Capítulo 28

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Daniel

La necesitaba, estos días sin ella han sido un jodido infierno pero no tenía más remedio que aceptar. La amo, más que a nada en este puto mundo pero en no tenerla en mis brazos a sido una tortura. Estaba viendo algunas fotos de ella cuando me estaban llamando, era Amelia y le contesté enseguida. 

- Mássss duuuroooooo - Mé quedé en shock mientras gemía - Asssssí, perfectooooo

No, ella no podía hacerme esto. La conocía, era incapaz de hacerme algo así pero estaba borracha hasta las tantas y con lo qué pasó en Francia, era capaz de hacerlo.

- ¡¿CON QUIÉN COÑO ESTÁS?! - No me contestó - ¡RESPÓNDEME MALDITA SEA!

- En mi casa follándome duroooooo - Mi respiración sé aceleró - Me tengo que ir, adióssssss

Me cortó mientras yo estaba decidido a lo qué iba a hacer. Salí del departamento rápidamente, bajé las escaleras de emergencia ya que el ascensor de mierda estaba en reparación, fui al estacionamiento y me subí en mi moto. Encendí los motores y ya me estaba imaginando lo que podía pasar, me volvería loco si alguién más la estuviera follando. Llegué a su casa a los minutos después, la luz de su habitación estaba encendida, me bajé de mi moto, toqué la puerta y me abrió Dorothy.

- Joven Vera - Sonrió - ¿Cómo está?

- ¿Amelia está con alguien en su habitación? - Negó - Voy a su habitación

Subí las escaleras rápidamente y me adentré en su habitación. Solamente estaba con una polera y unas bragas negras, joder, me iba a matar. Estaba tambaleándose, estaba teniendo una botella de tequila en su mano y estaba viendo Cincuenta Sombras de Grey, mierda.

- Danielito, llegaste - Sé acercó a mí - ¿Te gustó mí bromitaaaa?

- Joder, casi me matas de un susto Amelia - Sonrió maliciosa - ¿Por qué me haces esto?

- Porque, no lo sé Danielito - Rodeó sus brazos en mi nuca - ¿No me extrañas?

- Por supuesto, cada vez un poco más, es una mierda de tortura - Negó - Es la verdad, te necesito

De repente, empezó a frotar sus caderas contra mi amiguito haciéndome que me surgiera una erección. Ella se dio cuenta y empezó a frotar más sus caderas contra mi erección, mierda. 

- Hazme tuya, ya me excite con ver a Christian Grey - Negué - Bueno, cómo quieras 

Sus brazos abandonaron mi nuca, dejó la botella a un lado y se acostó en el suelo.

- Quiero que alguien me follé en este suelo - Un gruñido salió de mi garganta - ¿Estás seguro qué no quieres Danielito? Acuérdate en Francia, dónde me hiciste tuya en el mesón de la cocina 

- No me hagas esto, me mataras - Negó rápidamente - No puedo

- Hazlo o me masturbo enfrente tuyo - Mi amiguito estaba durísimo - Tú decides 

Iba a responderle cuándo sus brazos me atrajeron hacía ella, haciéndome caer encima de ella y sus labios atraparon los míos. Nuestro beso fue feroz mientras un gruñido brutal salió de mí garganta, necesitaba tanto sus besos qué me estaba volviendo pero por fin ya los tenía. Mis manos vagaron en su cuerpo hasta qué me encontré con sus caderas, la apreté más contra mí haciéndome sentir mi erección chocar con su vientre. Me quitó mis zapatos con dificultad mientras yo sujetaba el borde de su polera y logré quitársela. Amelia no tardó en ir al botón de mi jeans, me lo quitó rápidamente al igual que mi bóxer mientras yo acariciaba sus piernas y bajé sus labios por su cuello.

- Te necesito tanto Danielito - Sonreí mientras le daba besos en todo su cuello - Me encanta qué me quieras follar sin piedad 

Mis manos se deslizaron por su espalda hasta llegar a su sostén, sé lo saqué y sus pechos preciosos quedaron al aire. Empecé a darle besos en sus pechos mientras ella disfrutaba del único placer que alguien le podría dar en su vida y ese era yo. Mientras besaba sus pechos, le arranqué las bragas rompiéndolas en dos y aproveché de hundir dos dedos en ella. 

- Follame, ahora - Asentí - Te necesito Danielito, no me hagas volver a repetírtelo 

Saqué mis dedos en ella, quería llevármelos a mí boca pero ella se lo llevó a su boca mirándome, era la imagen más caliente que e visto en mi puta vida. Me adentré en ella despacio hasta que finalmente ya estaba en su interior. Comencé con leves embestidas pero después empecé a acelerarlas. 

- Soy tuyo Amelia, completamente tuyo - Sonrió - Joder, te echaba muchísimo de menos nena

Sus manos vagaron por toda mi espalda hasta llegar a mi trasero, apretándolo haciéndome que entrará un poco más profundo en ella. Ella empezó a decirme cosas calientes en mi oído mientras pasaba su lengua por mi oreja. Sus piernas rodearon mi cintura haciéndome entrar en ella más profundo. 

- Yo igual te e echado de menos Danielito - Di una fuerte embestida poniendo sus ojos en blanco - Me vas a matar 

Y después, ambos llegamos al climax gritando, a los segundos después de repente alguien tocó la puerta.

- ¿Mi niña? - Me quedé quieto - ¿Todo bien?

- Siiii, estoy viendo una película porno por eso los gritos - Reí levemente pero me hizo callar - Buenas noches Dorothyyyyyy

- Estás borracha, ayyy mi niña, buenas noches - Suspiré aliviada - Qué duermas bien 

Escuché que ella se estaba yendo, si hubiera entrado Amelia jamás me hubiera perdonado si se llegará a enterar. Salí de ella, la cargué en mis brazos y la deposité en la cama. Me acosté junto a ella, sé estaba quedando dormida mientras yo la contemplaba como siempre. Entonces acaricié su mejilla izquierda.

- Duerme bien nena - Sonreí levemente al verla - Te amo Amelia y te juró que siempre será así 

Al rato después yo igual me quedé dormido, sé que lo qué hice fue mal pero joder, la extrañaba y me ayudó demasiado volver a tenerla junto conmigo.


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Hola, cómo están? Hoy es un día importante en mi país, estoy con toda mi familia pero tuve un tiempecito para escribir este capítulo.

Un abrazo :)

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora