STAR 1117 - SeongHwa

11 - Nuevo SeongHwa

Sentía mi cabeza reventar.

Ni siquiera podía abrir los ojos y no quería. No quería afrontar la realidad de tener que pasar por el dolor de cabeza ni nada relacionado con la resaca.

El soju se convirtió en mi enemigo temporal.

Abrí los ojos lentamente, para provocar el menor dolor posible, parpadeé varias veces antes de incorporarme sobre mi cama...

Mi cama... ¿Cómo había llegado aquí?

- Buenos días, cielo.

Me asusté al escuchar una voz. Levanté mi barbilla hacia al frente y noté, después del mareo, a MinGi recargado sobre mi cómoda, que se encontraba frente a la cama y al lado de la puerta de la habitación.

MinGi me veía bastante divertido, según había notado en su rostro.

- Oh, eras tú. - Dije tallándome los ojos con ambas manos. - Me sacaste un susto. ¿Qué haces aquí?

El chico se cruzó de brazos y me observó con los ojos entre cerrados.

- ¿Qué acaso no recuerdas nada sobre ayer?

Cierto. Ayer y mi pelea con Min Ho. Diablos. Incluso me dolía la cuero cabelludo, en las partes donde no soltaba mi cabello, el idiota.

- Solo recuerdo lograr arrancarle cabello a Min Ho, pero de ahí en adelante, nada. - Dije masajeando las sienes de mi cabeza.

- Park SeongHwa. - MinGi alzó la voz, retumbando en mis oídos que estaban delicados esa mañana.

- Baja la voz, ¿quieres? - Le pedí. - No tengo humor para escuchar algo ruidoso.

MinGi se separó de la cómoda y me extendió un café que estaba sobre la misma anteriormente.

- Primero toma algo de café.

Mis fosas nasales se inundaron del olor del café mañanero hecho por MinGi y no dudé en probarlo. Café era todo lo que necesitaba por la mañana y después de beber como si no hubiera un mañana.

- Te agradezco por el café. - Dije después de un sorbo.

- ¿Hay algo que me quieras decir? - MinGi se sentó frente a mí, en la cama y cruzando sus piernas como indio sobre la misma, me observaba sin dejar pasar algún detalle que pudiera aparecer sobre mi rostro.

- ¿A qué te refieres? - Le dije confundido.

- Solo limítate a contestar, Hwa. - Éste sonrió, pero por alguna razón, sentí que estaba en problemas.

- No hay nada, ¿por qué?

Extrañado, observé como el chico suspiraba antes de hablar.

- ¿Seguro? - Éste alzó una de sus cejas, cuestionando lo anterior.

- ¿Qué te pasa? Estás más raro de lo normal.

Dejé el café en el pequeño mueble de noche, al lado de la cama.

- Bueno... Me pareció extraño que ayer me dijeras que sentías algo por Sun Hee.

Me quedé helado al escucharlo, sentí incluso que el alcohol que restaba sobre mi cerebro, ya había desaparecido en un instante.

Dirigí mis ojos hacía MinGi y éste me observaba divertido.

No me quedó de otra que bajar el rostro avergonzado de no poder recordar nada de lo que había pasado cuando él me trajo a casa.

- No recuerdo haberlo dicho, pero puedo explicarlo.

Dije un poco apenado por la situación.

- No debes de explicar nada, Sun Hee te gusta y eso me quedó muy claro después de tu comportamiento en el restaurante y cuando llegamos aquí. - MinGi rió.