Amelia
Aquí estoy, destrozada. Aún no me creo que Daniel me traicionó después de todo lo que hemos pasado juntos, los besos, las caricias y las veces que hicimos el amor parece que a él le importo una mierda, así de simple. En la noche que me enteré de todo, fui a mi casa, empaque mis cosas y me fui a Francia para antes para intentar despejarme. Mis abuelos me esperaban en el aeropuerto, apenas los vi fui corriendo a sus brazos, llore tanto. Cuando llegamos al penthouse, les conté todo, mi abuelo empezó a culpar a mi abuela porque ella impidió que interrogara a Daniel. E estado comiendo chocolate negro y llorando sin remedio, el chocolate no hace efecto así que lo deje mientras intentaba dormir, aunque sea un poco, quería estar bien para el comercial. Me levanté con todo el esfuerzo que tenía, me mire el espejo, no me veía tan mal, las orejeras empezaron a aparecer de a poco y mis ojos hinchados de tanto llorar. Alguien tocó mi puerta y entró Adrien. Apenas lo vi fui corriendo hacía él.
- Tranquila Amelia - Me abrazo con más fuerza - Ese gilipollaz no te merece
- Es que no lo entiendo - Lloraba con más fuerza - No entiendo porque me traicionó de esa manera después de todo lo que hemos pasado juntos
- A veces la gente comete errores - Lo mire con los ojos aguados - Cuéntame todo, por lo menos desahógate conmigo
Le conté todo a Adrien, llore más mientras él me abrazaba con todas sus fuerzas, me escucho y me consoló.
- Ya verás que lo vas a poder olvidar - Negué - Tendrás que olvidarlo para poder seguir adelante
- Pensé que era el hombre de mi vida - Me limpie las lagrimas - Pero me equivoque
- Con el tiempo tus heridas van a sanar - Asentí - Te extrañe mucho, ya veras que aquí vas a poder despejarte
Fuimos a la cocina, preparamos el desayuno y empezamos a hablar. Hablar con Adrien me despejó la mente por unos momentos, es una gran compañía. Cuando terminamos se tuvo que ir ya que tenía algunas cosas que hacer, me despedí de él y fui a mi habitación. Decidí hacer ejercicio, me puse un top deportivo y los pantalones de pijama, no me veía tan mal. Alguien tocó la puerta principal del penthouse, Babette mi nana de aquí a la que también tengo un gran cariño le abrió la puerta, salí de mi habitación para dirigirme a ver quién era, cuando me adentre al living me quedé en shock. Daniel estaba aquí, parado a solos unos metros de mí. Joder, se veía tan bien, tenía unas orejeras apenas visibles, el cabello revuelto, polera de AC/DC, pantalones negros y unas converse negras. Nos quedamos congelados mientras veía a Banette, con un movimiento le pedí que se fuera. Nos estuvimos mirando como si fueran horas hasta que decidir correr hasta mi habitación, pude sentir que él también corría detrás mío, llegué a mi habitación, a punto de cerrar la puerta cuando él se adentro. Cerró la puerta mientras yo me alejaba de él, las lagrimas empezaron a aparecer.
- Nena - Negué rápidamente - Me costó tanto encontrarte
- Número uno, no me llames nena - Mis lagrimas empezaron a caer por mis mejillas - Número dos, cómo me encontraste?
- Alicia me dio la dirección - Suspiré - Tenemos que hablar
Lo que me faltaba, Alicia le dio la dirección del penthouse de mis abuelos y además Daniel quería hablar conmigo, qué descaro de su parte.
- Tú y yo no tenemos nada de que hablar - Asintió rápidamente - ¿Para qué veniste?, ¿Me quieres restregar todo en la cara?
- ¿Tú crees que vine desde el otro lado del puto mundo para restregarte todo en tú cara? - Asentí - Estás muy equivocada
- Quiero que te largues de mi casa - Negó rápidamente - Vete
- No me voy a ir hasta que hablemos - Suspire nuevamente - No sabes el infierno que e pasado estos dos días sin ti
Lo mire fijamente. ¿Cómo se atreve a decirme eso? Yo la e pasado peor que él, joder, esto me va a matar en cualquier momento.
- No te creo ni una mierda - Se acercaba más a mi mientras yo retrocedía - ¡YO SI LA E PASADO MAL!
- De eso no tengo ni una duda - Reí sarcásticamente - Si me dejaras explicarte...
- ¡¿QUÉ ME QUIERES EXPLICAR?! - Se quedo paralizado - ¿Qué te follaste a la zorra de Fátima?
- No, las cosas no son así - Estaba desesperado - Tienes que creerme
- No puedo Daniel - Negó rápidamente - Me destrozaste, creí que me amabas
- ¿Cómo me puedes decir eso? Tú eres mi fuerza para seguir adelante, mi felicidad, mi corazón, el sentido de mi existencia, MI VIDA ENTERA JODER - Cayó de rodillas al frente mío llorando - Sin ti no puedo vivir
Se me partía el corazón verlo así, era las palabras más hermosas que me habían dicho en mi vida. Desvié mi mirada de él, mientras estaba procesando las palabras que me había dicho.
- Dile eso a Fátima - Lo volví a mirar - A ella si la amas
Se paro rápidamente mientras ambos estábamos llorando, esta situación era tan insoportable.
- A la que AMO ES A TI - Negué - ¿Me amas?
Claro que lo amaba, más que a nada del mundo. Pero no le iba a dar esa satisfacción.
- No te amo - Se quedó paralizado - ¿Contento?
Estaba apunto de irme cuando me agarro mi cadera, intente que me soltara pero como siempre era inútil.
- ¡DIME QUE TODOS LOS MOMENTO QUE PASAMOS JUNTOS NO SIGNIFICARON NADA, LOS BESOS, LAS VECES QUE HEMOS HECHO EL AMOR, DIMELO! - Lo mire fijamente - Dimelo a la cara
Quería gritarle todo lo contrario en ese momento, intente empujarlo pero eso solo hizo que me agarrara con más fuerza. En un momento dado, me beso. Le golpee el pecho para que me soltara pero él atrapo mis manos mientras profundizaba el beso. Le seguí el juego, era algo inevitable, necesitaba tanto su beso. Nos movimos hasta que quedamos pegados a la pared de mi habitación mientras seguíamos con nuestro beso, su lengua penetró mi garganta mientras yo hacía lo mismo. En un momento, no aguante más y le mordí el labio hasta que se separó de mi, comenzó a sangrar, cosa que agradecí.
- Con ese beso me demostraste que me sigues amando - Negué - No lo niegues, me correspondiste
- Lo hice porque no me dejabas otra alternativa - Se acercó más a mi - Quiero que te largues
- Esta bien - Suspire agradecida - Pero ten por seguro que no me voy a ir de aquí hasta que regreses conmigo
Me miro por última vez mientras me limpiaba las lagrimas, se fue de mi habitación, mientras yo me tire a la cama a llorar. Desde ahora, no iba a permitir que me hicieran daño, esto me ayudó para ser más fuerte.
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Hola, cómo están? Ufff, este capítulo, no tengo palabras en verdad. Hoy es Domingo :(, mañana tengo clases online, que asco.
Un abrazo :)
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Ella
RomanceDaniel Vera quedó destrozado con el rompimiento con el amor de su vida, Amelia Romero. Pero descubre la verdad acerca de su traición y decide ir a Francia para recuperarla a toda costa. Su amor sigue estando a flote y más fuerte que antes pero algun...