.
—¿te dijo quién era?—le pregunté al guardia.
—no lo sé aún, pero tranquilo. Lo sabrás muy pronto.
—mira, mira a quién tenemos aquí. Nada más y nada menos que al asesino que mató a 40 personas con arsénico. Wow, sí que eres un loco de remate—escuché la voz de una persona a mis espaldas. La distingo a la perfección porque es quien siempre se la pasa fastidiándome. Giré mi cabeza y lo miré de una forma muy seria.
—¿tienes algún problema con eso? ¿Por qué no mejor te pierdes?—me enojé. Soy una persona que suele enojarse con mucha facilidad.
—oye, tranquilo, solamente quería recordarte que pasarás el resto de tu vida en una prisión—volvió a burlarse de mí. Esta vez no pude contenerme y terminé lanzándome encima de ese sujeto. Como tenía puestas las esposas, rápidamente las colocó por detrás de su cuello y comencé a asfixiarlo. Luchaba por qué lo soltara, pero no lo haré. No dejaré que salga vivo de esta después de haberse burlado de mí.
—¡hey, hey!—otros guardias llegaron para tratar de que lo soltara, pero mi fuerza es mayor.
—Zen, por Dios, contrólate. ¿Quieres agregar otro muerto a la lista?—me dijo el guardia que me estaba guiando. Lo miré, y con ello, poco a poco, me fui calmando. Solté al imbécil ese y después de eso, otros guardias se lo llevaron. Se veía muy morado y le faltaba el aire. No me hubiera importaba si moría o no, un muerto mas no hará mucha diferencia.
—¿ya estás tranquilo?
—sí, lo estoy. De hecho, yo siempre estoy tranquilo—me reí.
—de verdad que tú estás loco.
—hey, ¿qué falta de respeto es esa? Yo no estoy loco, estoy perfectamente cuerdo y seguro de lo que hice tiempo atrás.
—bueno. Como sea, mejor ven, vamos a ver quién es esa persona que te ha venido a visitar...
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Dolor y soledad
Horror¿Alguna vez te has puesto a pensar en lo que se siente que nadie te haga caso, que nadie te mire, que a nadie le importes? La vida de un chico de 15 años ha sido dura e infernal. Su madre no lo toma en cuenta y su padre los abandonó. ¿Qué puede espe...