Capítulo 11

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Daniel

Me desperté, cuando abrí los ojos recordé lo que había pasado con Amelia y no pude evitar sonreír. Cuando me di la vuelta, no estaba en la cama por lo cual me asuste, pensé que se había arrepentido pero me alivié al escuchar algunos sonidos de la cocina. Me paré de la cama, busque mis bóxers y mis jeans y me los puse. Después me dirigí hacía las escaleras, las baje sigilosamente y me excite demasiado al verla. Llevaba puesto sus bragas junto con mi polera, su cabello estaba recogido en un tomate mientras preparaba el desayuno. Camine con cuidado sin que se diera cuenta de mi presencia, me acerque lo suficientemente a ella y le agarré sus caderas, se sobresaltó.

- Hola nena - Susurré - No te vi en la cama conmigo

Se dio la vuelta y me encontré con sus hermosos ojos que me encantaron desde el primer instante en que los vi. 

- Te quise hacer el desayuno - Sonrió - No quería interrumpir tu sueño

La besé, ella soltó un gemido mientras nuestras lenguas hacían lo suyo. Baje mis manos hasta sus muslos, la levanté y enrolló sus piernas en mi cintura. La deposité en el pequeño mesón de la cocina y nos separamos por falta de aire. Nos miramos mientras ella acariciaba mi cabello.

- No sabes cuánto te extrañe Amelia - Me miro fijamente - Han pasado doce putos días desde que no e podido tenerte entre mis brazos y a sido el mismísimo jodido infierno

- Yo igual te extrañe Daniel - Negué - No lo niegues, te extrañe, necesitaba tanto de ti, estaba decidida a olvidarme de ti pero se me a sido imposible

- Jamás vas a poder olvidarme de mí - Sonrió nuevamente - Necesitaba tanto tenerte, enserio 

En esta ocasión fue ella quien me besó. Atrapó mis labios enseguida, mientras con mis manos me dirigí hacía su zona intima, la levanté un poco y le saque las bragas. Luego introduje dos dedos en ella mientras echaba la cabeza para atrás disfrutando del placer que solo yo le puedo proporcionar.

- Vas a tener que empezar a tomar pastillas - Negó - ¿Por qué?

- Tengo un problema con ellas, no las puedo tomar porque me pueden producir ciertos efectos que desconozco según mi ginecóloga, jamás las e tomado - Moví más rápido mis dedos - Oh cielos, se siente tan bien

- Quiero follarte pero joder, no traje más condones - Río - No es gracioso

- Te prometo que voy a buscar otro método - Sonreí malicioso - Mierda, me estás torturando demasiado

Atrapé su labio inferior y lo mordí ligeramente. Saque mis dedos de ella mientras después de abandonar su labio inferior nos besamos, unos segundos después terminó nuestro beso.

- Daniel - La mire fijamente - Huele mal

- ¿Qué cosa? - Alzó las hombros - No soy yo

- No lo sé, cómo a quemado - Puso los ojos como platos - Mierda, las tostadas

Se separó de mí, se bajó del mesón mientras fue a ver las tostadas. Las saco de la tostadora y estaban negras.

- Joder, no quería que pasará esto - Reí - No es gracioso, se quemaron, voy a tener que poner otras a la tostadora 

- ¿Quieres que te ayudé? - Negó - ¿Por qué?

- Te recuerdo lo que pasó cuando cumplimos nuestro primer mes de noviazgo - Sonreí al recordarlo - Fue un completo desastre

- Pero eso fue un error - Alzó una ceja - Nos estábamos besando, no me dejes toda la jodida responsabilidad

- Reconozco que también fue mi culpa Daniel - Me acerqué más a ella - Ve a la habitación, te voy a llevar el desayuno allí

Le di corto en los labios, subí a la habitación y me acosté en la cama. Recordé nuevamente lo que pasó ayer y me puse duro, joder, necesitaba follarmela pero no tenía más putos condones. Escuche algunos ruidos de la escalera, Amelia estaba llevando la bandeja con el desayuno, mierda, si desayunaría todos los días así sería el más afortunado. Dejó la bandeja en la cama, el desayuno se veía delicioso.

- Come, te lo hice para ti - Sonreí - Apúrate antes de que se enfríe 

Me tomé el jugo de naranja mientras ella se comía una tostada. Luego, yo me comí otra, era el desayuno más delicioso que me han hecho en mi puta existencia.

- Lo siento Daniel - La mire fijamente - En verdad

Dejé la bandeja en el suelo y la atraje más hacía mi.

- ¿De qué hablas nena? - Las lágrimas empezaron a caer - Joder, me mata verte así

- Por decirte todas esas mierdas, lo siento - Negué - Si te hubiera escuchado, jamás te...

- Sshhhh, no digas nada - Le limpié las lágrimas - Estabas muy lastimada, es normal que hayas estado así

- No, no es normal - Bajó la mirada - Discúlpame, por todo, en verdad

- Eyyy, mírame - Volvió a mirarme - No te tienes que disculpar conmigo, no tengo nada de que perdonarte 

- Te amo Daniel - Sonreí - Te amo, jamás lo olvides

- Yo te amo más que a nada Amelia - Sonrió - Mucho más de lo que te podrías imaginar

Nos acostamos en la cama, me tuve que aguantar en no follarmela. Después nos levantamos, nos vestimos, limpiamos un poco la cabaña y nos fuimos. Había recuperado al amor de mi vida y me sentía jodidamente bien. 


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Hola, cómo están? Agradezco otra vez a @vampiirediariesfan por haberme ayudado a escribir esta pequeña escena sexual. Debería de estar durmiendo en estos momentos, ups. 

Un abrazo :)

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora