00 - Lobo solitario

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- ¡Sun Hee!

Los gritos provenientes de mi madre hicieron que me removiera sobre mi muy cómoda y cálida cama.

- ¡Sun Hee! - Sentí como mi cobija salía huyendo lejos de mi cuerpo. - Si no te levantas ahora, llegarás tarde al instituto.

- Mamá, hoy es domingo, déjame dormir un poco más. - Aun estando adormilada, tantee sobre mi cama para ir en busca de la cobija y acobijarme de nuevo.

- ¡Sun Hee, hoy es lunes! - Mis ojos se abrieron lo más rápido posible, sintiendo como los rayos del sol me pegaban en mi rostro; pronto, me estabilicé sobre la cama rápidamente. Mala idea, porque en los próximos cinco segundos, me sentí mareada.

- ¡¿Qué hora es?! - Tallé mis ojos para poder centrarme en la figura de mi madre desde el pie de mi cama.

- Faltan veinte minutos para que entres. - Mamá señaló mi reloj de mesa con una sonrisa divertida, antes de desaparecer por el umbral de la puerta de mí recamara.

- ¡Demonios!

Me levanté lo más rápido que mi cuerpo me permitió de mi cama y salí corriendo como si me persiguiera un demonio hasta el baño. Mientras me daba una ducha rápida, me recriminaba a mí misma por olvidar poner la alarma la noche anterior. Desde que mi mamá me iba levantando veinte minutos antes para ir a la escuela, yo misma tomé la costumbre de levantarme yo sola, colocando la alarma un día antes, durante la noche. Pero al parecer las estrellas no estaban a mi favor.

¿Por qué tengo una cama y mantas tan cómodas?

Saliendo de la ducha lo más pronto que pude, coloqué mi ropa torpemente y cepillaba mi húmedo cabello mientras bajaba las escaleras, para comer algo rápido.

- Buenos días y adiós. - Papá me dio un rápido beso en mi frente cuando pasó por los pies de las escaleras y saliendo por la puerta principal, mientras le daba una mordida a su pan con mermelada.

Al parecer no soy la única que voy tarde.

- ¿De nuevo tarde, Sun Hee? - Chul Moo, uno de mis muchos hermanos mayores pregunta al verme con el peine atorado en mi cabello.

- No digas nada ¿sí? - Avancé de nuevo hacia la cocina, con Chul Moo detrás de mí.

- ¿Cuantas veces te he dicho que te asegures de colocar la alarma un día antes? - Dijo con una expresión cansada. - Lávate las manos antes de comer.

- Claro. - Miré al reloj de la cocina, que se encontraba colocada en una de las cuatro paredes de la misma. 6:41 a.m. - ¡Sólo tengo menos de diez minutos para irme!

- El almuerzo está en la mesa. - Mamá menciona desde mi lado, mientras coloca el almuerzo de Eunji, el menor de ocho seis de la familia, en su pequeña maletera para la escuela.

- Gracias, creo que... ¡Ah! - Mirando abajo, puede notar que Eunji mordía mi pantorrilla con sus pequeños dientes. El menor por alguna razón, su pasatiempo favorito era morder a las personas. - ¡Eunji, suéltame, o llegaré tarde el primer día de clases! ¡Mamá!

- Eunji si no sueltas a tu hermana, no te compraré el helado que te prometí. - Y automáticamente, dejó de morderme para luego darme un abrazo desde la misma pierna víctima. Pequeño diablillo.

- Apúrate, Sun Hee o dejaré que vallas en el bus. - Mi otra hermana mayor, Sun Jung, dice levantándose de la mesa, donde estaba por terminar su desayuno. - ¿Por qué siempre te levantas tarde todos los primeros días de escuela?

- Ya voy, ya voy. - Dije dando una gran mordida a mis waffles. - ¡Em binco edtoy!

Dije con la boca llena y Eunji ríe tiernamente por mi acción, mientras mamá le colocaba su pequeña mochila de Bob Esponja.

STAR 1117 - SeongHwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora